Editorial

EL PARAÍSO PERDIDO

Chinecas:

Pueden haber pasado muchos gobernadores regionales y  asimismo muchos gerentes generales, pero lo cierto es que, pase lo que pase, la situación del Proyecto Especial Chinecas sigue siendo la misma desde hace treintaicinco años.  Pero no solamente porque sea  el único proyecto de irrigación a nivel nacional que ha sufrido una masiva y sistemática invasión de sus tierras, que se estima en más de 8 mil hectáreas.

Paralelamente existen otros factores que hacen de Chinecas un proyecto todavía inviable y paralizado; un proyecto  que no es capaz de inspirar confianza y que más bien ahuyenta la inversión. Lo que en este momento bien pudo haber sido un emporio de agro exportación, generador de 100 mil puestos de trabajo directo, hasta hoy  no es más que una nueva versión del paraíso perdido.

Decimos esto porque durante las últimas semanas, la administración de Chinecas, viene realizando un enorme despliegue de personal y maquinaria,  pero no para mejorar o ampliar los actuales canales de irrigación, que en realidad pertenecen al sistema IRCHIM y ya tienen más de 70 años de antigüedad. El despliegue que viene realizando Chinecas, a un costo bastante considerable, es  para  retirar puentes y sifones que los agricultores invasores  han instalado a su libre albedrío a lo largo del canal Chimbote-Nepeña .

La instalación de estos puentes y sifones no es de ahora. Data de veinte o veinticinco años atrás y no son un secreto para nadie. Los agricultores invasores jamás han tenido ningún problema en instalar puentes para transportar sus productos  y colocar sifones accionados con motobombas para sustraer el agua con la que irrigan sus cultivos. Todo ello sin pagar un solo sol al Estado.

Los funcionarios de Chinecas conocen perfectamente esta situación. No en vano tienen a su servicio  un contingente de inspectores que diariamente recorren el canal Chimbote-Nepeña de un extremo a otro. Ellos son capaces de advertir hasta la más mínima grieta que se produce en las paredes del canal, por lo que es imposible creer que no hayan advertido la presencia de enormes puentes,  no solo peatonales sino también vehiculares.

Tampoco puede haber pasado por alto para estos inspectores la presencia de  sifones que funcionan las veinticuatro horas del día produciendo un tremendo ruido. Ante cualquier anormalidad que detectan a simple vista, son ellos los que se encargan de informar por escrito a sus superiores.

No se entiende por eso cómo es que estos funcionarios han dejado pasar tanto tiempo para proceder recién a retirar estas instalaciones ilegales. No se explica asimismo como es que pueda existir una relación contractual entre Chinecas y algunas asociaciones conformadas por agricultores invasores. ¿Desde cuándo un organismo del estado puede transar con sus propios infractores?. ¿Cómo es que la oficina de Registros Públicos pudo haberles otorgado personería jurídica a estas asociaciones sin ser legítimos propietarios de las tierras que ocupan?.

Si la nueva gestión regional permite que esta situación se mantenga, significaría que los próximos cuatro años Chinecas se mantendrá en la misma situación de siempre, siendo un paraíso perdido.