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REFLEXIONAMOS SOBRE EL DEVASTADOR TERREMOTO DEL 70

53 años después:

  • En una entrevista con Ing. José Luis Ramos Ganoza, Gerente de Proyectos de ValCorp.

El 31 de mayo de 1970, a las 03:23 de la tarde en Áncash, ocurrió una de las mayores tragedias en la historia del país. Con una magnitud estimada de 7.9 en la escala de Richter. Un terremoto dejó un saldo trágico con más de 70,000 personas fallecidas y gran parte de la ciudad de Chimbote reducida a escombros.

El sismo tuvo un impacto significativo en la región, causando la destrucción de viviendas, edificios, carreteras y puentes. Además, se generó una avalancha de hielo y rocas proveniente de la Cordillera Blanca, la cual sumada al deslizamiento de terrenos, desarrolló un Aluvión que sepultó a varios pueblos bajo toneladas de escombros, causando aún más víctimas y destrucción.

Este desastre natural puso en evidencia la necesidad de mejorar la infraestructura y expuso la necesidad urgente de implementar sistemas de prevención en el país. Desde entonces, se han promovido e implementado medidas para fortalecer la construcción sismorresistente, así como sistemas de alerta temprana y planes de respuesta ante desastres.

¿Qué tan preparados estamos para afrontar un evento sísmico de magnitud similar en la era moderna? Para responder a esta pregunta, nos adentramos en una entrevista exclusiva con el Ing. José Luis Ramos Ganoza, Gerente de Proyectos del Grupo Valcorp el cual se encuentra conformada por empresas locales y que en su proyección a fortalecer el desarrollo urbano en la ciudad desde hace un año y medio viene impulsando a Valcorp Inmobiliaria, empresa 100% chimbotana, comprometida con la seguridad y bienestar de los ciudadanos, la misma que promueve como uno de sus valores fundamentales la Identidad Local, en base de aprender de los errores pasados con la finalidad de aportar a una mejor calidad de vida.

En esta conversación, exploramos las lecciones aprendidas del pasado, las medidas de prevención implementadas y cómo en proyectos de vivienda formal como Villa Los Robles y otros proyectos que Valcorp Inmobiliaria mantiene en su portafolio; se encuentra una alternativa de solución que busca garantizar la tranquilidad y protección de quienes deciden habitar en él.

Ingeniero Ramos, gracias por aceptar la entrevista, coménteme ¿Cuál es su procedencia?

De antemano gracias por la oportunidad de poder abordar este tema, en vista de la realidad latente aún en nuestra ciudad y que deja aún profundo pesar por las experiencias vividas. Yo, soy natural de Chimbote, me formé y alcancé mi profesión en la UNS, luego aproximadamente 15 años retorno aquí y en esta ocasión como parte del equipo del Grupo Valcorp.

¿Cuál es su opinión sobre el impacto social y económico que dejó el Terremoto de 1970 en la región?

El Terremoto del 70 en Áncash nos dejó una profunda cicatriz, tanto a nivel social como económico. La reconstrucción y la reactivación fueron desafíos enormes, se podría decir hasta titánicos.

Los niveles de impacto social y económico hacia la comunidad, sobre todo en nuestra ciudad, fueron el reflejo de la informalidad, desorden, espontaneísmo, permisibilidad y hasta promoción de los mismos a la población.

Teniendo como línea de impacto directo, que los mayores destrozos o daños ocasionados en Chimbote, fueron el desplome y la inhabitabilidad de viviendas en las urbanizaciones y asentamientos humanos donde se permitió construir para residir a pobladores sobre terrenos que a la fecha no son 100% aptos para edificaciones.

¿Cómo ve el papel de la planificación urbana en la prevención y mitigación de los impactos de eventos sísmicos?

Dentro de la planificación urbana, la evaluación y diagnóstico de todos los espacios y posibilidades que determinen el potencial de la ciudad, son fundamentales ya que, como toda ciencia, se debe basar en información objetiva que nos permita abordar posibles soluciones bajo todos los aspectos.

