Editorial

VÍCTIMA DE LA INJUSTICIA

Usualmente, una de las diligencias judiciales que se tornan más violentas y que resultan complicadas para llevarse adelante son los desalojos con orden de descerraje y lanzamiento de bienes a las calles, pues los ocupantes del inmueble se resisten a la medida y los adjudicatarios del inmueble suelen llevar matones y delincuentes para que se encarguen de echarlos a la calle haciendo uso de la violencia.

Esto último se concreta con la anuencia judicial, con jueces permisivos que admiten la presencia de gente de mal vivir que es la que, al final de cuentas, enciende la llama de la violencia, tanto así que en una oportunidad, en Cajamarca, uno de los ocupantes fue asesinado a golpes cuando resistió esta medida.

Uno de estos desalojos resistidos se llevó a cabo hace dos semanas en pleno centro de la ciudad, en la sexta cuadra del jirón Leoncio Prado, en donde un Juez dispuso el lanzamiento de Josefina Virhuez Celis y sus familiares, quienes alegan que son los legítimos propietarios del inmueble desde el año 1972, allí han nacido y crecido hasta tres generaciones pero que ahora ha llegado gente desconocida que los han despojado de la propiedad y los han dejado virtualmente en la calle.

En realidad este caso no era alejo al conocimiento público, por el contrario, la mencionada mujer había declarado hasta en tres o cuatro oportunidades a los medios locales cuando le llegaron las primeras notificaciones de este desalojo que se interrumpió y no se ejecutó por la huelga de los trabajadores judiciales.

En esa ocasión Virhuez Celis dijo que había sido víctima de los movimientos mafiosos de un abogado que está incurso en la mafia que se conoce como “Los Orellanitas”, precisando que uno de estos sujetos la engañó y le hizo firmar documentos que finalmente fueron tomados ilícitamente para una transferencia.

Por más que la mujer ha recurrido a una serie de instancias para impedir que su propiedad le fuera despojada no pudo hacerlo porque los sinvergüenzas habían realizado una transferencia tras otra, de tal suerte que cuando tenía que reclamar ya había pasado hasta cinco propietarios del inmueble y nadie finalmente la escuchó.

Esta clase de acciones o leguleyadas son típicas en el fraude y la estafa, de allí que los reclamos de la mujer tenían asidero pero jamás fueron tomados en cuenta por las instancias judiciales en las cuales trasuntaron los juicios que concluyeron con el desalojo de su vivienda, por ello es que la semana pasada, luego de varios intentos, finalmente, desalojaron a Josefina Virhuez en medio de los reclamos de los propios vecinos que reconocen a la mujer como la legítima propietaria en todos estos años.

Inclusive, luego de la diligencia judicial, el adjudicatario del inmueble decidió tapiar las puertas de ingreso del inmueble, sin haberse percatado que en el interior de encontraba la ex propietaria quien se habría desmayado, tal como lo aseguraron sus familiares que se vieron precisados a solicitar la ayuda de los bomberos para poder rescatar a la mujer que quedó encerrada en el interior, como lo registraron las imágenes que se captaron en horas de la noche de ese mismo día.

Lo cierto es que la mujer no resistió la idea de perder la propiedad que había edificado con el esfuerzo de toda una vida, no llegaba a comprender como es que existen jueces que no ven más allá que papeles que se pueden elaborar en base a fraudes y estafas, magistrados que de buenas a primeras deciden dejar en la calle a quienes construyeron propiedades y se las entregan a quienes se lucran con el fraude y la estafa, por ello es que no se rindió y decidió quedarse en la vía publica con todos sus enseres que fueron lanzados en la diligencia judicial, incluso para poder pernoctar ha levantado una suerte de tienda de campaña y se mantiene con el aporte y la ayuda de los vecinos.

Quienes vieron estas imágenes se quedaron consternados al comprobar todo lo que es capaz de provocar los manejos turbios de la ley y hasta donde puede quedar alguien es que víctima de la injusticia. No sabemos si Josefina Virhuez se convencerá en algún momento que la justicia es solo una ilusión para ella.

FRUCTÍFERO LEGADO

La mañana del pasado lunes 06 de este mes una noticia nos llenó de consternación y desconsuelo luego que nos comunicaran que apenas unas horas antes había fallecido el conocido abogado y periodista de Chimbote, Homero Pairazamán Gálvez, quien nos dejó repentinamente víctima de una penosa enfermedad.

Con tan solo 69 años, el conocido letrado emprendió el camino celestial para ponerse a disposición del señor dejando una enorme huella en nuestra sociedad, en la cual había protagonizado importantes hechos a lo largo de su trayectoria, tanto como abogado profesional así como periodista federado.

Y es que no se puede desligar la figura de Homero Pairazaman de la lucha tenaz y radical contra la corrupción en la administración de justicia, muy joven aun y como integrante de la otrora Asociación de Abogados de Chimbote y Casma, decidió tomar las riendas de la moralización contra los malos manejos en la Corte Superior de Ancash, cuando nuestra ciudad dependía judicialmente de esa jurisdicción.

Los abogados pelearon a brazo partido y consiguieron una verdadera razzia de jueces corruptos en el colofón de la década del 90, cuando había que poner el pecho ante los abusos y excesos de una cúpula que manejaba la justicia como se le daba la gana.

De la misma manera, fue uno de los protagonistas en las gestiones y tratativas para la creación de la Corte Superior del Santa y la posterior creación del Colegio de abogados del Santa, gremio en el que tomó acción protagónica de manera permanente para demandar el respeto a los derechos de sus colegas del foro local.

Lamentablemente, el destino no quiso que siga aportando al desarrollo de Chimbote, como lo hizo cuando accedió a una regiduría en la década del 80, por ello nos duele la triste pérdida de un amigo y gran colega. A sus familiares queremos ratificar nuestras más sentidas condolencias y pedirles resignación en este momento en el que solo cabe recordar la valiosa trayectoria y el fructífero legado que nos deja Homero Pairazamán Gálvez, que en paz descanse.