Editorial

Editorial: ::: EL DENGUE ACOMETE :::

La vecina provincia de Casma se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en una zona endémica para el dengue, un mal que muchos imaginamos que no podría ser una amenaza para esta parte del país pero que se ha establecido de manera peligrosa y ha sido en la vecina provincia en donde se prolifera de manera peligrosa.

La semana pasada, la Directora de la Oficina de Desarrollo Institucional de la Red de Salud Pacífico Sur, Irene Valle Salvatierra, ha dado a conocer que este mal ha avanzado de manera peligrosa en Casma en donde el número de infectados no solo se ha multiplicado, pues ya llegan a 38 casos confirmados, sino que cinco de ellos corresponde al tipo II al cual se le conoce como Dengue Hemorrágico.

Esto sí que es preocupante en la medida que este tipo de Dengue es mortal, cuando no se atiende a tiempo y no se controla puede llevar a la muerte de la persona infectada, de allí que requiere de una atención especializada y del internamiento y aislamiento del paciente a efectos que no pueda ser picado nuevamente por otros mosquitos.

Esto último es importante en la medida que la propagación de este mal se hace a través de la picadura de vectores del dengue de una persona infectada que luego llevará el mal a otras personas y se convierte en una cadena que puede provocar un brote de la enfermedad.

Lamentablemente, la población no advierte una reacción seria y contundente por parte de la autoridad en lo que se refiere a la prevención y lucha contra el mal, lo cual es riesgoso si se tiene en cuenta que a esta actitud parsimoniosa se suma la conocida resistencia de un sector de la población que se niega a abrir las puertas de sus viviendas para que se realicen las campañas de abatización y fumigación, como corresponde a una zona en donde se ha detectado la presencia del vector del dengue.

Decimos que en la respuesta de la autoridad de salud ha predominado la lenidad en razón que sus campañas no han sido lo suficientemente contundentes en función al peligro que representaba la presencia del dengue en esa localidad.

Basta recordar que el año pasado se puso al descubierto que el personal del sector salud encargado de esta tarea había sustraído de manera sistemática el combustible destinado a la maquinaria y vehículos que se deberían utilizar en las campañas de fumigación, lo cual evidentemente conspiró en los logros de los mejores resultados.

La semana pasada han llegado hasta nuestra ciudad, específicamente a la sede de la Red Pacífico Sur, un numeroso grupo de personas que han trabajado en las campañas de prevención del mal dengue en casma pero se quejaban que no les cancelaban los salarios que les correspondía, los hacían viajar constantemente y no obtenían resultado alguno en estas gestiones, predominando el malestar en todos ellos.

De allí que la pregunta que todos nos hacemos es ¿Cómo es posible hacer frente a un mal tan peligroso y contagioso como el dengue si las autoridades no respetan a los trabajadores que contratan para esta tarea? ¿De esta manera irresponsable vienen afrontando la campaña de lucha contra el dengue?

Hay que tener cuenta que en Casma la presencia de personas contagiadas ha sido permanente en los últimos años, siempre se ha conocido que es una zona en donde el vector ha sentado sus bases y había la necesidad de mantener una permanente vigilancia epidemiológica en esa provincia para impedir, precisamente, que este mal se extendiera en los niveles que hoy advertimos.

Infortunadamente, la zona de Casma pertenece a la Red Pacífico Sur en donde los problemas entre trabajadores y la Dirección han sido constantes en los últimos años, el gobernador regional prefirió mantener por mucho tiempo a un odontólogo que solo llegó al cargo para mantener una disputa constante con los gremios sindicales y los resultados no fueron otros que contínuas paralizaciones, de allí que puede explicarse que el mal del dengue se haya afianzado en la medida que las campañas preventivas no fueron lo suficientemente consistentes como para erradicarlo.

Cierto es que el Dengue es un mal que cotidianamente se presenta en la zona norte o oriental del país, empero, la propia naturaleza del zancudo vector es posible hallarlo en las zonas en donde las temperaturas ambientales son elevadas, por ello es que Casma se ha convertido en un lugar ideal para la proliferación de estos insectos y por ello debe merecer toda la atención de las autoridades.

Esto es evidente si se tiene en cuenta que el Dengue es una enfermedad epidémica, es decir, que suele propagarse fácilmente porque se transmite por la picadura de los vectores de personas infectadas a los potenciales portadores, por lo tanto es imprescindible afianzar las campañas de fumigación y abatización para matar este mal.

Si esto es así, sería prudente modificar en estos momentos los conceptos que se mantienen en el manejo epidemiológico de la amenaza a estos males, específicamente en lo que se refiere a la fumigación y el desesperado pedido de dirigentes de muchos asentamientos y zonas agrícolas de Chimbote para que las autoridades fumiguen en sus sectores por la insoportable presencia de los zancudos.

Los especialistas han señalado al respecto que la fumigación, por el riesgoso efecto que conlleva, solo se aplica en aquellos lugares en donde se hayan efectuado estudios vectoriales y en donde de haya determinado mediante análisis que existe la presencia del zancudo vector, de lo contrario no es necesario sino que se debe apelar a otras modalidades de prevención de este mal.

Seguramente que en el papel esto es lo que corresponde, empero, si estamos a solo 40 minutos de una localidad en donde se han presentado casos de dengue hemorrágico, que tiene efectos mortales, creemos que es necesario adoptar medidas preventivas y no esperar a que aparezca el vector.

Si se tiene en cuenta que el Dengue acomete, es momento que las autoridades jueguen sus cartas a ganador, se tiene que autorizar la fumigación en aquellas zonas en donde los insectos están haciendo mella entre niños, mujeres y ancianos. En estos casos es mejor prevenir, antes que lamentar.