En la planificación urbana, la prevención de desastres debe tener el alcance de mitigar efectos ante posibles eventualidades o efectos causados por el mismo ser humano. Pasando por un análisis objetivo hasta poder determinar el grado de vulnerabilidad, el mismo que debe ser promovido por los 3 niveles de gobierno, donde es importante entender que para mitigar no sólo basta con entregar títulos de propiedad a asentamientos espontáneos; siendo lo correcto promover habilitaciones que oferten y brinden condiciones y calidad de vida hacia los pobladores.

Hace poco, presentaron ante los medios una Habilitación Urbana ¿Cómo ha sido abordado este aspecto en el diseño de ella?

En efecto hace poco realizamos el lanzamiento del Proyecto Urbanización Villa Los Robles. El cual, como política de la inmobiliaria, se ha asegurado que en su diseño se cumpla con lo reglamentado y exigido por las normatividades vigentes, que nos obliga a implementar criterios de seguridad, prestando especial atención a aspectos como la ubicación estratégica, otorgando fluidez en rutas de evacuación y facilidad de acceso a unidades de emergencia en caso de una catástrofe.

Replicando además, dichos conceptos en todos los proyectos de nuestro portafolio inmobiliario. Además, se implementarán zonas de seguridad o los llamados puntos de concentración, lo que promoverá una comunidad preparada y consciente de los riesgos.

Usted mencionó que una de las lecciones del Sismo del 70, fue a causa de la informalidad.

La informalidad en el sector construcción, es como una enfermedad, la misma que si no se aborda o trata oportuna y correctamente, traerá consigo la normalización de criterios donde pesa más el empirismo que la experiencia calificada de profesionales debidamente preparados.

En Chimbote, la magnitud de los daños del terremoto de 70 estuvo basada a la informalidad de las viviendas, por hechos como asentarse en terrenos donde el nivel freático es muy superficial, construir en lugares donde por sus características anteriores a la ocupación se sabía que era zonas licuables, habitar en zonas poco seguras y hacinadas, y fundamentalmente por este fenómeno denominado la “Autoconstrucción de Viviendas”.

La formalidad y prevención en este aspecto deben ir de la mano con la regulación y control de parte de las autoridades e instituciones ¿Qué opinión le merece?

Como inmobiliaria, nosotros apostamos por brindar opciones que permitan a los ciudadanos y autoridades, a apostar por urbanizaciones y/o asentamientos residenciales que canalicen y promuevan la formalización predial y la erradicación de la autoconstrucción. Por años, nuestra ciudad ha sido “repartida” cual botín, a raíz de la necesidad de los pobladores en cuanto a uno de sus derechos fundamentales, el derecho a la vivienda; habiendo proliferado como tal un desorden, o desborde, de asentamientos humanos originarios de invasiones (los cuales surgen por necesidad, claro está), pero permiten, además, el desarrollo de expertos negociantes o también conocidos como ‘traficantes de terrenos’. Donde el gran ausente ha sido siempre nuestra autoridad local.

Al referirse a las invasiones que por años existen en Chimbote ¿Cuál cree usted que es el punto determinante, lotes para vivienda o la oportunidad para el tráfico de terrenos?

Veníamos aleccionándonos de los rezagos que nos dejó el sismo del 70 y al parecer la proliferación de asentamientos humanos es uno de los más grandes errores poco asimilados. Ya que las condiciones que ofrecen las mismas para poder residir con dignidad no existen. Es decir, lucrar ante la necesidad de la gente por tener un lugar donde vivir es una práctica de abuso; peor aún es el conformismo o …oportunismo… de las autoridades responsables de controlar ello y más aun de la entidades o empresas responsables de los servicios básicos en la ciudad.

Lo irónico en este conflicto de hechos, es que mientras siguen ocurriendo invasiones promovidas por facinerosos, se busca “formalizar” lo informal a todas luces. Una invasión busca generar sus primeros registros de habitabilidad con el abastecimiento de servicios básicos (luz y agua), donde mediante trámites engorrosos sus pobladores buscan obtener estos servicios, se les atiende de manera lenta y gradual con paliativos, a quienes así se les está denigrando la calidad de vida.

¿Qué considera usted que viene pasando para que todo ello ocurra?

