Editorial

Editorial: ::: NO SE PUEDE FALLAR :::

En medio de una serie de contradicciones, finalmente las autoridades de la provincia han autorizado la petición al Gobierno central de la ampliación del estado de emergencia por espacio de 45 días más, con la finalidad de hacer frente a la ola delincuencial y proteger a la ciudadanía especialmente en estos días festivos.

El acuerdo fue sancionado la semana pasada en el marco de una nueva reunión del Comité Provincial de Seguridad Ciudadana (COPROSEC) a pesar que unos días antes el secretario técnico de este mismo organismo había adelantado a los medios de comunicación que no se solicitaría la ampliación de la emergencia por ser innecesaria.

Esta contradicción radica en el hecho que exista una controversia entre los propios miembros del comité de seguridad sobre la conveniencia del estado de emergencia que, como es de dominio público, implica la suspensión de derechos y garantías ciudadanas que cautela la ley y la Constitución Política del Estado.

Empero, tanto el Presidente de la Corte Superior de Justicia del Santa, Dr. William Vizcarra Tinedo como la Presidenta de la Junta de fiscales Nancy Moreno habían expresado su disconformidad con seguir ampliándose los estados de emergencia en la medida que no solo no resuelve la problemática de la inseguridad sino que expone a la ciudadanía en general a posibles actos de transgresión de sus derechos fundamentales.

Empero, ha sido finalmente la posición de la Policía Nacional la que se ha impuesto, ha llegado a convencer y persuadir a otras autoridades, como el alcalde provincial e instituciones de la sociedad civil que se hace necesario mantener un régimen de seguridad más estricto en la medida que permanece la amenaza del sicariato y la extorsión, más aun cuando se ha afianzado el tráfico de terrenos y esa modalidad delictiva ha incursionado en este rubro, lo que obliga a tomar mayores medidas de precaución.

Sin embargo, al margen de estas contradicciones y posiciones irreductibles, la pregunta que se hace el ciudadano de a pié es ¿realmente se hace necesario ampliar el estado de emergencia por un nuevo período de 45 días más?.

Hay que tener en cuenta que este estado de emergencia excepcional, es decir que solo se implementa por medidas de seguridad ciudadana, ya tiene una vigencia de 6 meses en Chimbote y de acuerdo al cuadro mostrado por la Policía Nacional en líneas generales ha sido muy positivo porque le ha permitido a la autoridad realizar incursiones que le permitieron detener a muchas bandas y requisitoriados.

Si bien es cierto esta información es cierta y veraz, los medios de comunicación han advertido que el accionar policial ha sido positivo en los primeros meses de su vigencia, posteriormente se ha reducido notablemente la producción policial en lo que se refiere a la lucha contra la delincuencia.

Y es que los medios de comunicación son los que difunden las informaciones de corte policial y han advertido que en los dos últimos meses el número de incursiones policiales ha decrecido de manera notable, la capturas de bandas es mínima y los patrullajes no rinden mayores resultados, salvo una que otra intervención.

Ello no es evidentemente producto de un relajo policial, es consecuencia de los constantes cambios que se han registrado y con casos que han golpeado la moral de la institución tutelar y que la expusieron ante el concepto público.

Y para muestra solo hace falta un botón: la Jefatura de la División Policial de Chimbote se encuentra acéfala, el coronel Miguel Acuña Gallo que está al frente de ella ha sido suspendido temporalmente porque se encuentra sujeto a una investigación disciplinaria generada de enfrentamientos con oficiales de su misma institución, lo que ha dado lugar a que asuma la conducción otro oficial del mismo rango hasta que se dilucide la situación del jefe policial.

De la misma manera, la captura del ex Comisario de Buenos Aires, el destituido Comandante Fredy Tuesta Chicana, con un alijo de más de 100 kilos de Clorhidato de Cocaína, en las inmediaciones del balneario de tortugas, ha representado un fuerte golpe contra la imagen de la institución policial.

En las primeras pesquisas se pudo establecer que este pésimo ex oficial se había involucrado en una organización dedicada al tráfico de drogas y utilizaba el uniforme policial para facilitar el transporte del alcaloide, para lo cual había establecido un centro de operaciones nada menos que en el Balneario de Tortugas, en donde transportaba la droga para ser reiterada por vía marítima.

La ciudadanía en general se pregunta con justificada razón ¿si un alto oficial de la Policía, un elemento de alto rango es capaz de camuflarse en la mafia y de utilizar el sagrado uniforme para delinquir, que otra cosa podemos esperar de la entidad que se supone está a cargo de la seguridad ciudadana en todo el país?

Es evidente que este hecho ha menoscabado la imagen policial y ocurre en medio de un estado de emergencia que, al parecer, no estaba funcionando como correspondía, por ello es que hay muchos estamentos que han puesto en tela de juicio su vigencia.

Uno de ellos es el sindicato de transportistas de Chimbote, quienes han señalado que la emergencia solo ha servido para que malos Policías pretendan sacar provecho de la situación al detener en operativos a los choferes con la única finalidad de exigirles sus documentos en regla como si fueran Policías de Tránsito o como si la emergencia se hubiera establecido para verificar el funcionamiento de los vehículos cuando en realidad lo que se requería es que identifiquen si el chofer y los pasajeros se encuentran requisitoriados o perseguidos por la ley, empero, a ellos jamás les solicitaron su DNI.

Sea como fuere, cierto es que un estado de emergencia obliga a la autoridad policial a desplegarse mucho mejor, la induce a exigir mayor presencia policial en las calles y la autoriza a realizar incursiones cuando las circunstancias lo ameritan, de esta manera se han desvirtuado muchos grifos de droga y se ha detenido a muchas personas. Ahora que estamos en la fiesta patronal de Chimbote y que se avecinan las fiestas patrias, es evidente que se tiene que hacer un esfuerzo más para que la Policía siga mostrando una presencia real y contundente en las calles.