CUENTAS
Tal parece que los gremios de pescadores ya no están dispuestos a seguir mirando como los grandes empresarios les pisan el poncho a sus beneficios y por ello han apelado a profesionales con la finalidad de establecer la real dimensión de los pagos que les corresponden. Por lo menos eso es lo que hemos visto los periodistas la semana pasada cuando el secretario general del Sindicato de Motoristas, Alcides Herrera Inga, ofreció una conferencia de prensa para dar a conocer los acuerdos adoptados por su Junta Directiva en relación a los reclamos que vienen haciendo en torno al pago de utilidades y ante la negativa de las empresas a efectuar los desembolsos correspondientes. Ello porque las grandes corporaciones pesqueras, aquellas a las que se les conoce como el Oligopolio de la pesca en el país, pensaron que apelando a los mecanismos a los cuales estaban acostumbrados para callar el ruido sindical seguirían funcionando como siempre, es decir, “quedar bien con el dirigente sindical” o entregar una asignación que represente el dinero en el bolsillo que reclama el pescador para que se quede tranquilo aun cuando ello no represente al pago de las utilidades que reclama, osea la famosa “bonificación”. Es la política del bebé llorón, es decir aquella que consigue acallar el llanto del niño entregándole un dulce. Por ello el SUMOPP no ha querido seguir en esa prédica y ha contratado a profesionales del derecho y de Contabilidad para que se realicen los cálculos sobre los montos que realmente le corresponden por utilidades. Se entiende que los contadores públicos son los encargados de evaluar los estados financieros y establecer los pagos que corresponden, empero, han debido conseguir abogados porque son conscientes que las empresas se cerrarían en su obligación de entregarles la información de sus estados contables y eso es lo que ha sucedido. Tendrán que accionar legalmente para que puedan tener esa información, que al fin y al cabo les corresponde. Estas medidas demuestran que hay nuevas generaciones de dirigentes sindicales que no se prestan a acuerdos subterfugios y que están decididos a hacer respetar el derecho del pescador, por ello es que han dirigido sus estrategias por esa senda legal. Uyuyyyuuuyyyyy.
POINT
Es realmente lamentable la absoluta falta de control de los padres de familia sobre sus hijos menores de edad. En la última semana se han conocido una serie de informaciones que han demostrado que esta situación es preocupante. Una de ellas está relacionada con el operativo realizado el pasado fin de semana por la Policía, la Municipalidad Provincial y el Serenazgo, en el cual se intervinieron pistas de baile y discotecas en donde se hallaron a decenas de menores de edad que, botella en mano, libaban licor sin control alguno. Las imágenes difundidas por los medios de comunicación son elocuentes, allí se observa las botellas de cerveza con los vasos vacíos y en el fondo a los menores de edad que apenas si pueden sostenerse sobre sus pies, los relojes señalaban que eran horas de la madrugada y la pregunta que todos se hacen es ¿dónde estaban los padres de estos menores? ¿Sabían que estaban empinando el codo? ¿Saben a dónde recalan sus hijos cuando están totalmente intoxicados de licor?. El otro hecho se registró en Nuevo Chimbote, en donde se puso al descubierto que una vieja casona en el sector de “Los Álamos”, que está totalmente abandonada, se convirtió´ en el punto de encuentro de los alumnos, hombres y mujeres, que se escapan de sus colegios, se cambian la ropa y se confunden en escandalosas orgías en ese inmundo lugar. Se ponen a libar licor y mantienen relaciones sin control alguno y sus padres desconocen que se han evadido de las aulas. De allí aparecen luego los pandilleros y los delincuentes juveniles, los embarazos adolescentes y la perdición de muchos jóvenes. Ojo que los padres tienen mucha responsabilidad en todo esto.
CASONA
A propósito de esta casona, las autoridades deberían investigar quienes son los propietarios de este predio y obligarlos a protegerlos, darle seguridad e impedir que se conviertan en guarida de gente de mal vivir, bajo pena de multarlos y sancionarlos. Este inmueble de Los Alamos fue de propiedad de una entidad que se fue a la quiebra y en el remate de los bienes fue a parar a manos de los grandes especuladores de predios que los adquieren a precio huevo y luego los utilizan como medios de garantías o esperan el momento adecuado para venderlos a precios descomunales y obtener pingües ganancias. Está bien que en su condición de propietarios puedan hacer lo que la gana se les dé con los mismos, a lo que no tienen derecho es a abandonarlos y convertirlos en un peligro para la sociedad. Esperemos que el alcalde Valentín Fernández comience por este predio que a decir del funcionario Fernando Casanova es un real peligro para los adolescentes que encuentran allí un lugar ideal para su perdición.