Editorial

¿UNA ILUSIÓN PERDIDA?

Parque Metropolitano:

Como ya se ha hecho costumbre, el lunes de la presente semana se produjo otro de los  pavorosos incendio forestales que más de los días se originan en la zona de los Humedales de Villa María, exactamente a un costado de la carretera de ingreso a la playa El Dorado, lugar que se ha convertido en el escenario  favorito de estos indeseables siniestros.

Como consecuencia del incendio, miles de familias de los sectores de Villa María, Primero de Mayo, Las Brisas y Siete de Julio, debieron  soportar la agresividad de un denso humo tóxico,  encima cargado de ceniza,  que afectó severamente la respiración de niños y adultos mayores a lo largo de seis largas horas. Como siempre, los bomberos tuvieron que hacer malabares con sus escasos equipos  para evitar que el fuego se propague y provoque peores daños.

Conocedores de esta antigua clase de siniestros,  fueron precisamente ellos, los bomberos,  quienes admitieron que estos incendios son deliberadamente provocados, pero no  por gente de mal vivir como se pretende hacernos creer,  sino por gente inescrupulosa  que, gracias a los la extracción ilegal y comercialización  de los recursos forestales, vive cómodamente muy bien. Se sabe que la extracción ilegal de carricillo, junco y ahora semilla de totora, es un negocio bastante lucrativo, con gran demanda  en otros lugares del país. Así lo prueba el tren de vida y las modernas viviendas que estos  extractores ilegales han construido en inmediaciones de los humedales.

La zona, como sabemos, forma parte del llamado Parque Metropolitano, un espacio de reserva natural que el año 2002 fue ratificado como  zona intangible  por el Tribunal de Garantías Constitucionales. El Parque Metropolitano es una dependencia adscrita a la municipalidad provincial del Santa, la misma que cuenta con personal rentado y posee además  una amplia oficina en el segundo piso del  Terminal Terrestre. Su  misión, no está de más recordarlo, es hacer cumplir la intangibilidad de la zona; pero, por todo lo que estamos viendo, no hay cuando lo haga.

Esta suerte de abulia e indiferencia, es aprovechada por los extractores ilegales quienes se consideran propietarios de los humedales y actúan como si lo fueran.  Tanto así que  hasta este momento  ninguna autoridad, ni municipal, ni judicial, ni policial, es capaz de detener su accionar. Existen el Ministerio Público varias denuncias contra ellos, no solo por causar incendios  forestales y desarrollar una actividad que está  penada por ley, sino también por haber atentado contra la integridad de terceras personas a quienes han amenazado con machete en mano. Se dice que cuentan con el apoyo de algunas ONG y grupos ecologistas, quienes consideran que la extracción ilegal de la flora del parque es una forma de ganarse la vida honradamente y de contribuir al equilibrio ecológico (?)

Como si fuera poco, recientemente se ha podido conocer que, antes de dejar el cargo, la  anterior  gestión municipal ha otorgado licencia a varias empresas privadas  para levantar construcciones  de material noble…¡nada menos que en la zona intangible del Parque Metropolitano!

Es asunto es que, mientras se siga permitiendo la extracción ilegal de flora silvestre, los incendios forestales van a seguir un día y otro también. Por consiguiente, la reserva natural seguirá el camino de la destrucción, en tanto que las aves migratorias que anidan en ese lugar, seguirán encabezando la lista de especies amenazadas por la extinción. A ese paso, es posible que el Parque Metropolitano termine siendo otra ilusión perdida.