Editorial

Editorial: ::: ¿OTRO ANUNCIO MÁS? :::

El congresista de la república Modesto Julca Jara anunció la semana pasada que presentarán una denuncia penal contra el gobernador regional Waldo Ríos Salcedo por incumplimiento de funciones y por marcada negligencia que ha derivado en que el proyecto de construcción del nuevo hospital La Caleta quede relegado y postergado.

El parlamentario explicó que hace más de un mes el gobernador de Ancash se comprometió a desactivar el código snip del proyecto del hospital La Caleta a efectos que este pase automáticamente a poder del Ministerio de Salud y, de esta manera, como ente ejecutor el portafolio del ejecutivo lo tomaría en cuenta para su programación presupuestal en el presente año.

Esta gestión era necesaria y obligatoria porque a la fecha el mencionado proyecto se encuentra asignado al gobierno regional de Ancash, muchos deben recordar que es una obra que ofreció ejecutar el ex presidente regional César Álvarez Aguilar en una de las tantas falsas promesas que hizo a la población, incluso, muchos deben recordar que llegó con una maqueta al nosocomio para evidenciar que estaba trabajando en este proyecto.

Lo cierto es que La Caleta solo sirvió como una bandera electoral para los gobernantes de turno, cada quien ofreció gestionar la obra desde el lugar en el que se encuentran pero aquella solo quedó en eso, en un proyecto elefantiásico que ni siquiera ha podido definir en donde se reconstruirá por completo.

Precisamente, este ha sido un tema de permanente distracción de las autoridades ancashinas, el ex presidente regional estaba decidido a ejecutarlo en el mismo terreno en donde hoy se levanta, inclusive, a sabiendas que existen normas de seguridad básicas que impiden y prohíben los hospitales frente al mar.

En una ciudad que está ubicada frente al litoral y en una zona considerada como sísmica, no se pueden construir nuevos hospitales a orillas del mar por el peligro que representa ante un movimiento terráqueo y la amenaza de un tsunami, por ello es que se formó un comité que se encargó de buscar los terrenos apropiados y los ubicaron en el P.J. Dos de Mayo, un poco más lejos en donde se ubica el mercado y en una zona considerada como de expansión urbana y comercial.

Lamentablemente, el ex presidente regional no solo no quiso priorizar este proyecto, se negó a adquirir nuevos terrenos y, por el contrario, llegó a utilizar el proyecto como un motivo de aprovechamiento, pues muchos deben recordar como es que, a través de la OEI, adjudicaron una consultoría para elaboración del proyecto con el arquitecto del empresario Fortunato Cannan. Este fue el caso de Guillermo Turza que fue quien se encargó de elaborar los expedientes que resultaron ser copia fiel de otros proyectos de hospitales en otros lugares del país, inclusive, los montos relacionados con el equipamiento fueron sobrevalorizados, tal y como se demostró en sendos informes transmitidos por la televisión nacional.

Sin embargo, esa es solo parte de la negra historia del proyecto de construcción del hospital La Caleta, en la actualidad sigue siendo una ilusión para miles de Chimbotanos que advierten con espanto que las cosas sitúen igual o peor que antes.

Ello porque hace solo unos días se dio cuenta del informe evacuado por el Ministerio de Salud y las propias declaraciones del titular de este portafolio que dieron cuenta de la programación de hospitales cuya construcción ha sido considerada en los presupuestos del sector y en dicha relación no figura el hospital La Caleta.

En esta relación figura, por ejemplo, el hospital de Huaraz y el hospital El Progreso de Chimbote, que no es otro que la construcción de un nosocomio de primer nivel sobre los terrenos en donde se ubica la posta de salud de ese sector, de allí que cualquier hijo de vecino se pregunta ¿Cómo es posible que se haya presupuestado el hospital El Progreso que no cuenta con mayores antecedentes y no lo hicieran con el hospital La Caleta que tiene hasta estudios y código SNIP?

La respuesta está en la desidia e indiferencia de un gobernador regional como Waldo Ríos, a quien no le importó jamás este proyecto y por ello no cumplió con desactivar su código y no ha quedado registrado como una obra que corresponde al Ministerio de Salud, por el contrario, en los papeles sigue en manos de un gobierno regional ineficiente, inoperante e inútil.

Sin embargo, tampoco olvidamos que las autoridades ya ofrecieron antes denunciar a Waldo Ríos cuando no cumplía con ejecutar la descolmatación de los ríos a la que se comprometió y al final se desistieron. ¿Harán lo mismo en esta ocasión? Lo mejor será que presionen a este pésimo gobernador para que transfiera de una buena vez el proyecto al ejecutivo porque en sus manos quedará refundido.

                                                           TRISTE FINAL

La muerte es un desenlace fatal que lo único que trae es tristeza y dolor, que deja una enorme huella en los deudos y los seres queridos que son los que padecen la secuela de una desaparición, con mayor razón cuando ella es repentina.

Esto es lo que debe suceder con los deudos del joven ciudadano español Raúl Pascual Frances, quien a los 32 años se encontraba en el Perú y había contraído nupcias con una joven chimbotana, aparentemente gozaba de plena salud.

Sin embargo, la semana pasada, cuando departía con sus familiares en la Urbanización “Paseo del Mar”, de pronto sufrió un cuadro de asfixia cuando consumía alimentos, por lo que fue llevado de urgencia a un hospital en donde falleció como consecuencia de un paro cardíaco.

Lamentablemente, no se dieron a conocer mayores detalles de este deceso, lo cierto es que fue un acto repentino que no es común en las personas, menos aun cuando nos encontramos con un joven sano y físicamente fuerte, algo debió suceder con su organismo para que pierda la vida de manera tan fulminante. Nuestras condolencias a sus familiares y esperamos que se conozca lo que realmente pasó para que en el futuro no se repita en otras personas, por lo menos para conocer que es lo que se requiere hacer cuando se presentan situaciones similares.