Opinión

UNA ALIANZA NADA PACÍFICA

Por: Fernando Valdivia Correa (*)

En abril de 2011, cuatro países (México, Chile, Colombia y Perú) suscribieron la Alianza del Pacífico como mecanismo de integración regional, teniendo entre sus objetivos avanzar en la libre circulación de bienes, servicios, capital y personas.

De acuerdo a PeruCámaras, en el 2018 el comercio entre estas naciones fue de alrededor de US$ 7,315 millones; siendo en el caso del Perú el molibdeno como el principal producto de exportación. Asimismo, de las cuatro naciones latinoamericanas en la OCDE (Organismo para la Cooperación y el Desarrollo Económico), tres se encuentran en la Alianza del Pacífico. De ahí su estratégica importancia.

Tiene además una Presidencia Pro Tempore por el periodo de un (1) año. Su primer Titular fue Sebastián Piñeira (Chile) en el 2012.

A finales de noviembre pasado, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), mandatario mejicano, anunció su arribo al país para entregar la Presidencia al entonces Jefe de Estado Pedro Castillo. Como sabemos, el ilustre profesor chotano fue defenestrado del cargo, y AMLO postergó su viaje, negando la entrega del referido cargo a Dina Boluarte. Hasta hoy.

En todos estos meses, el mandatario azteca ha tenido duras palabras en contra de la señora Boluarte Zegarra, al punto de llamar a este gobierno como “espurio” ante el estupor generalizado de nuestra clase política, provocando con ello la expulsión del embajador Pedro Monroy del Perú.

Bajo este panorama, el último 27 de abril, en Palacio de Gobierno se celebró los 12 años de creación de la Alianza del Pacífico. Estuvieron presentes, entre otros invitados, Felipe Calderón, entonces Presidente mejicano, y tenaz opositor de López Obrador. En dicha ceremonia, doña Dina aprovechó la oportunidad para criticar a AMLO su reacia postura; es decir, ideologizada antes que política, al no reconocerla como gobernante.

Sobre este último punto, debemos ser enfáticos en mencionar que en nuestro país ha imperado (y sigue así) el estado de derecho; ergo, se respetó la sucesión presidencial contemplada en la Constitución a raíz de la vacancia de Castillo Terrones, asumiendo las riendas del poder la señora Boluarte Zegarra. Si estamos de acuerdo o no con su permanencia al frente del Ejecutivo, es otro asunto.

En ese sentido, está claro el pésimo proceder de AMLO al interferir en asuntos domésticos y usarlo como excusa para no entregar la Presidencia Pro Tempore a doña Dina. Ello, ante el silencio sepulcral de la OEA, y los demás países de la región, incluyendo Colombia y Chile, miembros de la Alianza del Pacífico.