Editorial

TODO SE DERRUMBÓ

Avenida Costanera:

Antes de empezar este comentario, es menester dejar en claro que la avenida Costanera no es una obra cualquiera. Fue sin lugar a dudas la  promesa más importante y atractiva que el ex alcalde provincial Roberto Briceño Franco  ofreció al pueblo de Chimbote; una oferta  de campaña que  contribuyó sobremanera a su éxito electoral. Por eso, reiteramos, no es una obra cualquiera.

La avenida Costanera está concebida  para ser obra de impacto, que armonice con la belleza de la bahía de Chimbote.  A lo largo de más de cuatro kilómetros, la avenida es una vía destinada para la transitabilidad peatonal y vehicular, que además cuenta con una ciclovía, espacios deportivos y recreativos, áreas verdes, servicios higiénicos y otros elementos ornamentales.

Como ha quedado grabado en fotos y videos para el recuerdo, el 6 de diciembre del 2021, con motivo del 115° aniversario de la creación política de Chimbote, el ex burgomaestre Roberto Briceño  colocó la primera piedra de esta obra valorizada en  18 millones de soles.  Imposible olvidar cuando, lampa en mano,  exclamó  ante las cámaras “hoy estamos empezando esta obra y nadie nos para. Yo mismo haré que acabe (se concluya)  lo más rápido posible”, desatando el júbilo de los vecinos.

A pesar de no precisar el plazo de ejecución, aseguró  que la obra se ejecutaría en  7 ú 8 a más tardar. El último de estos plazos se cumplió el 6 de agosto del 2022 y la próxima semana se  cumplen 14 meses desde que colocó la primera piedra. Asimismo, hoy 31 de enero del 2023 se ha cumplido exactamente un mes desde que Roberto Briceño concluyó su gestión, dejando la construcción de la avenida Costanera  con un avance que nadie conoce a ciencia cierta. Según él y sus funcionarios, el avance alcanzaría el  85 por ciento aunque la última palabra en este asunto la tienen los funcionarios de la nueva gestión que encabeza el alcalde Luis Gamarra Alor.

Lo que sí se sabe es que, desde un primer momento, la obra ha sido objeto de sucesivas modificaciones con  la incorporación de nuevos elementos  físicos y arquitectónicos, que  inicialmente no figuraban en el expediente técnico, hecho que hablan de cierta improvisación  y falta de seriedad.

Lo cierto es que la madrugada del domingo último, los vecinos  de la zona despertaron alarmados por el ruido que produjo  el derrumbe de varios metros del muro de protección de la avenida Costanera que no soportaron el alza de la marea.  A decir de los profesionales que conocen de estos menesteres,  la causa por la que colapsó el pesado muro  de concreto no puede ser otra que una grave deficiencia en cuanto a diseño estructural y la pobre calidad del material utilizado.

Según estos profesionales, toda obra de construcción civil que se ejecuta al borde del mar, necesita estar preparada técnica y materialmente para responder al embate de oleajes normales y anómalos. Por algo, se supone, el expediente técnico ha debido considerar este tipo de contingencias, como lo exige la Marina de Guerra del Perú.

Si una buena parte del muro  ha terminado derrumbándose como un castillo de naipes, razón tienen los vecinos para temer que otros sectores de la avenida corran la misma suerte. ¿Qué dirá al respecto el ex alcalde Roberto Briceño y  los representantes de la empresa contratista?.