Elecciones internas:
En realidad todos quisiéramos que las elecciones regionales y municipales que se realizaron en octubre del 2018 sean en la práctica el último proceso electoral donde las cúpulas de las agrupaciones políticas impusieron a sus candidatos a dedo. Como ha venido sucediendo desde hace muchos años, han sido estas cúpulas dirigenciales las que se encargaban de elaborar tras bambalinas, es decir entre gallos y medianoche, las listas de candidatos para todo proceso electoral; sin importar para nada, por supuesto, los procedimientos legales ni la voluntad partidaria, menos los factores capacidad y honestidad.
Como hemos podido ver a través de los años, las elecciones internas que están en la obligación de realizar los partidos políticos para nominar a sus candidatos, jamás se han realizado de la manera como lo disponen las normas electorales. Hasta donde hemos podido ver, estos procesos no han sido sino un remedo de democracia interna, con quema de padrones y toma de locales incluidos, donde las candidaturas terminaban imponiéndose al caballazo. En el colmo del descaro y la desvergüenza, el nombre de los candidatos podía cambiarse incluso a bordo del taxi que conducía a los personeros rumbo a la oficina de inscripción. Como es obvio, los elegidos no resultaban ser los militantes más idóneos ni aquellos de trayectoria impecable, sino los oportunistas más audaces y económicamente más pudientes.
El alto precio de esta malaventuranza política lo venimos pagando desde hace mucho tiempo con la gestión desarrollada por un buen número de alcaldes y gobernadores que, valiéndose de estas artimañas, lograron salir elegidos y han terminado envueltos en graves denuncias penales y escándalos de corrupción.
Para cerrar esta página de nuestra controvertida historia electoral, la ONPE ha dispuesto que en adelante las elecciones internas de cada agrupación política se lleven a cabo bajo su supervisión. Se espera que solo así se pueda hacer uso del filtro que se necesita para que la voluntad partidaria no solo se respete en todos sus extremos sino también sea una expresión de total transparencia y legitimidad. Para tal efecto, funcionarios del ente electoral y de la UGEL Santa han iniciado la semana pasada las coordinaciones para que por primera vez este proceso se lleve a cabo en locales escolares.
De lo que se trata es de cerrar un capítulo de nuestra historia electoral para dar paso a uno nuevo. Ya es hora de dejar atrás los vicios y el mal uso de las reglas democráticas y dar paso para que sean los mismos militantes y no los dirigentes partidarios quienes elijan a los candidatos. A los militantes hay que brindarles la satisfacción de saber que su voto se respeta.
De acuerdo con el cronograma electoral, las elecciones internas están programadas para el próximo mes de mayo y el resultado definitivo recién se podrá conocer los primeros días de junio.
Llama la atención por eso que muchos personajes, entre conocidos y desconocidos, ya se hayan adelantado autoproclamándose candidatos y estén inundando la ciudad con enormes y costosos paneles de publicidad. Por donde se le mire, este mensaje es una falta de respecto a las normas electorales, que no le hace ningún favor al proceso electoral ni al sistema democrático. Si así comienzan ¿qué se puede esperar de ellos?