Editorial

Editorial: ::: TERRIBLE MALA RACHA :::

No cabe duda que la Policía Nacional atraviesa por difíciles momentos, no solo su producción y eficacia está en tela de juicio sino que la mala suerte los persigue y acecha a los efectivos con el penoso saldo de heridos y fallecidos.

En esta oportunidad ha sido otro Sub Oficial de la Policía, destacado en el Escuadrón de Emergencia, quien ha perdido la vida de manera trágica en un accidente de tránsito registrado en la zona agrícola de Santa, en la carretera de penetración Santa Chuquicara, en el sector San Dionisio.

El S.O. Tommy Eduardo Villarruel Espinoza, de 26 años de edad, manejaba su automóvil en circunstancias que, por motivos desconocidos, un camión de carga invadió su carril y se dirigió directamente hacia el auto, por lo que la reacción natural del efectivo policial fue virar hacia la izquierda, impactando justo en el lado del chofer, provocándole lesiones de necesidad mortal.

Pese a que otros choferes y efectivos de la Policía de Carreteras que llegaron al lugar trasladaron de inmediato al custodio hacia el hospital La Caleta, sus esfuerzos fueron vanos por cuanto las lesiones violentas le quitaron la vida.

La violencia del impacto se incrementó en la medida que el camión llevaba una carga de ladrillos, lo que hizo que los daños fueran mortales, sin embargo, el chofer que provocó este accidente se dio a la fuga, no se quedó en el lugar y menos asistió a los heridos como correspondía, lo que pone de manifiesto su responsabilidad en estos hechos.

El efectivo policial se encontraba en su día de franco, es decir, que ese no estaba de servicio y por ello decidió aprovechar el descanso para dirigirse al campo junto a su familia, quienes salvaron milagrosamente al sufrir solo golpes y contusiones, empero, la tragedia pudo ser mayor si es que el fallecido no realiza una abrupta maniobra para retirar el auto cuando el camión se le venía encima.

Infortunadamente, este hecho ocurre apenas dos semanas después que la misma Policía Nacional había despedido en medio de consternadoras muestras de dolor a otro miembro de su institución, fallecida también en trágicas circunstancias.

Aún estaba fresco el recuerdo de la S.O. de tercera Perla Sotelo Vilca, de la Policía Nacional de Tránsito, quien falleció luego de chocar violentamente con las paredes laterales rocosas del túnel de Coishco, al realizar una repentina maniobra cuando se desplazaba por ese lugar de retorno de un operativo y se encontró con unos peregrinos que marchaban cargando una cruz en medio de esta vía.

El instinto natural de preservación de la vida de los demás hizo que la fallecida Sub Oficial retire la motocicleta del camino aun cuando ello le costaría la vida pues se hallaba dentro del túnel y en ese lugar no había posibilidad de sortear el paso de otra forma.

Un trágico final para una joven Policía que había llegado hacía solo unos meses antes a nuestra ciudad y quien retornaba de un operativo en el cual cumplían las disposiciones del alto mando en el control del tráfico vehicular y el cumplimiento de las normas por parte de los transportistas, una actividad que formaba parte de su rutina diaria a la cual se entregaba con esmero y dedicación sin pensar que a la vuelta de la esquina le esperaba una tragedia motociclística como consecuencia de un hecho fortuito y fatal.

Lo mismo ocurrió con su colega la semana pasada. A decir de sus compañeros de trabajo y familiares, sumamente dolidos durante el sepelio, Tommy Villarruel se encontraba entusiasmado por llevar a su familia a distraerse, conocía el campo y por ello decidió dirigirse a Santa en su propio vehículo, trataba de persuadir a su madre para que los acompañe pero finalmente su progenitora desistió y solo alcanzó a embarcarse con su familia, quienes salvaron milagrosamente de este accidente.

A estos dos accidentes se suman otros registrados con antelación, otra sub oficial de la Policía también falleció trágicamente al caer de la motocicleta cuando se desplazaba junto a un colega por la garita de peaje de besique y un oficial fue embestido en la carretera Panamericana Norte frente a la urbanización Las Casuarinas, resultando con lesiones de consideración.

Triste desenlace para una institución que se ha visto sumamente golpeada en los últimos meses, no solo por estos accidentes que enlutan a muchas familias sino por incidentes de los cuales no puede despercudirse aun y que han dado lugar a una serie de medidas disciplinarias que hasta la fecha no concluyen con sanciones contundentes.

Está el caso del comandante Novar Gayosa Ludeña, quien es investigado por abandonar su puesto de servicio en pleno estado de emergencia, dirigiéndose a bailar y tomar licor con una Sub Oficial mientras en pleno corazón de Chimbote, dentro de su jurisdicción, se registraban una serie de audaces robos en una serie de establecimientos comerciales.

Este mismo Sub Oficial es investigado por la Inspectoría de Lima por haberse hecho fotografiar mientras se besaba apasionadamente con una sub oficial en el interior de su despacho, como revelan las imágenes que fueron filtradas por el mismo personal policial harto y hastiado de actitudes de quienes, pese a la responsabilidad y el rango que ostentan, solo promueven hechos que le faltan el respeto y denigran a la institución a la que ellos también pertenecen pero a la que no lesionan de esa manera.

De la misma manera, hace poco fue detenido un sub oficial de la Comisaría de San Pedro en circunstancias que cobraba una coima de 300 soles a los familiares de un joven que había sido intervenido y al cual el efectivo policial lo presionaba para que le entregue una suma de dinero para que no lo empapele en los archivos policiales y se elabore un parte policial que le resulte favorable.

Si a estos hechos se suma la captura del ex comisario de Buenos Aires, el defenestrado comandante Freddy Tuesta Chicana, sorprendido nada menos que con un alijo de 119 kilos de Clorhidrato de Cocaína, ello quiere decir que la Policía de Chimbote cierra una terrible mala racha que la ha puesto en la cresta de la ola informativa, no solo por los escándalos que la sacudieron y la hicieron tambalear, sino por los trágicos accidentes que enlutaron sus colores por la pérdida de dos efectivos en lamentables circunstancias.