¡El colmo!
Mientras que toda persona que ejecuta una construcción en plena vía pública es sancionada con multa, orden de demolición y otras penalidades ¿qué puede suceder con la municipalidad distrital de Nuevo Chimbote por haber construido el polideportivo de Bruces invadiendo 4000 metros cuadrados de la avenida Central?. Esta absurda e inaceptable ilegalidad, que solo puede servir de argumento para una película de ficción, fue dada a conocer a este medio de comunicación el último fin de semana por el actual gerente de la comuna sureña Daniel Cueva Huaraz.
Construido el año 2009 durante la gestión del alcalde Valentín Fernández Bazán, recién después de trece años se sabe que el polideportivo es una obra ilegal. Aún así, el ex alcalde de Nuevo Chimbote, actualmente prófugo de la justicia, inauguró esta infraestructura en una pomposo ceremonia que tuvo como padrino al ex presidente Alan García Pérez.
Sin embargo, a causa de semejante aberración la obra jamás cumplió con el procedimiento legal de ser oficialmente recepcionada, manteniéndose hasta el día de hoy en la insostenible condición de obra pendiente. Por lo demás, desde su inauguración hasta la fecha han pasado por la comuna sureña cuatro gestiones ediles, sin que ninguna de ellas haya dicho una sola palabra respecto a este grave error. El silencio es escandaloso.
Pero lamentablemente ahí no queda todo. Como consecuencia de dicha ilegalidad, en este momento no se puede realizar en el polideportivo ningún trabajo de refacción y mantenimiento, todo ello a pesar de ser una infraestructura de concurrencia masiva y, como tal, expuesta a un acelerado proceso de desgaste. Hacerlo sería ir en contra del Reglamento Nacional de Obras Públicas y todo indica que a estas alturas nadie quiere cargar con muerto ajeno. La bomba tendrá que estallar en manos de una nueva gestión municipal.
Ello no obstante, ante esta sorprendente realidad surgen dos poderosas incógnitas. La primera es cómo la municipalidad pudo aprobar de un plumazo el expediente técnico de la obra sin advertir el error. Éste es un documento que se supone debe ser escrupulosamente elaborado, en el cual no se puede aceptar ningún descuido de carácter técnico ni legal. ¿Cómo es asimismo que el ministerio de Economía y Finanzas pudo aprobar y otorgar la partida presupuestal correspondiente?.
Es de suponer que toda esta documentación pasó por manos de la comisión de obras de la comuna distrital y ésta bien pudo hacerse asesorar por los colegios de ingenieros, arquitectos y abogados. No se entiende por eso cómo se pudo aprobar y ejecutar una obra en tales condiciones de precariedad técnica y legal.
La segunda inquietud tiene que ver con la actuación del contratista de la obra. El Organismo Supervisor de Contrataciones con el Estado, OSCE, señala que en este caso la comuna distrital debió poner a disponibilidad del contratista el terreno debidamente saneado e inscrito en registros públicos. Cosa que no fue así. ¿En qué estuvieron pensando los funcionarios municipales y el contratista a la hora de firmar el contrato de la obra?
Lo cierto es que aquí hay mucho pan que rebanar, tanto para la Contraloría General de la República como para la Fiscalía de Prevención del Delito. El caso del polideportivo de Bruces necesita ser subsanado lo antes posible ya que por culpa de unos cuantos no puede terminar como una obra condenada a la autodestrucción.