Editorial

FINAL FELIZ DE UN LARGO CALVARIO

Titulación:

Han tenido que pasar trece largos años para que recién el jueves 26 un importante grupo de  5,126 familias puedan recibir por fin el título de propiedad de las viviendas que fueron inducidas a invadir en octubre del 2010 por el entonces  presidente de la Región Ancash César Álvarez Agilar en su afán de ser reelegido para una segunda gestión. Para lograr este propósito, el propio Álvarez y sus operadores políticos no tuvieron mejor idea que promover la invasión de 308 hectáreas de propiedad del proyecto especial Chinecas para regalar lotes de vivienda  a cambio de votos, todo ello de la manera más vil y descarada.

En el clímax de aquella inolvidable jornada electoral, el ahora encarcelado ex presidente regional no se hizo de mayores problemas para aprovechar con fines políticos los bienes del estado, a fin de salirse con las suyas. Y lo hizo en alianza con una bien organizada red de traficantes de tierra, quienes se encargaron de lotizar y distribuir los lotes de vivienda, no sin antes reservar un buen número de ellos para posteriormente negociarlos al mejor postor.

Para asegurar el voto de las familias beneficiadas con el reparto, Álvarez les ofreció que tan pronto como saliera reelecto iba a entregar a cada una de ellas el respectivo título de propiedad, además de instalar en forma inmediata los servicios de agua, desagüe, electrificación, pistas y veredas. Pero, como bien ha quedado escrito y grabado en nuestra memoria, tan pronto como ganó la reelección olvidó por completo sus promesas. Las familias invasoras quedaron a merced de las mafias de traficantes, las mismas que más de los días exigían el pago de cuotas con el cuento de brindar seguridad y sufragar la tramitación de dichos servicios.

Esta historia volvería a repetirse cuatro años después cuando el ahora prófugo ex alcalde de Nuevo Chimbote, Valentín Fernández Bazán, promovió la invasión de otras 207 hectáreas de Chinecas con el mismo cuento, el mismo propósito y el mismo resultado. Los bienes del estado al servicio de la politiquería.

Desde entonces, cada vez que se realiza un proceso electoral, lo primero que hacen los candidatos a congresistas, gobernadores y alcaldes es iniciar y cerrar sus campañas en las arenas de estas invasiones. Pero igual, salgan o no salgan elegidos, lo cierto es que nunca más aparecen por esos lares mientras no se produzca un nuevo proceso electoral.

De  ahí que la entrega de títulos de propiedad a estas 5,126 familias marca un hito que encierra una honda significación. El proceso de titulación, a cargo de COFOPRI y la Municipalidad Provincial del Santa, se ha desarrollado en el marco del derecho a la vivienda que le asiste a los peruanos de toda condición social, prescindiendo para ello  de todo tinte o  afán político.

El título de propiedad, otorga a las familias el derecho de acceder, ahora sí, no solamente a los servicios básicos de agua, desagüe, electrificación y equipamiento urbano, sino también a obtener créditos hipotecarios y bonos del estado como los que proporciona el programa Techo Propio.

No es para menos que la emoción de recibir este beneficio tanto tiempo esperado, estuviera fielmente reflejada en el rostro de las familias que acudieron a recibir su respectivo título de propiedad. El calvario que tuvieron que soportar durante trece largos años, ha tenido un final feliz.