El último mes del año que se fue, los trabajadores de la Beneficencia Pública de Chimbote estuvieron denunciando una serie de malos manejos que estaban relacionados, todos ellos, con manejos indebidos e irresponsables de los presupuestos destinados a esta institución, empero, pese a la contundencia de los cargos la dirección de esta entidad no ha hecho absolutamente nada, al parecer, cómplice de los mismos.
Lo cierto es que desde el año pasado se han revelado, por ejemplo, que el Contador de la entidad había justificado el rembolso de viáticos por comisión de servicios con boletas de pago que eran falsas, lo cual no solo representa una falta de índole administrativo sino que es un delito que debería ser denunciado por el Ministerio Público.
De la misma manera, los trabajadores denunciaron los privilegios que tiene un servidor de SERFIS, que es una entidad que funciona dentro de la misma Beneficencia de Chimbote, y en la cual el individuo hace lo que se le viene en gana, incluso, ni siquiera acude a trabajar pero no le aplican descuentos, al parecer, porque forma parte de una perniciosa argolla que se sostiene desde los cargos más altos de esta entidad en nuestra ciudad.
Hasta el presidente del directorio Ítalo Alegre ha sido sindicado de preocuparse más por la visita en páginas de adultos en las redes sociales que dedicarse a asuntos de su función, lo que pone de manifiesto que algo muy malo se descompone dentro de la entidad pero desde las esferas ministeriales nadie parece preocuparse por ello.
Esto ha llegado a tal extremo que el propio Obispo de la Ciudad ha demandado una mejor fiscalización de los recursos en la Beneficencia a la luz de las denuncias periodísticas en la medida que se trata de una entidad que se dedica a la ayuda social, lo que quiere decir que esos recursos que se despilfarran deberían estar destinadas a campañas de los sectores más pobres de la ciudad.
Pero a poco de cerrarse el último año se formuló una denuncia mucho más delicada y es la relacionada al desvió de fondos destinados a la reparación y mantenimiento de una unidad vehicular que ha sido asignada a la Beneficencia y que debería estar al servicio de las actividades asistenciales que ella realiza,
Ocurre que esta unidad fue entregada a la Beneficencia Pública por el Programa Nacional de Bienes Incautados (PRONABI) en calidad de uso temporal y atendiendo a que la entidad local necesita de unidades para poder desplazar los bienes que suele entregar en los sectores más pobres de la ciudad.
El PRONABI es un programa del gobierno que maneja los bienes que han sido matería de incautación por diversos delitos, especialmente los relacionados con tráfico de drogas y lavado de activos, por lo cual cuenta con una importante cartera de bienes que deben ser destinados a las entidades que más lo requieren
Sin embargo, lo primero que hizo la Beneficencia de Chimbote con esta unidad es formular un requerimiento de cinco mil soles a efectos de ponerla operativa y asignarla a las actividades, dinero que es autorizado por la gerencia local y la administración, los cuales argumentan que se necesitaba en este momento para el servicio mecánico, mantenimiento, traslado, SOAT, entre otros.
Sin embargo, en la ficha técnica vehicular que obra en el expediente de la asignación de esta unidad vehicular, se puede leer claramente que el vehículo se encuentra operativo y en regular estado de conservación, inclusive, basta observar las fotografías que acompaña la información y se advierte que se trata de un vehículo bastante cuidado.
Lamentablemente, los denunciantes reconocieron que aquí existe una extraña maniobra que trata de ocultar un hecho grave o que se presta para los malos manejos de la institución y es que en la revisión de los documentos no existe el acta de entrega del vehículo por parte de los representantes del PRONABI a los empleados de la Beneficencia.
Esto es absurdo porque toda entrega de bienes debe contar con un documento de estas características y en su contenido se debe consignar las condiciones en que se entrega la unidad, incluso, se anota siÂÂ tiene o no combustible, es un dato importante el que se anexa en este documento pero extrañamente no existe en el expediente que tiene la Beneficencia lo que quiere decir que lo han destruido o sencillamente no se hizo, lo cual implicaría también una grave irregularidad por parte de los funcionarios responsables.
Este hecho requiere de una investigación imparcial en la medida que a la fecha solo se cuenta con la resolución del PRONABI que aprueba la asignación de este vehículo en calidad de uso temporal a la Beneficencia de Chimbote y en el cual se anexa la ficha técnica que demuestra que la unidad se encontraba operativa, lo que quiere decir que no se justifica el requerimiento de cinco mil soles para servicio mecánico.
Inclusive, en el supuesto negado que así fuera, que la unidad vehicular habría requerido efectivamente de un mantenimiento previo y de la adquisición de documentos necesarios como un SOAT, todos estos gastos se justifican con los comprobantes respectivos de las empresas que ofrecieron el supuesto servicio o las aseguradoras que vendieron el SOAT, sin embargo, en las dependencias de la propia entidad no existe documento alguno, todo apunta a que se utilizó este supuesto requerimiento solo como pretexto para que desviaran el dinero a manos extrañas.
No es posible que en una entidad pública, en donde el manejo de los recursos está determinado a justificarse en cada una de las etapas y en donde los trámites burocráticos suelen ser engorroso, que aparezcan hechos de esta naturaleza en donde nadie entiende como es que se aplicó una suma de dinero para un servicio que aparentemente no se necesitaba pero que si se ha trabajado nadie rinda cuenta de los mismos.
Lo cierto es que en este caso existe “gato encerrado”, como lo hay en los muchos otros hechos que se han denunciado en el 2017, de allí que es el Ministerio Público el que debe tomar cartas en el asunto y ante las evidencias de la comisión de delitos ya debería haber intervenido esta entidad o por lo menos ordenado una investigación preliminar. No se puede dejar que los recursos que llegan para destinarse a los sectores sociales más pobres, se dilapiden de la forma como se hace en la Beneficencia de Chimbote, hay que poner alto a este descarado derroche.