Editorial

PESCA SIN ESCRÚPULOS

Esto ya no es ninguna novedad.  Los dirigentes de sindicatos de pescadores que se han constituido de la noche a la mañana  y que actúan en forma paralela, han demostrado en más de una oportunidad  no tener el menor escrúpulo en  coludirse con propietarios de embarcaciones pesqueras para negociar,  a espaldas de sus agremiados, una rebaja desleal del porcentaje por volumen de pesca que, por ley,  le corresponde a los hombres de mar.

Este porcentaje, como se sabe, es un derecho adquirido que los  gremios históricos de este sector laboral consiguieron el año 1985 luego de llevar a cabo inolvidables jornadas de lucha sindical que se desarrollaron de uno a otro extremo del litoral peruano. El porcentaje se pactó y se oficializó entre representantes de los pescadores, armadores  e industriales pesqueros; con la participación de representantes del estado y la intermediación de la iglesia católica. El derecho a este porcentaje de pesca fue ratificado  el año 1988  e incorporado en todos sus términos  a nuestra legislación laboral.  Es cosa juzgada.

Normalmente el porcentaje que sirve de referencia para fijar el pago al que tienen  derecho los hombres de mar,  oscila entre el 22.40 por ciento con relación al volumen de cada jornada de pesca. Así  quedó establecido y  así debe mantenerse en tanto no se modifique el marco legal que lo sustenta. Sin embargo, ya desde esa época algunos dirigentes y delegados de los pescadores se sentaban con emisarios del gremio empresarial para negociar,  a espaldas de sus agremiados y bajo la mesa, una “rebajita” de 4 y hasta 5 puntos del referido porcentaje. Si para el pescador esa rebaja representaba algunos miles de soles al mes en contra, para los empresarios pesqueros la ganancia a su favor resultaba incalculable. Como siempre, el pez grande se come al chico.

Pero las rebajas y acuerdos bajo la mesa entre dirigentes y empresarios pesqueros,  no solamente tenían que ver con el porcentaje de pesca. En forma paralela, los acuerdos extra laborales  también tenían que ver con el aporte de los empresarios a la Caja de Seguridad y Beneficios Sociales del Pescador. Ya para entonces se acordó que, para salir a pescar, toda embarcación debía estar al día en sus aportaciones a esta institución. Pues de ese aporte dependía la prestación de los servicios de salud y la seguridad social de los hombres de mar y su familia. Sin embargo, para nadie es un secreto que  las embarcaciones morosas salían a pescar como si nada, inclusive con zarpe autorizado por la Capitanía de Puerto. Ha sido esa la causa por la Caja de Pescador quebró por completo y ha sido absorbida a regañadientes por Essalud. Mientras el más humilde jubilado recibe en este momento una pensión que no baja de 500 soles al mes, hay pescadores que solo reciben 20 soles de pensión mensual. ¿Se puede llamar a eso justicia laboral?

En declaraciones al Diario de Chimbote, el secretario general del Sindicato de Pescadores de Chimbote y Anexos,  Macedonio Vásquez Contreras, ha ratificado que esta clase de “arreglos” continúa realizándose entre dirigentes de sindicatos paralelos y algunos malos empresarios. Gracias esta desleal actitud, el porcentaje por derecho de pesca puede bajar hasta el 18 por ciento, dependiendo de las condiciones del “arreglo”. Como se puede ver, la pesca sin escrúpulos ha demostrado  que el desacato de los derechos laborales no siempre viene de parte de los empleadores sino también de los propios dirigentes laborales.