Editorial

¿VUELO SIN RETORNO?

Servicio Chimbote-Lima-Chimbote:

En el terreno comercial lo que importa es el interés económico. Empresarialmente hablando, este interés  es la punta de la pirámide de toda actividad comercial o de servicio y eso no tiene porqué sorprender ni incomodar a nadie. Son reglas de aplicación obligatoria no solo para lograr la estabilidad y crecimiento de una empresa en particular sino también para sostener el andamiaje del libre mercado a nivel nacional e internacional.

Decimos esto porque al cabo de tan solo tres meses de haberse  iniciado el servicio de transporte aéreo de pasajeros entre Lima y Chimbote, el 5 de septiembre  la empresa ATSA Airlines canceló este servicio al parecer en forma indefinida. Aún cuando los directivos de la empresa aérea  no han brindado ninguna explicación sobre el particular, ha trascendido que el motivo principal de esta decisión sería la poca rentabilidad que genera la prestación de este servicio debido fundamentalmente  a la irregular afluencia de pasajeros.

Mientras que los vuelos de Chimbote a Lima se han estado realizando con la capacidad del 80%  de 76 pasajeros, los vuelos de retorno Lima-Chimbote solo se hacían con 18 ó 20 pasajeros, en el mejor de los casos. Es de entender que para cualquier empresa de transporte, este notorio desbalance no deja de ser  un quebradero de cabeza, empezando por el factor costo-rentabilidad.

Desde estas líneas, nos aventuramos a conjeturar que la diferencia entre el flujo de ida y el de retorno,  podría ser resultado de no haberse llevado a cabo un estudio de mercado con el mayor realismo posible y asimismo de no haberse motivado en la misma medida a la demanda.

Por un lado, ha quedado demostrado que la urgencia por llegar a Lima es mayor que la de regresar a Chimbote. No se descarta que por razones de horario, la mayoría de los  pasajeros que viajan de Lima a Chimbote hasta hoy prefieren hacerlo vía terrestre. Ello, no obstante que la diferencia entre el precio del pasaje aéreo y terrestre no es mayormente significativa.

Por otro lado, cierto es que los días lunes y viernes, elegidos  para la realización de estos vuelos, son los de mayor movimiento aquí y en cualquier ciudad del  mundo. Se trata del comienzo y fin de semana, cuando miles de personas se desplazan mayormente por razones de trabajo o descanso. Pero también es cierto que muchas de estas personas necesitan viajar por otros motivos y no necesariamente en las mismas fechas y horarios.

Ante este escenario no estaría demás considerar en el futuro la necesidad de una mayor motivación a favor de la demanda. No basta con destacar las ventajas de  comodidad y ahorro de tiempo que ofrece el transporte aéreo. Tal como sucede en otros lugares del mundo, también se puede pensar en la promoción de descuentos para cuando el pasajero adquiera pasaje de ida y vuelta, sin descartar el sorteo de pasajes gratuitos entre los clientes más asiduos.

Valdría la pena tener en cuenta que, en nuestro caso, el mercado potencial del servicio de transporte aéreo lo componen más de medio millón de personas que viven en Chimbote y Nuevo Chimbote. Y no solo eso. En los tres meses que ha brindado apoyo a este servicio y sin levantar tanto volvo, el aeropuerto “Jaime de Montreuil Morales” ha demostrado estar en capacidad de responder a estas exigencias.

Que la empresa ATSA Airlines haya decidido cancelar sus operaciones en esta ciudad, no significa que el servicio de transporte aéreo Chimbote-Lima-Chimbote sea un vuelo sin retorno. En algún momento tendrá que regresar y para eso  tenemos que estar preparados.