Editorial

::: MUERTE O RESURRECCIÓN :::

Chinecas y Terminal Portuario:

En sus primeras declaraciones a la prensa de Chimbote, el electo  gobernador regional de Ancash,  Fabián Koki Noriega Brito, ha levantado los ánimos de la población al afirmar que desde un primer momento su gestión pondrá especial énfasis en la ejecución del proyecto Chinecas y en la modernización del terminal portuario. Por lo mismo que esta historia es ampliamente conocida, el anuncio del nuevo gobernador no deja de causar expectativa y traer a la memoria inolvidables experiencias.

Desde el  aciago 19 de junio del 2007, fecha  en la que fue transferido al gobierno regional de Ancash, el proyecto Chinecas se mantiene inactivo y relegado en el más completo abandono. Con más de un  centenar de empleados estables y contratados, el proyecto de irrigación no es más que un organismo improductivo y detenido en el tiempo,  convertido además en una pesada carga burocrática para el estado. Solo se habla de Chinecas  cada vez que hay elecciones. Pasan éstas y Chinecas vuelve al rincón del olvido.

A lo largo de los quince años que lleva en manos del  gobierno regional, más del 30% de sus tierras han ido a parar a poder de invasores; y no precisamente por causas e intereses externos, sino más bien por causas e intereses internos. Como se recuerda, durante el proceso electoral del año 2010 el propio presidente regional César Álvarez Aguilar, en su afán de ganar la reelección,  ordenó la invasión de 550 hectáreas en Casma y otras 308 en Nuevo Chimbote. Sin el menor remordimiento, lo hizo con el declarado apetito de ganar votos aprovechando la necesidad de vivienda de miles de familias de humilde condición económica. Para nada importó el carácter intangible que tienen estas tierras, como sucede en todo proyecto de interés nacional como, por ejemplo, Olmos y Chavimochic.       

Posteriormente, y bajo el mismo argumento, el ex alcalde de Nuevo Chimbote Valentín Fernández Bazán promovió la invasión de otras 217 hectáreas de Chinecas, aprovechando en esta ocasión la desorientación  y clamorosa falta de capacidad del ex gobernador Waldo Ríos Salcedo.

En total son 1,075 hectáreas de propiedad del estado que se han repartido alegremente con fines estrictamente políticos. Pero de la misma forma en que las tierras de Chinecas  han favorecido a los gobernadores de turno, así también todavía sirven de sustento a numerosas bandas de traficantes y extorsionadores que viven a expensas de las familias invasoras.

La desgracia de Chinecas, sin embargo, no queda ahí. Se calcula entre 6 y 8 mil el número de hectáreas que han sido tomadas a viva fuerza por “licenciados” y “campesinos sin tierra”. Éstos, incluso, se han agrupado en asociaciones de agricultores y no pagan un solo sol, ni por las tierras que ocupan ni por el agua que sustraen para irrigarlas. ¿Se puede en tales circunstancias, generar confianza y atraer la inversión nacional e internacional?.

Exactamente la misma suerte ha corrido el Terminal  Portuario de Chimbote. Desde el  23 de junio del 2011 en que fue transferido al gobierno regional de Ancash, también se mantiene detenido en el tiempo y subsistiendo a duras penas gracias al dinero que el gobierno central envía todos los meses a través de Huaraz.

Construido hace 70 años por la Corporación Peruana del Santa, el terminal portuario sigue utilizando la misma infraestructura, los mismos equipos y los mismos aparejos de aquella lejana época, muchos de los cuales, como  el remolcador, han quedado inservibles e irrecuperables.

Tras haber ocupado durante muchos años los primeros puestos del ranking nacional de importación y exportación, justamente después de El Callao y Paita, actualmente el terminal portuario de Chimbote ocupa el último lugar de la tabla, por debajo inclusive de los pequeños puertos fluviales de nuestra Amazonía.

Para colmo de males, tanto Chinecas como el Terminal Portuario han sido utilizados por los gobernadores de turno como caja chica para el pago de portátiles, “marchas de sacrificio”  y otras actividades de proselitismo político. ¿Se puede llamarse a esto gestión de desarrollo regional?. Si Chinecas se hubiera mantenido bajo la administración del INADE y el terminal portuario continuase en manos de ENAPU, sin duda otra sería la suerte de Ancash.

La gestión del gobernador electo Fabián Koki Noriega, está llamada a  dar un vuelco a esta historia. De hacerlo, con toda seguridad  va a contar con el respaldo de la ciudadanía y de las fuerzas vivas de la región. Eso quiere decir que los próximos cuatro años van a ser cruciales para Ancash. Que Chinecas y el Terminal Portuario se mantengan como están o emprendan un nuevo camino, es cuestión de muerte o resurrección.