Opinión

No son pelotudeces democráticas

POR: FERNANDO VALDIVIA CORREA

En mayo de 2021, un programa de televisión propaló un audio del entonces virtual Congresista oficialista, Guillermo Bermejo, escuchándolo decir “si tomamos el poder no lo vamos a dejar, con el perdón de ustedes y todas sus pelotudeces democráticas”, en alusión a la vena autoritaria que con el pasar de los meses demostraría durante el desgobierno del golpista Pedro Castillo.

Transcurrido 31 meses de aquél lamentable episodio, nuevamente la política pone a prueba nuestro talante democrático. Continúa el lawfare, que es en buena cuenta la politización de la justicia o judialización de la política. Una incipiente investigación de la Fiscal Superior (P) Marita Barreto derivó en el arresto del asesor de su Jefa, la Doctora Patricia Benavides. Acostumbrados al show mediático (como no podía ser de otra manera teniendo como integrante a Harvey Colchado, exjefe de la DIVIAC, policía parapolítica del nefasto régimen de Martín Vizcarra), armaron un organigrama criminal encabezado precisamente por la Titular del Ministerio Público. Puros dichos, sin indicios y menos pruebas. Sin embargo, eso bastó para que días después la Junta Nacional de Justicia decidiera suspenderla por 6 meses. Cierto, Benavides Vargas cometió errores, tres cuando menos. Uno, en el momento que Barreto y compañía se lucían allanando la oficina e inmueble de Jaime Villanueva, ésta fue removida del cargo. Sí, el puesto era de confianza, aun así el momento no fue oportuno. Dos, por la tarde y en conferencia de prensa, inexplicablemente declaró estar presentando denuncia constitucional contra la Presidente de la República, acusándola por los muertos acaecidos en las asonadas violentistas de diciembre y enero pasado. Ídem caso anterior, no era la ocasión. Y tres, se presentó ante la JNJ para sus descargos. Una vez sentada refirió “no tener garantías de existencia de imparcialidad” y simplemente se retiró, dejando con la palabra en la boca a los miembros de la citada entidad. Pero, digámoslo claramente, por yerros como estos, la sanción impuesta es totalmente exagerada. En respuesta, el Parlamento ensaya la defenestración de todos los integrantes de la polémica Junta. Varias mociones van presentándose de manera acelerada, y pareciera que logrará su objetivo.

La interrogante que fluye es ¿después de esto que sigue?. Incierto. Lo que no lo es; o mejor dicho es real, es lo paralizado que está el país, agobiado por una subida de precios de primera necesidad, lenta pero constante, corrida de la inversión extranjera debido a la creciente inestabilidad política, así como el incremento de la delincuencia, desempleo, etc. El gobierno hace su esfuerzo, quizá el máximo dentro de la coyuntura. Pero no depende solo del Ejecutivo, pues en esta lucha; es decir, en este batallar de defender nuestra bien lograda democracia estamos todos los peruanos. Es momento de buscar y encontrar puntos en común, coincidencias más que diferencias, y que juntos empecemos a salir de este marasmo existente. Lo merecemos, y nuestras generaciones venideras también.