Por: Percy Robles Guibovich.
He oído de cambios y mejoras, de infortunios
y repentinas alegrías, de fiestas y velorios.
No sé de qué ciudad me hablan:
Yo siempre he estado aquí, a veces saludo
cuando reconozco a alguien.
Mayormente permanezco matando mis pulgas
ajeno al tiempo, blanqueado por el sol.
Dante Lecca Lozano.
Cuando el siglo XX todavía era nuevo 1916 (como olvidar el año, si es la fecha en que nace mi madre) en Chimbote un 03 de febrero, nace el más Huanchaquero de los Huanchaqueros, Chimbotano por los cuatro costados. Don JOSE BELTRAN MENDOZA, hijo de Don Martin Beltrán Banzur y Doña Dominga Mendoza Arroyo, tercera generación de chimbotano. Hoy los Beltrán están en la sexta generación.
En el flamante Distrito de Chimbote, era alcalde don Gregorio Navarro y que en su gobierno municipal se devuelve a Chimbote la Categoría de Puerto Mayor.
En humilde cuna Don José abrió los ojos y olió el mar, en la segunda cuadra de José Pardo a Doscientos metros del mar, el mar que en sus aguas se reflejan desde hace miles de años el cielo y el hombre pescador. ¡Chimbote! En este puerto hemos mecido nuestra infancia y hemos aprendido a amarla y contemplar agradecidos, viendo como los últimos rayos del sol se pierden en el mar.
Don José estudió primaria en la Escuelita del Profesor Ochoa, esquina de Bolognesi y E. Palacios. Como su padre Don Martín había fallecido, tuvo que dejar la escuela para ayudar a sostener el hogar. Pero la primaria de ese entonces era como la secundaria de hoy en día. José se vuelve ducho pescador cortinero, en las lanchas de Don Carlos Salcedo y Juan Chinchayán; eran épocas muy difíciles para la familia Beltrán.
Pasan a vivir en Bolognesi, donde hoy queda el local del Rotary Club. El tres de febrero del 50 se casa con la Chimbotana Lucia Samanamud Palomino, de esa unión en el amor y sacramento de fé, nacen: Violeta, Víctor, Dominga, José, Oscar, Luis, Ana y Fanny. En el año 1953 su madre Doña Dominga Mendoza, le dá la casa del Malecón Grau 137 ¡Finalmente frente a frente al mar! Su mar, perfume y sabores salobres que se depositan en las batientes de las puertas; es una historia de amor que dura una eternidad. Es sed de aventuras e historias, es un bote a velas o a remos que se aleja por el horizonte, es un pelícano que surca el cielo. Es la puerta entre el pasado y el futuro (negro), entre una vida que se perdió y otra que se vive.
Don José pescador, corriendo por la orilla del mar junto a sus camaradas de faena: Marcos Martínez, Méndez, Añazgo, Epifanio Mendoza, que ya le llevan la delantera en la marathón de la vida.
En 1958, ya funcionaba el muelle uno de CPS y Don José, pasa a ser estibador. Llegan nuevos vientos a su economía familiar y sus hijos estudian en el colegio particular “Corazón de Jesús” de la señorita Esther Navarro Bidaurre; esquina Bolognesi con E. Palacios y el chino Juan con tienda divisoria. A sus hijos nunca les faltó nada y le sobró cariño. Sus amigos estibadores Bernardo Beltrán, Pancho Guzmán, Aquiles Zegarra y Coliche Gozzer, también ya partieron al infinito.
Don José cuando soltero, fue un recio Back central del “Deportivo Independiente” y que jugaban en el canchón de la Av. Pardo; fue jugador de la Selección de Chimbote y llego a jugar en el antiguo Estadio Nacional de madera, en Lima. Su apelativo cariñoso era Cachimba, que era una pipa para fumar. Hasta que lo pillo doña Dominga, su madre y nunca más volvió a fumar. Don José no toma, no fuma, es muy pegado a su familia, un padre querendón como “mamá gallina”, nunca, nunca los recriminó, ni castigó a ninguno de sus hijos. Esa tarea era para doña “blanquita” su querida esposa, mujer de carácter, que impuso órden y disciplina que dió como resultado un producto bueno ¡Los hijos!.
Don José ha tenido dos golpes fatales en su larga, honrada y decente vida. En el año 1990 su hijos Oscar, se recibe de Bachiller en Derecho en la UNT y regresaba a su Chimbote, a su Familia y un desgraciado accidente de tránsito truncó sus sueños “los hijos deben enterrar a los padres y no los padres a los hijos”. El 12 de noviembre del 2012, doña “Blanquita” su esposa, su amiga, su amor eterno, su media mitad – 63 años juntos – parte a encontrarse con su hijo Oscar y desde ahí velan por los que quedan en esta tierra de contrastes; también el día muere en ella y don José vive en sus hijos y nietos.
Chimbote es un paraíso perdido, pero también es una tierra en la que todavía conservamos recuerdos ancestrales. La historia misma de Chimbote está escrita sobre su rostro, arrugado por la arena y la brisa salobre del mar, sus ojos guardan en la memoria las páginas de un libro sagrado. Don José es un ¡icono viviente!
Don JOSE BELTRAN MENDOZA, paisano, amigo, amigo de mi familia, lo quiero como si fuera parte de ella y hoy que cumple 100 años bien vividos. Espero y rezo para que sus siete hijos, diez nietos y dos Bisnietos, estén alrededor de su meza, con su papá, abuelito o popó el viejito de barba blanca según Matías. Blanquita y Oscar estarán con nosotros, y como usted dice ¡No habrá para comer, pero tu casa es tu casa!
Feliz cumpleaños don José, feliz 100 años.