Editorial

Editorial: ::: TEMERARIA MEDIDA :::

Muchas veces los pescadores se ven precisados a denunciar a través de sus gremios las medidas abusivas de las que son objeto por parte de la empresa que los obliga a zarpar en condiciones difíciles, cuando el mar se encuentra movido y las proyecciones climáticas indican que no es recomendable hacerse a la mar.

Esto es usual, lo que no es común es la gravísima denuncia que hizo la semana pasada el secretario general del Sindicato de Pescadores “José Olaya Balandra” al cuestionar a la empresa pesquera COPEINCA que obligó a la tripulación de su embarcación Ribar XIV a hacerse a la mar sin la dotación de vivires y agua que deben llevar porque las faenas se prolongan por varios días.

El dirigente señaló que la tripulación advirtió a su gremio las delicadas condiciones en las que habían zarpado pues ante la protesta de los tripulantes les dijeron que una remolcadora les haría llegar el avituallamiento en otro puerto, lo que sigue siendo una decisión delicada y sumamente riesgosa.

Aparentemente, esto se produjo luego de abiertas diferencias que se registraron entre la tripulación y los propietarios de la nave en la medida que los primeros solicitaron la paralización de sus actividades para retornar a sus hogares y pasar junto a sus familiares el Día de San Pedrito, pedido que fue rechazado de plano por la empresa pesquera.

Esto habría dado lugar a que la empresa dispusiera el inmediato zarpe de la tripulación aun cuando no contaban con la dotación de víveres y con la finalidad de impedir que los pescadores se retiren del muelle los hicieron zarpar en esas condiciones.

El dirigente del gremio de pescadores coincidió en señalar que se trata de una medida abusiva y peligrosa en razón que cualquier incidente puede ocurrir en altamar, la nave podría sufrir una avería, podía quedar al garete, cuando existen fallas eléctricas se pierde hasta la comunicación, por ello es que una embarcación solo puede salir a efectuar sus faenas una vez que se haya verificado que se encuentra debidamente abastecida y con todo el material para una eventual emergencia.

Sin embargo, la pesquera Copeinca no cumplió con esta elemental obligación y obligó a sus pescadores a salir en esas condiciones, un grave precedente que debe concitar la atención de la Dirección General de Capitanías en la medida que es esta entidad la que debería velar por el cumplimiento de las obligaciones de las empresas pesqueras en faena, más un cuando permitir que una tripulación se haga a la mar sin el avituallamiento necesario es como invitar que la tragedia se haga presente.

No queremos ser extremistas pero en este caso debemos coincidir absolutamente con el gremio de pescadores al levantar su voz de protesta porque definitivamente con actitudes de este calibre se expone la vida y la integridad física de los hombres de mar, no se puede esperar que ocurra una desgracia para que recién se adopten medidas o se aperciba a las empresas pesqueras a no actuar de esta manera tan irracional.

Sin embargo, en el relato de los cuestionamientos del gremio de pescadores se advierte que la causa de este incidente se encuentra en la intolerancia de la empresa para disponer un descanso a la tripulación aprovechando el feriado largo que se registró con ocasión de la fiesta del patrón de los pescadores “San Pedrito”, precisándose que la tripulación de la Ribar XIV había solicitado a la empresa suspender sus actividades por dos días para celebrar esta fecha especial para ellos, sin embargo, se lo negaron.

Esta misma situación se observó con otros pescadores que se hallaban acoderados en el Callao y cuando quisieron descansar por el feriado se lo negaron, razón por la cual algunos no se sometieron a ese régimen abusivo e intolerante y decidieron abandonar las embarcaciones presentando un protesto en Capitanía de Puerto.

Y es que en realidad la posición de las empresas pesqueras frente a un pedido lógico y consecuente, como es el descanso o la interrupción de las faenas por un motivo fundado, no resiste las muestras de intransigencia y pertinacia de los empresarios para poder comprender que se trata del día del pescador y, como tal, sus tripulantes tienen derecho a festejar como lo hacen ellos cuando tienen una fecha especial de cumpleaños o del sector empresarial.

El hecho que se tenga una cuota pendiente que cumplir no conspira con uno o dos días de descanso que se le pueda otorgar al personal que labora de manera continua, más aun cuando se trata de un día sumamente importante para el hombre de mar, obstinarse en que ello no proceda es solo una posición necia y absurda que genera todos estos contratiempos y enfrentamientos entre la clase laboral y empresarial.

Justamente, en el Día de San Pedrito el gremio de pescadores denunció que en estas semanas se vienen registrando hechos que atentan contra los derechos de los pescadores y cuyos protagonistas muchas veces no pueden denunciar de manera directa por temor a las represalias de los empresarios, por ello es que a nivel de sindicato se ven precisados de trasladar a la comunidad, por intermedio de la prensa, los excesos que atropellan los derechos de los hombres de mar.

Infortunadamente, los pescadores que fueron obligados a zarpar sin que la embarcación cuente con el avituallamiento necesario pertenecen a la misma empresa pesquera que en el Día de San Pedrito fue la madrina de la procesión marítima de la imagen del patrón de Chimbote y de los pescadores, eran los anfitriones de una fiesta en la que el principal protagonista era el pescador que debería disfrutar de la fecha y no estar sometido a un peligro latente al ser obligados a navegar sin provisiones.

Desconocemos si la autoridad marítima ha recogido la denuncia del gremio de pescadores, sin embargo, si no lo ha hecho debería reparar en este grave incidente en la medida que de por medio se encuentra la vida y la integridad física de los hombres de mar y se tiene que evitar, fundamentalmente, dejar un peligroso precedente para que otros empresarios no hagan lo mismo. Esperemos que se proceda con suma urgencia y prudencia lo más pronto posible.