Por: Mg. Ing. Jorge Luis Carranza Lujan
La transformación digital ofrece nuevas oportunidades para que las estrategias empresariales incorporen tecnología, simplifiquen procesos, preparen equipos para trabajar y colaborar con herramientas digitales y utilicen la economía digital para crear procesos o lógicas empresariales que permitan un mejor rendimiento de fabricación.
Se puede concluir que la transformación digital permite a las instituciones adaptarse a modelos de negocio éticos y socialmente responsables, permitiendo la aplicación de modelos de desarrollo escalables, sin olvidar que reducen el impacto en el medio ambiente al agilizar los procesos y reducir el consumo de bienes de Materiales sostenibles como el papel.
En el Perú, Más del 70% de empresas peruanas se mantienen encaminadas en su proceso de transformación digital y el 55% de las empresas manifestó que su presupuesto asignado para transformación digital ha aumentado siendo Salud, Minería y Banca como los sectores con mejor desempeño en procesos de transformación digital.
Otro punto importante de la transformación digital es que la digitalización conduce a una mayor productividad, mayor agilidad, mayor calidad, mayor innovación, mayor rentabilidad y muchos otros aspectos, ya sea para las empresas digitales. Aún así, lo más importante para las empresas offline es comprender cómo los negocios, la tecnología y las herramientas digitales pueden influir y desarrollar empresas o instituciones tradicionales, pero de manera colectiva y estratégica.
Desde una perspectiva tecnológica, la transformación digital se refiere a cambios y mejoras en las tecnologías antiguas de una empresa, como ERP (La planificación de recursos empresariales), CRM (software que registra e integra en una sola base de datos todas las interacciones que ocurren entre una empresa y sus clientes) o cualquier otra tecnología utilizada en los procesos internos, que pueden actualizarse para brindar un mejor servicio y mayor eficiencia, y la integración de nuevas tecnologías: redes sociales, big data, cloud computing, movilidad, inteligencia artificial, dispositivos inteligentes, Internet de las Cosas (IoT), realidad aumentada y otras tecnologías emergentes.
Desde una perspectiva empresarial, esto implica la transformación en tres áreas clave de la organización:
• Modelo de negocio, es decir, cómo las empresas utilizan la lógica y los modelos de negocio de la nueva economía digital para ganar dinero o desarrollar nuevos modelos de combinación.
• La experiencia de usuarios, lo cual es ofrecer más productos o servicios, pero resaltando una mejor experiencia, para lo cual se integra todos los canales en un solo punto de contacto.
• Operaciones, transformación operativa organizacional, preparación de procesos y equipos de RRHH para la transformación digital
Para lograr una transformación digital o visión estratégica digital de la empresa se debe involucrar a todos los actores de una empresa ya sean públicos o privados, siempre pensando en el cliente, el cliente debe estar en el centro de cada decisión y tomarla como punto de partida. pensar en lo que va a cambiar, procesos, modelos de negocio o crear nuevos productos o servicios que se puedan digitalizar, digitalización integrada, al 100% o todo a la vez.
Asimismo, no podemos olvidar que al abordar un proyecto de transformación digital pueden presentarse algunas barreras en ocasiones difíciles de superar. Dependiendo del tipo de organización de que se trate unas serán más disuasorias que otras, pero en general la resistencia al cambio (especialmente en los negocios más tradicionales y consolidados), la falta de liderazgo o de conocimientos técnicos y la inversión económica necesaria son los lastres más importantes.
Sin embargo, no hay duda de que los beneficios que nos puede aportar la transformación digital son más numerosos e importantes. Más allá de la rentabilidad económica que podamos esperar, el proceso traerá otros beneficios cualitativos como pueden ser el aumento de la satisfacción de trabajadores y clientes, la mejora de la imagen de la compañía o la agilidad y rapidez en la toma de decisiones.
El proyecto de transformación digital debe definirse inicialmente con decisión, concienciación y liderazgo para asumir la nueva cultura en la organización. Es crucial abordarla mediante implantaciones cortas e iterativas, pudiendo disfrutar de una agilidad que permita analizar resultados para descartar las iniciativas infructuosas y escalar convenientemente las que demuestran ser positivas.
Para su ejecución encontramos determinados facilitadores que actuarán como impulsores del cambio:
1. Redes de nueva generación que soporten una conectividad con las capacidades y velocidades que exigen las nuevas demandas de la transformación digital.
2. Las soluciones en la nube (cloud computing) no sólo nos permiten acceder a los sistemas en cualquier momento y lugar, sino que además nos otorgan una escalabilidad flexible con tiempos de respuesta casi inmediatos.
3. La analítica de grandes cantidades de datos para extraer y dar valor a la información, cuyo máximo exponente son la inteligencia artificial y la computación cognitiva.
4. La producción automatizada y robotizada que permite la fabricación bajo demanda y autónoma.
5. La extensión de la identidad digital segura, confiable y con capacidad de operación.
6. Un cliente digital que exige nuevos productos y servicios y una mejor experiencia de uso.
Nos encontramos ante un gran reto que nos compromete a todos (ciudadanos, empresas y Administración Pública) con la labor de crear una economía digital competitiva y una sociedad digital moderna y eficiente.
En otras palabras, primero debe entenderse si la organización tiene definida una visión para el futuro digital, entender la estrategia, cómo se logra, entender si la empresa ya tiene un nuevo modelo de negocio, recordar que el cliente siempre debe estar en el centro. El objetivo de la decisión es mejorar la experiencia de sus clientes, cambiando los procesos operativos de la organización, incluyendo el desarrollo de nuevos productos y/o servicios o la reformulación de los existentes.
RESUMEN
La transformación digital no es solo una simple implementación técnica, sino que también requiere transformación y cambios culturales que afectan los procesos, procedimientos, hábitos y comportamientos de las organizaciones y las personas. Con la ayuda de las tecnologías digitales, las organizaciones y las personas han mejorado su capacidad para hacer frente a los desafíos.
En un contexto tecnológico, muchos expertos lo comparan con la revolución industrial o la automatización de procesos, la transformación digital no debe verse como una estrategia para lograr competitividad, sino como una adaptación necesaria para la supervivencia.
La transformación digital no sólo debe ser asumida por los órganos directivos, sino que debe nacer de ellos, contar con su liderazgo y ser impulsada “de arriba abajo” por toda la organización.
Toda la organización debe orientarse a lo digital, asumiendo un cambio organizativo y una nueva distribución de puestos en la que las competencias digitales no recaerán en un solo departamento.
Promover el talento digital es sin duda esencial para gestionar el cambio
El nuevo modelo organizativo va a permitir un mayor nivel de participación del empleado, que deberá asumir mayor responsabilidad en el funcionamiento de la organización.
La transformación digital debe orientarse totalmente al cliente, el cual es un motor fundamental del proceso al exigir productos, servicios, procesos y puntos de contacto digitales.
Avanzar hacia una verdadera Administración electrónica.
Hay que desechar el antiguo método de observación de resultados y diseñar un nuevo sistema de métricas digitales para evaluar el desempeño.
Se debe realizar una inversión en digitalización con presupuesto separado de los costes del negocio, considerada como capital y con cierta flexibilidad a la hora de esperar resultados económicos.
Es importante que las personas estén calificadas para liderar y gestionar el cambio. Los líderes de transformación digital se fortalecen a través de la experiencia y los proyectos, por lo que es imperativo crear una cultura con fuertes incentivos para atraer y retener el talento adecuado y un proceso de contratación ágil para construir equipos que impulsen la transformación organizacional.