Editorial

Ensañamiento contra Chimbote

Obras paralizadas:

El 9 de julio del 2022, en el marco de una pomposa ceremonia realizada frente a la Plaza de Armas, el ex alcalde provincial  Roberto Briceño Franco  dio inicio a la construcción  de la primera etapa de una ciclovía en la berma central de las diez  primeras cuadras de la Av. Pardo, tramo comprendido entre el jirón Guillermo Moore y la avenida Aviación. Con una inversión de 4 millones 200  mil soles, la obra debió concluida en un plazo de 6 meses, es decir el 9 de enero del 2023.

Pero los primeros días de  agosto, a tan solo un mes de haberse colocado la primera piedra,  la obra ya se encontraba paralizada.  Aún así, ni la comuna provincial ni el contratista se dignaran brindar la menor explicación, como si la ciudad de Chimbote no tuviera derecho a saber lo que se hace o se deja de hacer en su nombre. La paralización no pasó por alto para el colegio de Ingenieros y el colegio de Arquitectos, cuyos decanos adelantaron ante la opinión pública su fundado temor de que se repita lo mismo que sucedió con las obras inconclusas del bulevar isla Blanca y el Malecón Miguel Grau.

Desde entonces, ha pasado más de un año y tal como hemos dado cuenta en nuestra edición  del sábado, la municipalidad provincial del Santa se ha visto en la obligación de rescindir el contrato con la empresa  contratista HM Energía & Desarrollo SAC. El motivo: no haber cumplido con concluir la obra en el plazo establecido y hacer caso omiso a reiterados requerimientos por parte de la comuna. Pese al tiempo transcurrido, a la fecha la obra de la ciclovía solo ha alcanzado el 55% de avance. Un desengaño más para Chimbote.

Luego de conocer esta decisión, y una actitud que dice mucho de la falta de cultura empresarial, HM Energía  & Desarrollo SAC  abandonó la obra dejando en su interior enormes montículos de arena y material desechable, obligando a que sea la comuna provincial la que se encargue de erradicar estos montículos  para restablecer la limpieza y la seguridad del tránsito peatonal y vehicular. Aún así, todo indica que  el próximo 6 de diciembre, por segundo año consecutivo, la ciudad de Chimbote va a celebrar un nuevo aniversario de creación política con su principal arteria convertida en un desastre.

Que una gestión municipal cometa un error en la ejecución de una obra,  es algo que está dentro de los límites de la tolerancia. Por algo existen los planes de contingencia y asimismo la capacidad para aceptar y corregir errores.  Sin embargo, la avenida Pardo no es la única obra que la gestión del ex alcalde Roberto Briceño ha dejado en las mismas y hasta en  peores condiciones.

Con esas mismas características, se encuentra la avenida Costanera, que en enero del presente año, cuando ya se encontraba paralizada, hizo noticia a nivel nacional al derrumbarse estrepitosamente debido a graves deficiencias  en su diseño estructural y construcción. En la misma situación ha quedado la avenida Brea y Pariñas  y el complejo deportivo del P.J. San Juan, donde uno de los cobertores de las tribunas se derrumbó por falta de anclaje, dejando a dos obreros heridos de consideración.

En la lista de estas obras también no puede faltar el puente peatonal que se debió construir entre el mercado La Perla y centro comercial Mega Plaza, que solo quedó en primera piedra;  y asimismo, la carretera de ingreso al centro poblado Cascajal que se mantiene paralizada. Un acápite aparte, merece la construcción del Teatro Municipal, el primer proyecto  en ejecutarse bajo la modalidad de obra por impuesto, y cuya construcción debió concluir el pasado mes de mayo. Como lo ha advertido la Contraloría General de la República, esta obra todavía no ha sido concluida y, por lo que se ha comprobado, éste será el único teatro del mundo que no tendrá puerta auxiliar ni tampoco playa de estacionamiento.

Un error lo comete cualquiera, pero no cualquiera puede cometer tantos errores al mismo tiempo. Esto no es casualidad. Esto ya parece ser producto de un ensañamiento que Chimbote no merece ni tiene porque dar por aceptado.