Editorial

Editorial: ::: FIESTA ELECTORAL :::

Con el cierre del plazo de inscripción de candidatos, la medianoche del último miércoles, virtualmente se ha puesto en marcha la fiesta electoral que vivirá el país en próximo 10 de abril en el que tendrá la difícil y delicada misión de elegir a sus nuevas autoridades, a un jefe de estado y 120 congresistas por los próximos cinco años.

Nuestra región no podía ser ajena a este procedimiento y hasta la hora del cierre de las inscripciones consiguieron registrarse 15 de las 18 listas que postulan a nivel nacional en este proceso electoral, algunas de las cuales llegan en condición de favoritas y otras como las novedades que tratan de ganar espacio con toda clase de ofertas electorales que, ciertamente, menudearán en estos días.

Sin embargo., siendo la elección presidencial una contienda de carácter nacional, las elecciones congresales involucran a nuestra región en la medida que por el voto preferencial los ancashinos tenemos la gran oportunidad de elegir a nuestros cinco representantes en el parlamento nacional, serán ellos los que tengan la responsabilidad no solo de legislar y fiscalizar en favor de nuestros intereses, sino fundamentalmente atender el pedido de los ciudadanos cuando no son escuchados por el Estado.

En tal sentido, tenemos a 75 candidatos que están legalmente inscritos, ellos serán objeto de tachas u oposiciones que puede plantear cualquier ciudadano en ejercicio de su derecho constitucional y para ello también existen plazos que la autoridad electoral se encargará de hacer respetar.

Por el carácter regional que tiene esta contienda, los candidatos han debido desplazarse o enviar a sus personeros hasta la ciudad de Huaraz en donde se han recepcionado las inscripciones y, como tales, será en esta misma ciudad en donde se tengan que plantear los recursos que se consideren pertinentes a la luz de los nombres que han aparecido y que se están difundiendo en los medios de comunicación.

Justamente, cuando se conocen a los integrantes de las listas es que comienzan a aparecer nuevos hechos y acontecimientos que no son de dominio público y que siendo de la esfera individual de los postulantes, algunas veces generan cuestionamientos de carácter ético o legal que promueve la descalificación del candidato.

Generalmente, esto se generaba en la existencia de antecedentes judiciales que pueden arrastrar quienes pretender acceder a una curul parlamentaria y que salen a la luz solo cuando alguien que conoce personalmente al postulante muestra las pruebas pertinentes y obliga a un pronunciamiento de la autoridad judicial.

Sin embargo, hay que reconocer que de un tiempo a esta parte esta clase de candidatos se ha relegado, los propios partidos y movimientos han sido lo celosamente suficientes como para calificar los antecedentes de sus integrantes después de los escándalos que se han registrado en la política nacional en los últimos años, de allí que si es que existen aún candidatos con sentencias serán depurados en lo que queda de estos meses antes de los comicios pues la autoridad electoral tiene ahora facultades para retirar a candidatos que no hayan dicho la verdad en sus hojas de vida.

Lo que se busca, en realidad, es hacer más decente o transparente la política nacional, lamentablemente en los últimos años han llegado al poder gente que está bastante descalificada, que no tenía reparos en postular aprovechando la debilidad de la ley al señalar que solo están prohibidos aquellos que tengan una sentencia firme y ejecutoriada, de tal suerte que aquellos que arrastran juicios con sentencias en apelación si estaban habilitados, lo que deriva en delicadas situaciones en el futuro porque esas personas solo buscan la inmunidad parlamentaria.

De allí que aún existe la posibilidad que cualquier ciudadano haga llegare alguna información, si la conoce, con relación a la situación jurídica de un candidato, esto es necesario e imperativo en la medida que nuestro sistema aún tiene algunas fallas que permiten que los filtros no detecten a todos los audaces que tratan de colarse en una contienda en donde muchos esperamos que desaparezcan los fantasmas de la impunidad del pasado.

De allí que hemos visto que algunas listas, por lo menos las más importantes, incorporan a rostros nuevos al escenario político, a profesionales que cuentan con méritos importantes como para asumir un escaño, aun cuando, claro está, no faltan aquellos que tratan de repetir el plato y que forman parte de esa cofradía electoral a las que nos tienen acostumbrados como convidados de piedra.

Esos sempiternos candidatos ya no deberían tener espacio para postular en los comicios, empero, es su derecho y por ello volverernos a verlos y hasta deleitarnos con sus propuestas que son siempre las mismas y muy manoseadas.

Por ello es que las autoridades electorales han desarrollado una serie de programas y proyectos que buscan que el electorado asuma estos comicios con mucha responsabilidad, que se informen y conozcan quienes son realmente los candidatos, que sepan que existen páginas en las redes sociales en las que se inserta la información relacionada con la trayectoria, la capacidad, la idoneidad y hasta los planes de gobiernos de todos los candidatos.

Ya no estamos en los tiempos de la carreta en la que los anticuchos y las propuestas de los candidatos casi ni se conocían y si existían no estaban al alcance del elector, eso ya no puede tolerarse en la era de la tecnología, en los tiempos en los que basta hacer un clic para tener a la mano la información que uno quiere.

Por ello es que al haberse agotado el plazo de inscripción de candidatos al Parlamento Nacional, es evidente que ya todas las cartas están sobre la mesa, algunos serán objetados y cuestionados, pero lo cierto es que los electores comienzan a vivir una fiesta electoral que se desarrollará en los próximos 60 días y que concluirá con un veredicto final sobre el que reposará el futuro del país. Esto es lo que tienen que entender todos los peruanos, que estamos ante una nueva oportunidad de escoger a los mejores cuadros y no debemos dejarla escapar nuevamente.