Cuando por primera vez visitó Chimbote el año 1971, el Padre Juanito tuvo un presentimiento inconfundible: esta ciudad sería la sede de la labor no solamente pastoral sino también social que habría de identificarlo de por vida. Para él, esa era la voluntad de Dios.
De ahí que cincuenta años después, con esa misma determinación y con la certeza de habérsele diagnosticado cáncer a la próstata, lo primero que ha hecho es separar un espacio en el camposanto San Pedro de esta ciudad, para que ahí reposen sus restos mortales para cuando Dios decida llevarlo ante su presencia. Ha decidido no separarse de Chimbote jamás.
En 1971, cuando el joven sacerdote Jhon Davis Weed recorrió por primera vez las calles de Chimbote, éstas se encontraban en escombros como resultado del terremoto de 1970. Pero no se trataba solamente de una destrucción telúrica nunca antes ocurrida en estos lares. En medio de este escenario, el Padre Juanito quedó impactado ante la destrucción social que también era evidente. El consumo de drogas, la delincuencia y la prostitución clandestina estaban presentes en todo lugar las 24 horas del día, destruyendo valores y poniendo en grave riesgo la salud moral de la ciudad.
Pero lejos de cerrar los ojos a esta realidad y huir de ella, el Padre Juanito se dijo a sí mismo, que era aquí, en la ciudad de Chimbote, donde debía consagrar la tarea que Dios le había encomendado. Regresó a los Estados Unidos con la firme determinación de volver a Chimbote tan pronto como se lo autorizaran sus superiores.
Y así fue. En 1975 se hizo cargo de la parroquia Cristo Rey del pueblo joven Villa María y al año siguiente hizo lo propio en la parroquia San Francisco de Asís, donde permaneció por un espacio de diez años. En 1986, el obispo de la Diócesis de Chimbote Luis Bambarén Gastelumendi, dispuso su traslado a la parroquia Perpetuo Socorro del pueblo joven La Victoria.
Ha sido ahí, en esta parroquia, donde el Padre Juanito desarrolló una labor de proyección social sin precedentes. Todos en Chimbote recuerdan que fue en este ambiente religioso donde funcionó el primer centro de rehabilitación de jóvenes víctimas de la drogadicción y el alcoholismo. Fue también ahí donde, bajo su patrocinio, inició sus funciones la Defensoría del Niño y el Adolescente para atender los casos de abandono y violencia familiar que ya eran bastante comunes. El reparto gratuito de alimentos, ropa y medicinas, también fue parte de esta proficua labor; a lo que se suma el trabajo que desarrolla la ONG Asociación Civil de Asistencia Familiar, ACAF.
En un gesto que traduce el reconocimiento del pueblo de Chimbote, hace dos días la Cámara de Comercio y Producción de la Provincia del Santa ha ofrecido al Padre Juanito un homenaje público declarándolo Personaje Ilustre de Chimbote. No es para menos, él siempre estará presente con nosotros.