Editorial

LOS RICOS TAMBIÉN LLORAN

Hace algunos meses la Municipalidad Provincial del Santa dispuso la clausura del Mercado Modelo en pleno centro de Chimbote, en medio de un despliegue de efectivos de la Policía y agentes del Serenazgo, en mérito al persistente incumplimiento de las observaciones de seguridad y salubridad que habían notificado las dependencias competentes de la comuna, situación que había llegado a un extremo de intolerancia que no dejó otro camino a la autoridad edil.

Sin embargo, esa clausura temporal fue tan efímera que al promediar las 6.00 de la tarde del mismo día se dejó en suspenso luego de una reunión con el alcalde provisional de entonces Julio Cortez Rojas y tras los compromisos asumidos por la dirigencia y los comerciantes para que se trabaje con seriedad y responsabilidad las deficiencias que ha detectado la autoridad y que había sido materia de reiterados apercibimientos.

Solo de esta manera se obligó a los comerciantes a subsanar y mejorar una serie de deficiencias en su centro de abastos aun cuando estamos plenamente convencidos que esa primavera solo tomará unos meses más y nuevamente caerán en infracciones.

Así como estas amenazas de cierre, el Municipio extendió su accionar en otros mercados de la ciudad, inclusive, en Nuevo Chimbote existen apercibimientos contra uno de los centros de abastos más importantes del distrito como el mercado Buenos Aires cuyos dirigentes y comerciantes deberán someterse a las normas de lo contrario se quedarán sin trabajar, lo que es sumamente delicado si se tiene en cuenta que estamos ad portas de las fiestas navideñas.

Sin embargo, los Municipios no estaban midiendo con la misma vara a los centros comerciales de nuestra ciudad, no solo los mercados con sus deficiencias y carencias ponen en peligro la integridad de sus visitantes, también se registra este riesgo en otros establecimientos que siendo mucho mas pulcros y que irradian presuntas garantías de seguridad, deberían ser materia de una revisión permanente.

Justamente, la semana pasada las autoridades han decidido intervenir los centros comerciales de nuestra ciudad, comenzando por el Megaplaza de Chimbote que es uno de los que alberga a la mayor cantidad de personas que visitan sus tiendas y atractivos y cuyo desplazamiento y evacuación debe contar con protocolos de seguridad que deben estar debidamente registrados en la dependencia de defensa Civil competente.

La sorpresa que se llevaron es que los módulos de venta que se han instalado en los pasadizos del enorme centro comercial no están considerados en los planes de contingencia que la entidad ha comunicado a la Municipalidad y que respaldan su licencia de funcionamiento, en otras palabras han extendido su plan de acciones, han reducido los límites de seguridad y nadie aparentemente decía nada.

Esto es grave no solo por la ligereza de los representantes del centro comercial sino por la apatía de los funcionarios de la propia Municipalidad que no se acercaron a este establecimiento con este objetivo desde hace dos años pues los chimbotanos saben que esos módulos de venta se fueron instalando hace mucho tiempo y, ciertamente, representan un serio obstáculo ante una posible acción de evacuación.

Por ello el centro comercial Megaplaza ha sido pasible de una multa por no haber reparado en esta obligación y conminado a regularizar sus protocolos de seguridad habida cuenta que sus técnicos juran que es posible mantener estos módulos de venta en los pasillos en función al aforo que tiene la infraestructura, de lo contrario, deberán retirarlos.

Pero no ha sido el único centro comercial que visitaron las autoridades, su accionar se ha extendido a otros conocidos establecimientos, uno de los cuales ha sido la tienda “Metro” en el distrito de Nuevo Chimbote, en donde los funcionarios de la comuna sureña se dieron con muchas y desagradables sorpresas por el evidente descuido de sus representantes en el tema de la seguridad en su interior, tanto en los pasadizos como en los almacenes y diferentes ambientes.

Comenzando por el solo hecho que este enorme establecimiento contaba con una licencia de funcionamiento vencida, los problemas parecían ser serios para una entidad que hace alarde de seguridad por todos los poros, empero, todo indica que todo ello no es sino una costra de maquillaje que pone en tela de juicio la integridad de los visitantes.

Como en Megplaza, la tienda “Metro” también fue pasibles de una multa y fueron apercibidos para que regularicen sus documentos hasta el 12 de este mes de lo contrario se decretará la clausura por razones de seguridad. 

De la misma manera, se efectuó la inspección en las Tiendas de Plaza Vea en donde, afortunadamente, las observaciones fueron menores en la medida que sus representantes han observado las exigencias de sus propios protocolos y las medidas de seguridad exigidas por la autoridad edil.

Aun cuando es preciso anotarlo, hay que convenir que esta grata reacción de las autoridades municipales responde a las trágicas consecuencias que tuvo el siniestro registrado en el centro Comercial “Larcomar” , en el exclusivo distrito de Miraflores, en Lima, en donde nadie imaginaría que se hayan violado las normas de seguridad o que sus representantes realizaran modificaciones sin comunicarlo a la autoridad y que ellas fueran parte de las contingencias que permitieron que se tenga cuatro muertes lamentables.

De todas maneras, siempre es necesario estar atentos ante las posibles emergencias que existen en nuestra ciudad, no solo los mercados y los centros comerciales merecen una revisión cotidiana, también se exige lo mismo en las galerías comerciales y en todo establecimiento público en donde se concentre un gran número de personas.

Si queremos prevenir desgracias, si existe el compromiso general de evitar que los desastres naturales dejen victimas que lamentar, entonces se tiene que comenzar por respetar la normatividad, aquellos establecimientos que no lo hagan, por muy exclusivos que se precien de serlo, deberán ser sancionados no solo de manera pecuniaria, sino con una orden de clausura que puede resultarles bastante perjudicial. Esperemos que los Municipios concluyan con éxito esta tarea.