Editorial

DE FISCALIZADORA A COLABORADORA

Congresista Portalatino:

Sabido es que para ser Ministro de Estado no basta ser incondicional del presidente de la república, ni tampoco ser fiel militante del partido de gobierno. Además de eso, el aspirante a incorporarse como miembro del gabinete ministerial debe tener en su haber un mínimo de otros requisitos básicos y elementales.

Uno de estos requisitos es poseer un post grado a nivel de maestría en la respectiva carrera profesional y otro es acreditar un mínimo de diez años de experiencia en gestión pública. No cumplir con estos requerimientos, significa que el Ministro va a ser un funcionario improvisado, incapaz de afrontar y resolver los problemas del sector; y en todo caso, alguien que llega al gabinete ministerial únicamente para cumplir órdenes de aquellos que  mueven los hilos del poder desde las sombras. Las páginas de nuestra historia están llenas de casos como estos.

En ese sentido, el nombramiento de la congresista chimbotana Kelly Portalatino como nueva ministra de Salud, ha sido recibido de cierto escepticismo. Pues por todo lo que ha trascendido a nivel nacional, es innegable que la parlamentaria por Ancash ha accedido a ese importante cargo gracias a la cuota, o reparto  político, que comparten los dirigentes de Perú Libre, el partido de gobierno, y sus aliados de turno.

Lo mismo que sucede con el ministerio de Energía y Minas y otros organismos del estado, el ministerio de Salud “es propiedad”  del dueño de Perú Libre, Vladimir Cerrón, un ex gobernador regional procesado por delitos de corrupción, quien además se halla con orden de impedimento de salida del país.

Sin embargo, dicha condición jurídica no es óbice  para que sea él quien imparta las órdenes de todo lo que se hace, o se deja de hacer, al interior de estas dependencias del estado. Por  mucho que la congresista Portalatino haya jurado por Dios y por la Patria cumplir el cargo de ministra de estado, no por eso creemos que deje de cumplir órdenes de Vladimir Cerrón. Así de simple.

Pero eso no es todo. Como ha coincidido en opinar la mayoría de analistas políticos, a raíz de la crisis que golpea al país el rol de la ministra Portalatino podría ser sumamente importante para lograr los votos que se necesitan para impedir la moción de vacancia contra el presidente de la república. Allí está el detalle.

Ello no obstante, no está de más recordar que la congresista chimbotana ha tenido más de un desencuentro con el  propio presidente del consejo de ministros, don  Aníbal Torres, y con sus colegas de bancada Dina Boluarte y Deisy Chávez. Pero, como en política todo es posible,  a partir de ahora  va a tener que sentarse con ellos en la misma mesa y comer del mismo plato. Eso confirma que, efectivamente, los apetitos políticos siempre se mantendrán por encima de los intereses del país.

Cabe puntualizar asimismo que, conforme lo establece la Constitución, los congresistas son elegidos no para formar parte del gobierno y colaborar con él, sino más bien para fiscalizarlo. Honestamente, es inaceptable que puedan ser juez y parte.

Decimos esto porque en este momento, Chimbote necesita el apoyo político de sus congresistas para consolidar el proyecto de saneamiento P-TAR II que se encuentra encarpetado en el ministerio de Economía y Finanzas, sin que sus representantes en el Congreso de la República se den por enterados. Si el contrato de endeudamiento externo para su ejecución no se firma antes del 10 de diciembre, el proyecto volvería a fojas cero.

Por consiguiente, no deja de causar más de un sinsabor que, habiendo sido elegida para  fiscalizar la labor  del gobierno, la congresista Portalatino haya preferido convertirse en una de sus colaboradoras.