Chimbote es una ciudad que viene creciendo y equipando urbanamente a pasos agigantados, lo cual ya era hora, entonces recae en manos de nuestras autoridades que la planificación y crecimiento de la ciudad se dé en estricta aplicación del Plan de Desarrollo Urbano, el cual en su última versión ha sido promovido no sólo por la MPS sino también por el MVCS.

Este plan, reúne aún como punto de partida para la idealización de Chimbote como ciudad al llamado Plan Director, de quien acoge las mejores propuestas de integración y crecimiento de la ciudad.

El plan de desarrollo urbano es el documento técnico normativo, que nos guía y regula para las opciones de crecimiento en Chimbote; es decir, toda urbanización o habilitación urbana deberá cumplir fundamentalmente las pautas establecidas para ello, sobre todo que el crecimiento se dé hacia las zonas o sectores denominados “Expansión Urbana”.

¿Entonces el crecimiento ordenado de la ciudad debe ser eficientemente controlado y regulado?

En efecto, en ese marco por ejemplo ante la inversión privada para habilitaciones, es el inversionista quien interviene en generar las condiciones óptimas para las viviendas, instalando servicios básicos como luz, agua y desagüe; los mismo que previamente deben cumplir con lo señalado en las normas vigentes y que deben estar aprobados por las entidades prestadoras de servicios.

Para que sean ellos quienes finalmente operen y administren estos servicios bajo consideraciones de calidad. Como mencionaba anteriormente ello dista mucho del proceso de invasión, donde repito, el nivel de exposición de la población es alto, generando mayor vulnerabilidad hacia ellos.

Por lo tanto es que en cumplimiento al plan de desarrollo urbano, las autoridades tienen y tendrán la mejor oportunidad para generar calidad de vida hacia los ciudadanos.

Captando las lecciones aprendidas por el Terremoto del 70 ¿Cuál cree usted que es la mejor tendencia de crecimiento para Chimbote?

Reitero que lo señalado por el plan de desarrollo urbano es vital, aquí se prevé las zonas intangibles y poco seguras, ya sea zonas pantanos, rellenos, laderas o cabeceras de cerros, riberas de ríos, fajas marginales o de seguridad, cauces de quebradas, suelos inestables, etc.; dejando bien claro cuáles y como debería ser el crecimiento de la ciudad.

Chimbote como ciudad en crecimiento en el 2023 no pueden seguir atravesando con efectos como los asentamientos en la Unión, La Primavera, Los Balcones de San Pedro, etc.

Una de las zonas mejor valoradas y sobre todo con todo el potencial de crecimiento, es el sector de la avenida Buenos Aires, aquella que en la actualidad nos conecta con Cambio Puente y anexos; en la actualidad el input de todo este sector tiene arraigo en el proyecto “Vía de Evitamiento”, ya que esta carretera al pasar a ser la nueva Panamericana generará toda la movilidad urbana en torno al único ingreso directo hacia Chimbote

En base a la experiencia en Villa Los Robles ¿Cómo describiría la visión de este proyecto a largo plazo de en términos de desarrollo sostenible?

La visión a largo plazo de Villa Los Robles va más allá de ser un proyecto inmobiliario. Buscamos ser un referente en desarrollo sostenible y resiliente de la ciudad, donde más que una venta de espacios orientados a viviendas y servicios nos permita ofertar en el mercado la oportunidad de establecer condiciones mínimas de habitabilidad y confort hacia los ciudadanos.

¿Cómo toman o adoptan las lecciones aprendidas en este proyecto u otros?

En cuanto a las lecciones aprendidas, tanto Villa Los Robles como los demás proyectos de nuestro portafolio en Valcorp Inmobiliaria, se plantean a raíz de un análisis minucioso y concienzudo de las necesidades en el entorno urbano donde se ubican, dando como resultado habilitaciones urbanas que responden a las necesidades de viviendas y equipamiento urbano, en terrenos que brindan la seguridad y calidad para tales fines.

El terremoto del 70 tuvo tal magnitud que alcanzó muchos daños materiales y pérdidas humanos, producto de la informalidad en los asentamientos habitacionales de aquel entonces y la permisibilidad en autoconstrucción; los cuales se promovieron por espontaneísmo, aprovechamiento e informalidad.

