Opinión

VIGENCIA DE LA MONTAÑA

Por: Miguel Rodríguez Liñan (*)

Como he vuelto a engordar, por glotón y bebedor, mucho más de lo debido, el martes 16 de agosto del año 134 después de Nietzsche, decido, por fin, comenzar una estricta dieta, qué digo, estrictísisísima… Se trata de eliminar el rico arroz, las ricas papas, los ricos tallarines, el rico pan… Se trata de eliminar mis tremendas lonjas de chancho frito, aromatizadas con salvia, mis tremendos churrascos exquisitos, aromatizados con tomillo, pero eso no es nada… La faena verdaderamente hercúlea consiste prácticamente en lo imposible, es decir en eliminar por completo el delicioso vino rosé, las deliciosas chelas Leffe estilo aperitivo, pues con trago de por medio no hay dieta que valga, ya no entro en mis pantalones, las camisas explotan, los polos XXL me quedan chicos, tengo tres papadas como mínimo, salvavidas de grasa rodean mi esbelta cintura, tengo que recuperar mi forma humana, y pronto, carajo, el mes que viene ya verás, le digo desafiante a Boconcita.

      Ayer nomás volvíamos de la vigencia de la Montaña, del verde corazón de los Alpes en verano, de los trigales, de los manzaneros, de los caminos, de los ríos la Durance y la Bléone, cuando se me ocurre esto de la dieta urgente, hoy comienzo, mañana no vale, y en lugar de una pieza de 300 gramos de basse côte o de solomillo, un minúsculo filete de salmón de cien gramos… En lugar de mi arroz, de mis papas al vapor o de mis tallarines, tres hojas de lechuga y un tomate, y como bebedizo agua mineral Perrier en lugar de… ¡Magia! ¡Como el último mohicano, en el frigo sobrevive una botella de rosé Domaine des Ouillières, que rápido destapo! Me siento y empiezo a escribir esto.

Nos vamos de viaje con la cuñada que viene, después de un bautizo, a recogernos y llevarnos a las alturas donde, impaciente, nos espera la suegra, hace siglos que no nos vemos, nos extrañamos por eso… Subimos con nuestras mochilitas al super carro… Partimos… Dejamos a mi gato el rey Mamao afuera, en la terraza, con sus cisternas de agua, con sus kilovatios de croquetas, ojalá que no llueva sino las croquetas se mojan, y el rey Mamao, gordo como su esclavo, también tiene que observar dieta hasta que volvamos… Día soleado… 33 grados centígrados en el eterno retorno… Extensión y amplitud de campos y paisajes en el sur de las Galias, ya dejamos atrás el hermoso pueblito de Rognes, que parece de carta postal… Y yo todo flagelado hablando de dietas, ¿cómo puedo haber engordado tanto?… También soy francés… Gargantúa y Pantagruel… El libro cuarto… La primera frase de Gargantúa es ¡A beber! Y a Pantagruel le echan cerdos enteros, vacas enteras en la boca y paletadas de mostaza… Después llega Descartes, después llega Pascal y se jodió la cosa… En fin… Hoy cocina la cuñada en la Montaña… El equivalente mediterráneo de la chita, es decir, doradas al forno… Y Boconcita prepara salchichas al anís con ensalada… Necesitamos hinojo, es una planta que le da un super gusto al pescado…La mención de esa planta fenouil hinojo, primero me transporta, luego me sumerge en cierto almuerzo del paleolítico en L’Estaque, donde estamos degustando caballas rellenas de hinojo, cocinadas a la parrilla, sobre lecho de papel aluminio para que no se pegue, cuando de pronto me ataca Aloysus Alzheimer convertido en olvido momentáneo… Busco y rebusco, cavo y excarvo, pienso y repienso y nada… El nombre de la palabra caballa en francés se ha evaporado, simplemente no la encuentro… Pero soy terco… El enano que da martillazos y picazos en mi memoria encuentra por fin el mineral buscado… Maquereau ! ¡Caballa! ¡Caficho! ¡Proxeneta!… Cuando miro extasiado el templo de otro vino rosé genial, oriundo del Domaine Naïs, que los privilegiados sólo podemos beber por estos lares, gran propiedad vinícola guarecida entre los viñedos de Rognes que ya quedó atrás… De pronto pienso en mi sobrino Joachim autor de pizzas famosas, también pienso en el pueblito Le Brusquet hacia donde de paso vamos, sigo contemplando los dichosos paisajes y … ¡De nuevo ese viejito alemán conchesu que me esconde las cosas! ¡Mil veces he pasado por aquí y ahora no me acuerdo del nombre del pueblo abajo!… Ça y est ! Le Puy-Sainte-Réparade !… ¿Quién fue esta santa, santa Reparada raptadora de memorias? ¿Cuáles fueron sus milagros?… Bajan las hermanas botánicas y yo me quedo en el super cuatro por cuatro anotando esto oyendo el canto de las cigarras… Hay recolta de hinojo… Hay recolta de viña salvaje, hay pinos, hay almendros, hay arboles platane, hay encinas y cedros en abundancia llegando al Puy Sainte-Réparade de l’Enfant Jésus, hay vastos campos de girasoles, se ve a lo lejos el santo lomo de la Santa Victoria, fulgores violetas, nubes de fantasía, follajes plateados, todo con fondo de cielo, de pronto un letrero azul con caracteres blancos dice Grenoble / Gap / Digne les Bains / Manosque, ya volamos por la autopista hasta tu tierra, Jean Giono.

