CATON
La captura del avezado delincuente Carlos Ademir Martínez Santos (a) “Catón”, registrada la semana pasada en el A.H. “Ramal Playa”, no solo se destaca porque cayó como consecuencia de la colaboración de una persona que se acogió al régimen de recompensas que ofrece el gobierno, sino porque su siniestra figura está increíblemente asociada a uno de los hechos criminales que más ha golpeado a los Chimbotanos: el crimen de Ezequiel Nolasco Campos. En efecto, este sujeto conocido como “Catón” es el líder de la gavilla conocida como “Los Malditos de Santa María”, de la localidad de Huacho, quien había tomado parte en el asalto a la vivienda de Juan Manuel Garay Obregón (a) “Huachanito”, un sujeto dedicado al tráfico de drogas cuya vivienda resultó atractiva para los delincuentes por los lujos que ostentaba, empero, los maleantes no solo se llevaron sus propiedades sino que violaron a la esposa y la hija de “Huachanito”. Este juró venganza y por ello contrató los servicios de Jorge Loloy Valencia (a) “Chino Malca” para que reclute a sicarios que le permitan asesinar a los que ultrajaron a su familia, y, de esta manera llegan a Huacho los sicarios juveniles Christian Cruzate Pereda (a) Colombiano” y Johnny Saavedra Acosta (a) “Winny”, quienes fueron alojados en esa localidad por “Huachanito”. Cuando estos asesinos planificaban el triple crimen se encontraban en el Restaurante al cual ingresa Ezequiel Nolasco en el trayecto de su viaje a Chimbote. El “Chino Malca”, por sus nexos delincuenciales con Rubén Moreno Olivo (a) “Goro”, sabía que la cabeza de Nolasco tenía precio y por ello se contactó telefónicamente con este sujeto para decirle que podría realizar ese trabajo allí mismo porque estaba con los asesinos en esa localidad. De esta manera se perpetra el ataque contra el ex consejero regional, fue asesinado y por este hecho el triple crimen de la banda de Catón se postergó una semana, ocurrió el 21 de marzo en una losa deportiva, sin embargo, Carlos Martínez (a) “Catón” salvó de morir porque estaba preso en el Penal de “Carquin” de esa localidad. Como “Huachanito” a raíz del atentado de Nolasco fue capturado y se encuentra en “Piedras Gordas”, ya no pudieron asesinar a “Catón pero éste era consciente que lo buscaba no solo la Policía sino la gente de “huachanito”, por ello se mantuvo a salto de mata hasta que la semana pasada llegó a “Ramal Playa” y fue identificado por un vecino de la zona. Ahora ha sido trasladado al penal de Huacho y muchos piensan que sus días están contados, la venganza no se olvida o desaparece, se concreta mañana, pasado o más tarde. Es la ley del lumpen.
PARADERO
¿Alguien había escuchado alguna vez, antes del último jueves, que se había caído un paradero y que este hecho pudo ser una tragedia de haberse hallado varias personas en ese lugar?. Como lo suponemos, realmente jamás se había escuchado un incidente de esta índole. Y, es que los paraderos son estructuras habitualmente fuertes, que son difíciles de ceder ante la fuera del viento o ante la acción de los maleantes. Lamentablemente, este no fue el caso del paradero instalado en la avenida Pardo, frente al Centro Comercial Megaplaza y al costado de la primera puerta de ingreso del mercado La Perla, el cual se vino abajo la semana pasada debido a una aparente debilidad de los soportes que lo fijaron en el piso. Justamente, una lectora de esta columna que estuvo aquel aciago día en el mencionado lugar y estuvo a punto de convertirse en una víctima de una presunta mala obra de la Municipalidad Provincial del Santa, nos escribe para decirnos la vela verde de una tal Micaela Flores, quien ostenta el cargo de Gerente de Obras de la Municipalidad a pesar de haber sido antes condenada por el mismo delito y en agravio de la misma Municipalidad. La lectora nos dice que jamás pudo escuchar tanta hipocresía junta, menos aun de quien se dice es profesional, pues ella vio como después de la caída habían quedado expuestos los clavos delgaditos y pequeños que eran los que sostenían el paradero de los bloques de cemento que colocaron para que quede fijo en el suelo. Claro, asegura que los primeros que llegaron fueron los del serenazgo, los que se encargaron de limpiar las huellas, de sacar los clavos y no permitieron que se pueda observar cuan endebles fueron colocados por los encargados de la obra. “eso de decir que, al parecer, intentaron robarlo y dejaron los tornillos en el aire o que algún vehículo debilitó sus estructuras al chocar y darse a la fuga, es realmente una bufonada. Yo fui testigo de todo ello” nos dijo esta ciudadana que prefiere mantener en reserva su identidad pero que dijo no podía contenerse ante las cantinflescas explicaciones que escuchó en una radio. Esperemos saber que nos dice el alcalde luego de su investigación que ha ofrecido el fin de semana.