Editorial

En las redes de la clandestinidad

Desagües industriales:

En lo que ya es una rutina que se ha vuelto cotidiana, hace tres días personal de la empresa municipal Sedachimbote intervino un local del pueblo joven Villa María donde se pudo comprobar un hecho que también es parte de nuestra realidad cotidiana. Desde hace mucho tiempo atrás, en este lugar funciona un  establecimiento dedicado a la  corte primario de pescado y otros productos hidrobiológicos.

Nada de extraño ni de ilegal  tendría esta actividad si no fuera porque la sanguaza que resulta de este proceso industrial es arrojada en forma clandestina  a la red de desagüe doméstico del  referido pueblo joven, exponiendo al vecindario a frecuentes problemas de atoro y contaminación  ambiental que también se han vuelto comunes.

El problema  no deja de preocupar en la medida que en esta parte del pueblo joven Villa María, considerada como zona industrial, funcionan no uno sino varios establecimientos dedicados a esta misma actividad industrial, desconociéndose por tanto  si todos ellos incurren en el mismo delito contra la legalidad y el medio ambiente.

Hasta donde se sabe, estas plantas industriales deben estar están adscritas al sistema administrado por Aproferrol, que como se sabe consiste en la concentración de los desagües de la industria pesquera para su posterior evacuación, diez kilómetros mar adentro de la bahía, a través de un emisor submarino.

Pues se tiene conocimiento que varias de estas fábricas, no solo de Villa María sino también de la zona industrial El Trapecio y 27 de octubre, se mantiene renuentes a afiliarse a este sistema convencional de evacuación y prefieren hacerlo conectándose clandestinamente a la red de desagüe doméstico, con todas las consecuencias funestas que eso significa  para el vecindario y la salud ambiental.

Que Sedachimbote “descubra” recién estas conexiones ilegales no es ninguna novedad. Eso lo saben perfectamente y desde hace muchos años  no solo los inspectores de la empresa del agua y de la Municipalidad Provincial del Santa sino también de PRODUCE, SANIPES, OEFA y demás organismos fiscalizadores de la industria pesquera en sus diversas etapas.

Por consiguiente, que estos hechos sean denunciados públicamente  por los vecinos afectados y no precisamente por los organismos fiscalizadores, es algo que no  deja de transmitir un sabor a ingenuidad y hasta complicidad.

En más de una oportunidad, dirigentes vecinales han denunciado que estas conexiones clandestinas afectan por igual no solamente a los vecinos de Villa María sino también de El Trapecio, 27 de Octubre y la Florida. Ya es tiempo de ponerle fin a las redes de la clandestinidad.