      Saco mi libreta y trato de apuntar segundo a segundo lo que pasa, pero todo pasa muy rápido, no se puede… Veo delgados y majestuosos álamos, siempre atravesando puentes, la calvicie de la montaña Loubatas, de nuevo una fluencia de pinos y cipreses, todas las tonalidades del color verde mezclado con el oro del día, las hermanas hablan y hablan, yo no puedo más, caigo en éxtasis… El simple hecho de atravesar puentes y ríos me causa éxtasis, la felicidad me arranca de mí, veo todo como una película… El simple hecho de mirar ese letrero que dice Gréoux les Bains / Vinon / Valensole, y el simple hecho paralelo de atravesar la Durance otravez por otro puente, me causa éxtasis… Departamento de los Alpes de la Alta Provenza… Boconcita con sombrero como un cuadro del viejo Chagall… Canales y puentes… Sisteron a 23 minutos, hay buenos y renombrados corderos… Vinon sur Verdon… Volx… De nuevo el canal… Torre de piedra amarilla sobre la colina verde… El super carro vuela y vuela la visión… Ahora campos de lavanda, campos de manzaneros, las manzanas se recoltan entre setiembre y octubre dice Boconcita cuando veo un letrero mágico que dice Forcalquier… Y más allá otro que nos invita hacia los predios de otra santa, Sainte Tulle, qué milagros habrá hecho, sería necesario consultar el libro La leyenda de oro de Jacques de Voragine…

      Después de una oración obviamente pagana al atravesar la Durance otra vez, Oraison oración, vamos rumbo a Les Mées y los penitentes obeliscos de arena y piedra, y entonces me doy cuenta de que el santo soy yo, el santo en la terraza, esto que aquí fabrico es un milagro, ¡soy uno de los santos de los que habla Rimbaud !… Mientras tanto, nueva visión de los paisajes de maíz, los campos de trigo afeitados, los rollos de heno como gigantes ruedas doradas, los campos de alfalfa, los campos de papa, ahora un letrero dice riendo Malijai / Mallemoisson cuando veo los paisaje de piedra y las venas y arterias del río la Bléone antes de llegar a Dignes les Bains, tierra de lavanda y de baños termales.

¡Y después! ¡Sigue el viaje!… Le Brusquet… Masa de oro y verde… La Javie… Visión de la Montaña Caballo Blanco… Alimentación de los felinos de la cuñada, que surgen hambrientos de la nada, de los campos, de los árboles, de los caminos, de los prados, iglesia y campanario al atardecer, Barcelonnette a 73 kilómetros… Ahora se habla de Jean Giono de Manosque, de Pierre Magnan de Manosque, sublimes escritores que le cantan a esta región… Y yo en vías de canonización… Esa iglesita y ese campanario al atardecer, cruzando la Bléone, me hacen pensar en Marcel Proust, con quien ahora hablo para comentar detalles… Camino a Chanolles surge un cementerio… A mano derecha, el río, la montaña, los árboles, islotes, venas, arterias, árboles arrancados de cuajo… ¡Champourcin! ¡Este nuevo canto es para la Bléone! ¡Chavaille es un pueblito del fin del mundo! ¡Chanolles! ¡Ya llegamos!

(*) Escritor y poeta radicado en Francia.