Opinión

Nuestra conducta

Por: César Villón Ruiz

En nuestra conducta humana es no sentirnos ni más ni menos con nuestro prójimo, vivir con humildad y sin soberbia; la humildad es una de las virtudes fundamentales, porque con tu humildad demuestras confianza hacia otras personas, como una virtud digna de imitar. La soberbia en la persona se deja dominar de ella actuando en ser altivo, arrogante, fogoso y violento, lo vive en cólera e ira expresando con rabia. Muchas de las relaciones de pareja son disfuncionales por falta de humildad prevaleciendo la soberbia, en ambas parejas o en una de ellas, se vuelven tensas, distantes, sin afecto, ambos se critican al extremo faltándose el extremo a ocurrir un crimen. Lo más grave, cuando tienen hijos desarrollan la misma conducta con sus parejas, no es fácil ponerle punto final a estas relaciones inadecuadas, porque ninguno desea ceder y creen que tienen la razón; la esencia es que se acabó el amor, el respeto, la consideración, la lealtad por ellos y los hijos no tienen capacidad para comprender que necesitan ayuda, llegando a otras situación, se van a vivir independientemente porque no soportan las relación y evitar actos de violencia doméstica y en algunas circunstancias se ha dado y los que mas sufren los hijos. En un hogar cuando estamos lejos de Dios, reina satanás porque no quiere ver hogares felices donde la separación y el divorcio es la solución que quiere satanás el rey de la maldad. Querida familia para ser feliz en nuestro hogar la palabra de Dios por excelencia no dejemos de orar y leer la biblia y que Dios bendiga nuestro hogar y que la paz reine con nuestros hijos. La Biblia aconseja. En estos tiempos difíciles en que el matrimonio y la familia están bajo constante ataque, aunque lograrlo no es sencillo, pero, pidiéndole a Dios en oración cuenta con su ayuda. Para proteger su matrimonio debe de estar determinado el hacer 2 cosas: dar prioridad a nuestro matrimonio, que su cónyuge sienta que usted lo necesita y valora y que ambos disfruten de la vida juntos. Cuando surge un problema no es de responder a la ligera, es fijar un momento adecuado para hablar del problema, cuando su cónyuge este hablando, resiste el impulso de interrumpirle, ya llegará a usted el turno de hablar escuche y sea comprensivo. La solución a nuestros problemas lo tiene Dios en su palabra, dice: “No te apresures en tu espíritu a enojarte, porque el enojo reposa en el seno de los necios” Eclesiastés cap. 7: 9. “Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará” Proverbios cap. 24:3. “Finalmente, ser todos de un mismo sentir, compasivos, amándose fraternalmente, y misericordiosos, amigables, no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sabiendo que fuisteis llamados para que heredase bendición” 1 Pedro cap. 3:8-9. Querido lector tengamos presente con principio Bíblicos confiables que, puestos en prácticas harán que su familia sean más felices. Dios bendiga nuestros hogares. Amén