Editorial

Editorial: ::: ABSOLUTO DESCONTROL :::

En muchas otras regiones las autoridades defienden y protegen sus recursos turísticos porque son conscientes que no solo forman parte de su bagaje cultural sino porque entienden que son una envidiable fuente de ingresos por los recursos que dejan los visitantes y turistas llamados por las riquezas naturales de nuestra nación-.

Lamentablemente, en Chimbote y en casma no existe ese celo y obligación que existen en otros lugares y permiten que sus recursos no solo se deterioren por la falta de interés y de decisión de los organismos competentes, sino que los maltraten y los echen a perder por una absoluta falta de control.

El balneario de Tortugas, una de las playas más impresionantes del litoral, es considerado un recurso turístico de nuestra costa, empero, las autoridades no lo cuidan y protegen como corresponde, permiten que allí se realicen actividades propias de una pesca semiindustrial, así como la presencia de pescadores llegados de otros confines que solo contribuyen a la suciedad y contaminación.

Esto se ha denunciado algunos años atrás porque siendo Tortugas una hermosa rada propicia para el control de las corrientes e ideal para los bañistas, también genera la presencia de bancos de peces y moluscos que son aprovechados y explotados por pescadores que están asentados en el mismo Balneario y que han hecho de esa actividad su medio de vida.

Ellos suelen cuidar su actividad, la protegen y mantienen limpias las playas en la medida de sus posibilidades, empero, cuando las aguas de este balneario acogen la presencia de especies que se reproducen se genera un fenómeno que da lugar a la invasión de pescadores de otras caletas y hasta bolicheras que depredan los cardúmenes.

Es el caso del calamar, un molusco que busca aguas tranquilas e ideales para desovar, suele ingresar masivamente al mar de Tortugas y cuando ello ocurre los pescadores, “pinteros” como se les conoce, desarrollan actividades y faenas limpias y cuantiosas, utilizan aparejos apropiados para esta captura de tal suerte que extraen las especies más grandes.

Sin embargo, estas temporadas son aprovechadas por pescadores foráneos, gente que llega en bolicheras y no tiene reparos en lanzar redes que extraen no solo las especies grandes y juveniles, sino que arrastran las hueveras que depositan las hembras para reproducirse, es una depredación inclemente que ha generado serios enfrentamientos entre los hombres de mar que defienden su bahía y esta gente sucia y beligerante.

Pero así como depredan las especies, estas embarcaciones suelen limpiar su captura en las playas, dejan una gran cantidad de suciedad, trasladan balsas y totoras con las cuales llegan a las orillas y por ello se convierten en verdaderos muladares.

Inclusive, se ha visto en años anteriores que este repentino auge que denigra y deteriora una playa que es turística, ha atraído la gente de mal vivir, sujetos que se embriagan, que se drogan y llegan las mujeres de vida alegre porque la venta masiva de las especies genera movimiento de dinero.

De la misma manera, el crecimiento de esta pesca convoca a los comercializadores que llegan con sus cámaras frigoríficas que se desplazan por toda la playa derramando sus pestilentes restos de sanguaza, sin inmutarse ante los reclamos de los moradores y residentes de ese Balneario que lo único que consiguen es una respuesta procaz y amenazante de esta gente que no solo tiene educación sino que es sumamente ignorante.

Empero, aun cuando esta actividad ya se ha visto y cuestionado en años anteriores, todo indica que a las autoridades no les interesa en lo más mínimo pese al gran daño que se hace a la ecología y los lugares de esparcimiento y turísticos como el Balneario de Tortugas, se deja que los pescadores foráneos hagan lo que la gana se les da a pesar que a solo unos minutos tienen  un puerto pesquero como es la caleta de Comandante Noel en donde existen instalaciones portuarias, empero, prefieren Tortugas porque tiene la especie a la mano y no vacilan en echar sus restos a la Playa.

Los residentes de este Balneario llegaron la semana pasada a la sede de la Capitanía de Puerto de Chimbote para demandar la intervención de la autoridad marítima, antes ya lo habían hecho en la Municipalidad de Comandante Noel, en la Fiscalía de Medio Ambiente, en la Dirección Regional de la Producción y en la Unidad de la Policía Ecológica, empero, nadie hace nada para detener la terrible contaminación que se genera en este Balneario.

Las imágenes que han captado los vecinos con la finalidad de ilustrar a las autoridades son elocuentes, dicen de una actividad nociva y perniciosa que no puede permitirse, la presencia de basura y aguas negras que se lanzan a la playa es delincuencial por lo que urge que se adopten correctivos.

No llegamos a entender cómo es que teniendo la Policía Nacional y el Ministerio Público unidades especializadas en la lucha contra los delitos ecológicos no reaccionen ante una denuncia tan delicada como la que han formulado los residentes del balneario de Tortugas, no se puede permitir que nuestros recursos turísticos se vean afectados de esta manera tan pusilánime, a vista y paciencia de todo el mundo.

Ni siquiera la depredación de las especies que se reproducen en esta playa son materia de una protección por parte de las autoridades de Produce, se sabe que además del calamar la extracción de conchas de abanico es una actividad que genera mucho movimiento en la medida que allí existen bancos naturales que deberían ser protegidos por la autoridad, al margen de la pesca de diversas especies que a nivel de pescadores artesanales se hace de manera correcta y adecuada cuidando la conservación de la especie y la limpieza de las aguas.

No sabemos si las autoridades han adoptado ya alguna medida, empero, no deben dejar de hacerlo y mantener una custodia permanente, si bien es cierto nadie puede ser privado de una actividad laboral y económica en el mar, también es cierto que deben hacerlo respetando no solo los derechos de los demás, sino esencialmente, la conservación de la especie y la limpieza de las playas donde laboran.