A DERECHO
En Pueblo chico nada es secreto. Por ello es que hace una semana atrás los pobladores de Yaután se vieron sobresaltados cuando corrió “como reguero de pólvora” el rumor que la Policía se había llevado al Alcalde y lo estaban deteniendo. Muchos pensaban que se trataba de una broma pues ya en Yaután habían vivido la penosa experiencia de ver que su ex alcalde José del Carpio Melgarejo se vio precisado a esconderse para que no lo lleven a la cárcel tras ser condenado por la justicia y ahora se decía que el alcalde Pablo Chilca Ibañez seguiría el mismo camino. No se puede olvidar que Yaután ha vivido una dolorosa experiencia pues tras la fuga del alcalde Del Carpio, asumió funciones Luis Yui Botteri, quien no tenía ni siquiera tres meses en el cargo cuando las balas asesinas de un grupo de delincuentes lo mataron cuando viajaba en un ómnibus interprovincial, fue entonces que asumió Pablo Chilca y el pasado viernes 17 se llevó un gran susto. Cuando despachaba tranquilamente en su oficina llegaron efectivos de la Policía Judicial de Casma quienes le mostraron un oficio y le pidieron que los acompañara. Se trataba de un documento expedido por un Juzgado Unipersonal de la vecina provincia de Casma mediante el cual estaban ordenando su traslado compulsivo a ese despacho para que cumpla con la diligencia a la que se había resistido a concurrir. Cumplida la diligencia el alcalde podría volver a su oficina. Se trataba de una de las tantas diligencias que las partes de un proceso suelen ignorar con temeraria indiferencia, les importa un comino el llamado de la autoridad y solo cuando se ven emplazados por la fuerza pública recién se preocupan. Claro, el alcalde saldrá con ese viejo y conocido cuento chino que “nunca me llegó la notificación”, cuando en su condición de autoridad todos los documentos se canalizan por la oficina de asesoría legal. Para la próxima que sea más humilde y que acate el llamado de la autoridad, de esa manera no solo impedirá que lo tengan que llevar por la fuerza, sino los muchísimos comentarios que ya lo habían dado como nuevo inquilino de Cambio Puente.
PENDIENTE
El grave accidente registrado hace algunos días en el P.J. San Pedro, en el que un pesado camión de carga se empotró en una vivienda, no es el primero y tampoco será el último. Ello porque la pista es una verdadera pendiente, hay que tener mucha habilidad en el timón para superar estas arterias bastante complicadas y cuando te falla algo del auto, sean los frenos la visibilidad o los reflejos entonces podría ocurrir una desgracia. Ya antes ha ocurrido en el mismo cerro de San Pedro y se han registrado hechos similares en otros lugares, como en el cerro San Cristóbal de Lima. En estos casos las viviendas que se encuentran ubicadas en la parte baja de cada tramo son las que terminan pagando los platos rotos, generalmente allí recalan los vehículos, se empotran, destruyen todo lo que encuentran a su paso y ponen en serio peligro la vida de los ocupantes. En estos casos se tejen historias propias de novelas porque estos accidentes se presentan cuando por una rara coincidencia el propietario que tiene su cuarto a la calle se ha dirigido a descansar a otro ambiente o ha salido providencialmente del mismo. Lo que se tiene que hacer es construir barreras de concreto a efectos de proteger estas viviendas, de lo contrario, no tardará aquel día en el que se tenga que lamentar una desgracia.
PERVERTIDO
EL Poder Judicial ha ordenado hace una semana atrás el internamiento en el penal de Cambio Puente de un agricultor que ha sido acusado de ultrajar nada menos que a su nieta de tan solo 9 años de edad. Este hecho se puso al descubierto cuando un vecino del sector La Carbonera, donde se registraron los hechos, escuchó los gritos de la niña que le suplicaba al abuelo que la deje en paz y no abuse de ella. De inmediato se dirigió a la vivienda de la profesora del plantel en donde estudia la menor, siempre en La Carbonera, y ésta ya había recibido un testimonio tímido de la niña que le decía que su abuelo la había tocado. Con la denuncia del vecino, la docente no vaciló en acudir a la comisaría de Buenos Aires y denunció al depravado, fueron a recoger a la niña, la llevaron al médico legista y tomaron su versión en cámara Gessel. Cuando la Policía llegó hasta las chacras a detener al sujeto éste se mantuvo en silencio y en esa misma actitud se mantuvo durante la audiencia de prisión, este desviado sexual solo se merece cárcel perpetua.