¿Qué acciones concretas se están tomando para garantizar la sostenibilidad de sus proyectos y su adaptación a posibles desafíos futuros?

Tomando en cuenta que la necesidad (de viviendas), no debe ser rebasada en la formalidad y el orden, necesarios para que nuestra ciudad sea sostenible, todos los esfuerzos desplegados por nuestros proyectos inmobiliarios aportan y aportarán a que las generaciones futuras opten por acceder a terrenos en óptimas condiciones.

Generando así calidad de vida, confort en la convivencia urbana y sobre todo la promoción de polos de desarrollo que permita la desconcentración de actividades económicas, hacia los sectores de pujante crecimiento y que se convalidan con el plan de desarrollo urbano de la ciudad de Chimbote; documento de vital importancia para el crecimiento sostenible y ordenado de la ciudad.

Se mencionó un portafolio de proyectos ¿Cómo está enfocada su visión para el desarrollo de la ciudad?

En Valcorp Inmobiliaria, seguros de que nuestras autoridades locales velarán por una correcta implementación del Plan de Desarrollo Urbano, apostamos por promover proyectos más integrales en composición urbana.

Tenemos en cartera desarrollar todo nuestro portafolio de proyectos, donde fortalezcamos actividades económicas, industriales, sociales y demás; contamos con opciones de equipamiento urbano a nivel comercial, semi industrial, recreación y esparcimiento, equipamiento metropolitano y el uso residencial tanto urbanas como rústicas.

Chimbote como ciudad carece de áreas que se requieren y que ya fueron identificadas, no contamos con un espacio para un buen Hospital de nivel 4 o 5, el Parque industrial o tecnológico para la difusión de las Pymes, el gran coliseo cerrado, etc.

¿Nos podrías describir su magnitud o alcances?

Por ejemplo, en rubro vivienda para la zonificación residencial de densidad de alta, venimos desarrollando proyectos que se convalidan con la promoción del gobierno central a nivel de los programas de mi vivienda y Techo propio, tales como Urb. Los Huertos de San José y Urb. Los Prados, quienes ofrecerán la opción al lote propio; así también los proyectos como Residencial El Roble y Residencial Los Rosales, donde en marco de los programas gubernamentales, se ofrecerán departamentos a costo social.

En lo que concierne a viviendas en zonificación de densidad baja, tenemos el proyecto Hacienda Los Sauces, la misma que se validará con los mejores criterios de habitabilidad para viviendas rústicas y ecoamigables.

¿Se están proyectando, acogiendo las lecciones aprendidas entonces?

Como ya he señalado, a raíz de todas las lecciones de un crecimiento adecuado en la ciudad y la búsqueda de polos de desarrollo, venimos creando e implementando habilitaciones urbanas en marco de las zonificaciones de Comercio Masivo, Semi Industria, Recreación y Esparcimiento, y Zonas de Amortiguamiento. Todos ellos enmarcados y apuntalando a fortalecer el crecimiento de la zona Este y Noreste de la ciudad de Chimbote, en post de aportar a la seguridad, descongestión urbana y la sostenibilidad de todos los ciudadanos.

Para cerrar la entrevista. ¿Podría brindarnos una reflexión final en el marco de los 53 años del terremoto del 70?

En conclusión, la prevención es clave en la construcción de un futuro más seguro. No basta con realizar simulacros, es fundamental promover una cultura preventiva en desastres desde el sistema educativo en sus distintas etapas. Entender desde adentro de cada núcleo familiar y social, sobre qué y cómo ocurrieron las cosas es vital, y más aún que genere arraigo cultural. Nuestro compromiso es fomentar la educación y conciencia sobre la importancia de la prevención. Para hacer realidad este compromiso, nos enfocamos en acciones concretas que impulsen la prevención a través del seguimiento de normativas reguladoras en todos nuestros proyectos, garantizando así, que cada ciudadano que decida vivir en un espacio formal, obtenga calidad de vida digna, para que juntos podamos construir comunidades seguras y protegidas ante cualquier adversidad.