Editorial

Lo que se espera de la oficina del JNE

De los 600 mil electores que tiene la región Ancash, más de 200 mil (33%) se encuentran en la provincia del Santa. Electoralmente hablando, somos a nivel nacional una de las provincias con mayor caudal electoral; lo que, desde luego,  tiene mucho qué ver con las expectativas y  con los resultados de  cualquier proceso electoral.

Como ha quedado demostrado en más de una oportunidad, el caudal electoral de la provincia del Santa ha sido capaz de inclinar la balanza a favor o en contra de determinada candidatura. La mejor prueba de ello ha tenido lugar en las últimas elecciones generales donde  el cupo de cinco congresistas que le corresponde a la región  Ancash, ha sido avasallado por candidatos de esta jurisdicción.

Ante esta contundente realidad, el Jurado Nacional de Elecciones, mediante resolución N° 19-2024, ha dispuesto la apertura de una Oficina Descentralizada con sede en la ciudad de Chimbote, cuya jurisdicción abarca las provincias de Santa, Casma y Huarmey, un escenario geopolítico muy bien articulado.  Conforme reza el contenido de la resolución, esta oficina cumplirá las funciones de Mesa de Partes y Orientación.

Hasta hace poco, esta labor  se hallaba concentrada en la Oficina Descentralizada del JNE de Huaraz, de la que dependían las veinte provincias de la región. Precisamente esta circunstancia  ha sido objeto de un desleal aprovechamiento cada vez que se han realizado procesos electorales. En el trayecto hacia la ciudad de Huaraz, los personeros o representantes legales de agrupaciones políticas  precedentes de las diversas provincias, solían cambiar nombres, falsificar firmas  y manipular a su antojo listas completas de candidatos. Como resultado de esta mala práctica, los procesos electorales  devinieron es una burla y una estafa en perjuicio de la voluntad popular.

Y no solo eso. Este manipuleo de documentos y voluntades también ha permitido que muchos candidatos sentenciados o impedidos de participar en el proceso electoral, traspongan la valla de la ley y logren  ser elegidos. Dos de ellos son el ex gobernador Juan Carlos  Morillo Ulloa y el actual alcalde del distrito de Huandoval Pedro León Paredes Tadey. Para que estas maniobras pudieran dar buenos resultados, entraban en juego cuando faltaban escasos minutos para el cierre de las inscripciones, dejando sin chance de esa manera  cualquier reclamo posterior. Hecha la ley, hecha la trampa.

En ese sentido, la nueva oficina electoral creada en Chimbote tendrá  que empezar su labor atendiendo en forma prioritaria la necesidad de una correcta orientación en materia electoral dirigida a las organizaciones políticas de esta jurisdicción. No creemos que sea mucho pedir si esta orientación propugna la creación de una necesaria cultura electoral.

La proximidad de nuevas elecciones generales, donde después de cuarenta años vamos a elegir  diputados y senadores, requiere de una docencia alturada de civismo y madurez política para no repetir nunca más los errores del pasado. Un universo de más de 200 mil electores, así lo exige y justifica.