Editorial

Editorial: ::: DE CUELLO Y CORBATA :::

Cuando los delitos comunes son perpetrados por altos funcionarios, gerentes o profesionales se dice que se trata de delincuentes de “cuello y corbata”, ello porque se trata de diferenciarlos del escapero, el maleante que pulula por la calle y suele arremeter contra sus víctimas con violencia, sin la astucia y sagacidad del primero.

Así como en esta clase de delitos existen niveles y categorías, en los delitos sexuales también se advierte la presencia de sujetos que simulan ser gente decente y preparada pero que arrastran las mismas desviaciones y vicios de los buitres que acechan por las calles en busca de atacar a sus víctimas y violarlas por la fuerza.

Uno de estos individuos fue detenido la semana pasada cuando efectivos de la Policía nacional aprehendieron en una celada a un Ingeniero de profesión que es un presunto pedófilo que capta a menores de edad a través de la red social del Facebook con la finalidad de someterlas sexualmente con engaños, como lo hacen los trúhanes que en las últimas semanas han sido detenidos “in fraganti” en operativos similares.

Se trata del Ingeniero Pedro Ángel Valiente Pozo, quien fue detenido por la Policía en los mismos momentos que había hecho contacto con una menor de 12 años a la cual había citado a través de la red social y trataba de llevársela al distrito de Coischo para consumar su delito y deshonrar a la niña.

Para ello, el sujeto había contactado a la menor a través del Facebook en una cuenta falsa que utilizaba bajo el nombre de mujer, en ella ubicó a la menor de 12 años y tras ganarse su confianza le propuso mantener relaciones sexuales con una persona mayor que estaba dispuesta a pagarle por ello, inclusive, le comentaba que ella había aceptado y le resultaba bastante beneficioso.

Obviamente, “Sarita Vilcherrez Ipanaqué”, como se hacía llamar el pedófilo, era un nombre falso y fue la osadía de la propuesta, formulada casi inmediatamente tras hacer el contacto, lo que llamó la atención de la niña que, lejos de responder a la falsa mujer, decidió acertadamente comentarle a su madre lo que sucedía en la red.

La progenitora, como no podía ser de otra manera, se indignó y se dirigió directamente a la Comisaría del sector para denunciar este hecho, los agentes derivaron el caso a la unidad especializada y allí convinieron en efectuar una celada para descubrir al pedófilo, hicieron que la menor acepte la descarada propuesta de “Sarita Vilcherrez” y haga contacto con ella en algún punto que le indique, los sabuesos policiales eran conscientes que detrás de ese nombre se hallaba un mounstruo y sería quien aparezca presentándose ante la niña en la cita concertada.

Y eso fue lo que realmente ocurrió, al lugar llegó Pedro Valiente Pozo, abordó a la niña y la llevaba hacia el paradero de vehículos que conducen el vecino distrito de Coishco, lugar en donde no solo labora sino que allí debe tener alguna habitación en donde da rienda suelta a sus cochinadas.

La Policía lo intervino y detuvo, al sujeto no le quedó otra cosa que aceptar que la cuenta falsa era suya y que trataba de convencer a la menor para sostener relaciones sexuales, todo un pervertido al que la justicia ya ha enviado al Penal de Cambio Puente y debe juzgar a través de un proceso inmediato para dictarle una drástica condena.

Esta gente debe tener un doble castigo, no solo por el hecho de abusar de la inocencia de las niñas y sacar provecho de su condición, sino porque se trata de una persona preparada, un profesional que ha estudiado una carrera varios años y que no es un vago o advenedizo que está detrás de alguna menor para someterla, sino que es un funcionario de una poderosa empresa pesquera en la que seguramente presumía de ser una persona de bien.

Justamente, la empresa pesquera HAYDUK se vio precisada, inmediatamente, a deslindar la situación de su empleado, rechazando esta clase de acciones nauseabundas perpetradas en su vida privada y que comprometieron su nombre por el hecho de hallarle sus identificaciones ligadas a la compañía.

Esto pone de manifiesto que en los delitos y en la conducta de los hombres no existen barreras, es tan delincuente el pedófilo que está detrás de las niñas en las cabinas de internet como el profesional que ostenta un presunto status laboral importante pero que tiene los mismos y pervertidos vicios que el delincuente de la calle.

Seguramente que en las investigaciones que está realizando la Policía y el Ministerio Público hallarán evidencias de otros casos que ha consumado este individuo, como las decenas de casos similares en los que se utiliza la red social y que se consuman con el agravio de las menores pero que, por vergüenza, no se denuncian penalmente.

No creemos que el caso frustrado de la menor de 12 años haya sido la única acción perversa de este Ingeniero Pedro Valiente Pozo, por el contrario, esta gente, de mente retorcida, está permanentemente al acecho, no se satisface con una arremetida sino que constantemente busca que engañar a sus pequeñas víctimas, valiéndose de las facilidades que tienen en mérito del empleo y la posición económica que ostentan.

Que sirva este hecho para advertir a los padres de familia que se debe ejercer un buen control sobre sus hijos, que dialoguen y aconsejen sobre los riesgos que existen en las calles como en las redes sociales para que procedan como lo hizo esta niña de solo 12 años que inmediatamente reveló a su madre de la presencia de estos mounstruos que pululan en el espectro informático.

Que entiendan que los delincuentes sexuales no son los buitres que asaltan y se llevan a sus víctimas a lejanos parajes, no solo son sujetos mal vestidos y desaliñados, no solo son aquellos que no han recibido educación y los que no han pisado un colegio, por el contrario, existen de todo linaje, aquellos “de cuello y corbata” que presumen posiciones económicas, sociales y laborales de prestigio pero que en el alma llevan esa malicia y desviación que los convierte en delincuentes como los de la calle.

A estos hay que tenerle mucho cuidado, no se han preparado y educado para progresar sino para delinquir con astucia y perfidia. Esperemos que la justicia tenga en cuenta todo ello.