Editorial

OTRA OBRA PARALIZADA POR INCAPACIDAD EDIL

Cascajal:

Cuando se pensaba que, aparte de las ya conocidas,  no iban a aparecer más obras municipales abandonadas y paralizadas, la noticia publicada en nuestra edición de  ayer acerca de lo sucedido con la construcción de la carretera de ingreso al centro poblado Cascajal, es algo que nos ha enfrentado con la dura realidad y nos ha hecho ver hasta qué punto hemos podido estar equivocados. Tal como están las cosas, tenemos que aceptar que el cáncer de las obras iniciadas por la gestión 2019-2022 de la municipalidad provincial del Santa, ya está generalizado y prácticamente fuera de todo control.

Durante muchos  años los pobladores de Cascajal lucharon y sudaron  la gota gorda  para  conseguir el asfaltado de la carretera de ingreso que no solamente los conecta con la provincia y el país, sino también  es utilizada para el traslado y comercialización de los productos que se cosechan en esta importante zona agrícola.

El reclamo de los pobladores alcanzó su punto culminante el pasado 15 de septiembre del 2022 cuando la municipalidad provincial del Santa, en su condición de unidad ejecutora, adjudicó la ejecución de la obra  al Consorcio Bajo Canal con un presupuesto de S/9´968,706.98. En cumplimiento a los términos del contrato respectivo, que indicaba un adelanto del 30%.

El 8 de noviembre, ante la algarabía de los pobladores, el contratista inició la ejecución  del tramo comprendido entre Campamento y La Cuadra. Sin embargo la alegría de la población no duraría mucho tiempo, pues a finales de diciembre, días antes  que la gestión anterior entregue el cargo a la gestión actual, la obra fue paralizada.

Conforme lo hemos dado a conocer ayer, el motivo de la paralización se debe a una omisión que puede considerarse garrafal. No obstante que el expediente así lo estipula, ni la municipalidad provincial del Santa ni el contratista de la obra cumplieron la obligación de  hacer visar el Estudio de Impacto Ambiental ante las autoridades del ministerio de Transportes y Comunicaciones, como lo disponen las normas correspondientes.

Como resultado de esta absurda e imperdonable omisión, la obra debió paralizarse antes de finalizar el año y ha sido en medio de esta situación que las lluvias del pasado mes de marzo terminaron por arrasar lo poco que ya se había avanzado, agravando aún más la situación.

La fotografía que publicamos ayer en primera página es patética y lo dice todo. Ninguna autoridad tiene derecho a exponer a un pueblo al oprobio como está sucediendo con el centro poblado Cascajal. Ya es hora que los responsables de tantas obras paralizadas, con millones de soles en perjuicio del estado, sean ejemplarmente sancionados. Un pueblo no tiene porque pagar los errores de una mala gestión.