Editorial

Editorial: ::: YA ES UNA PRIORIDAD :::

En medio de los festejos y celebraciones por un nuevo aniversario político de Chimbote, las calles del centro de la ciudad se convirtieron en un “hervidero” a consecuencia del desvío del tráfico vehicular ante el cierre de algunas de ellas por fuerza mayor.

El caos se concentró en el centro de la ciudad hasta donde, por vez primera, llegaron vehículos de carga pesada enormes tráileres que por vez primera se veía circular nada menos que por el céntrico jirón Bolognesi y en cuyo paso debieron ser asistidos por serenos y efectivos policiales que con una enorme varilla debían levantar los cables del tendido eléctrico o de telefonía que no tienen la altura de uno de estos vehículos en la medida que no es una zona por donde circulan.

Lo cierto es que la congestión fue terrible y ello porque la Municipalidad Provincial del Santa viene ejecutando la pavimentación de la avenida Alfonso Ugarte e inició trabajos en otras calles que llevaron a personal edil a cerrar esta importante arteria desde la avenida Pardo hasta el ovalo San Pedrito, frente a Essalud.

De esta manera los vehículos que llegaban de la zona norte estaban obligados a tener que rodear la ciudad por la avenida Industrial y salir por Bolognesi o el malecón Grau, pues hasta la avenida Pardo estaba cerrada por el desfile y la actividad cívica por el 111 aniversario de nuestra ciudad.

Y debido a esta lamentable circunstancia, michos advirtieron que ya es tiempo que se ejecute de una buena vez la Vía de Evitamiento, de esta manera se impediría que los vehículos de transporte pesado tengan que ingresar a las calles céntricas de la ciudad y resulten siendo un factor contributivo al caos que se vive en este sector.

En todas las grandes ciudades los vehículos grandes no ingresan a la zona urbana, rodean la ciudad y siguen su paso cuando viajan de un punto a otro que no fuera Chimbote, mientras que aquellos que tengan que ingresar a la ciudad solo lo pueden hacer hasta determinada zona, al margen del casco urbano.

Sin embargo, todo indica que esta alternativa tendrá aun que esperar a pesar que hace dos años se colocó la primera piedra, en una ceremonia que fue encabezada nada menos que por el ex presidente Ollanta Humala y en cuya oportunidad se le dijo al Pueblo de Chimbote que en 90 días se daría inicio a las obras.

Lo curioso es que después de dejar el cargo el ex presidente Ollanta Humala ha sido procesado por delitos de cohecho y lavado de activos, ha sido encarcelado y ya lleva por lo menos 6 meses tras las rejas, sin embargo, la obra de la vía de Evitamiento sigue en el mismo punto en que la dejó, solo en una primera piedra.

Desde entonces el Ministerio de Transportes lo único que ha hecho es ofrecer y prometer sin que se haya ejecutado nada, más aun cuando el costo de la obra no representará el desembolso de un sol por parte del gobierno sino que saldrá de los bolsillos de todos los chimbotanos y los conductores, pues se financiará a través de un convenio que ha suscrito el gobierno con el consorcio español OHL que se encargará de financiar los poco más de 500 millones de soles y lo recuperará al cabo de 20 años en el cobro del peaje.

Esto es lo que no se entiende, es decir, que si no existe gasto alguno para el estado, no se justifica la dilación de este proyecto, se alude a la existencia de terrenos que han sido invadidos, empero, ese es un problema que se puede resolver rápidamente con los desalojos o con los justiprecios si el caso pero que no tiene por qué interponerse en la ejecución de una obra de gran envergadura e importancia, para ello solo basta la voluntad política de los gobernantes por ejecutar el proyecto que ya debería considerarse como prioritario.

Lamentablemente, la semana pasada la alcaldesa Victoria Espinoza García, ha anunciado con preocupante resignación que la Vía de Evitamiento, según el anuncio formulado ante su despacho por el organismo PROVIAS, se ejecutará el primer trimestre del próximo año 2018, lo que no dice absolutamente nada en la medida que no se otorga una fecha cierta para el inicio de los trabajos.

Comprometerse para el primer trimestre del año significa que puede iniciarse el 31 de marzo del próximo año, fecha hasta la cual la sociedad civil y las autoridades deberán esperar sentados con el riesgo que llegado el momento se diga que surgieron otros problemas y se postergue un nuevo periodo más.

De allí que es imperativo que las autoridades reaccionen, que movilicen a la gente y reclamen a los representante del Ejecutivo que se ejecute la obra de una buena vez, que no se siga dilatando este cometido en razón de la importancia que tiene para nuestra ciudad, tal como se ha observado la semana pasada.

Basta que se cierren dos importantes arterias como son la avenida Pardo y la avenida Gálvez para que se altere todo el orden en el tráfico urbano, para que la congestión natural de todos los días se convierta en un pandemónium que hace renegar a más de un transportista.

No se puede olvidar que la autorización del expediente técnico, la elaboración de una bendita addenda y la colocación de la primera piedra de esta obra no ha sido algo sencillo y se ha conseguido gracias a la buena voluntad del gobierno, por el contrario, eso le costó mucho sacrificio, protestas en las calles, visitas permanentes de autoridades a Palacio de Gobierno y los Ministerios, de allí que cuando se anunció la ejecución en 90 días muchos respiramos aliviados y pensamos que se había terminado ese vía crucis para que se haga realidad la vía de Evitamiento.

Nos equivocamos de cabo a rabo, han transcurrido más de dos años y hasta el momento no se hace absolutamente nada, todo lo relacionado con esta importante obra sigue a fojas cero, sigue en falsas y ambiguas promesas que no garantizan absolutamente nada, de allí que las autoridades deben retomar la misma energía que le pusieron hace unos años para conseguir la aprobación del proyecto, deben demandar la participación popular, tienen que hacerse sentir en razón que la Vía de Evitamiento ya es una prioridad, lo que ha acontecido en las calles la última semana así lo demuestra y es momento de volver a demandar que en el Ejecutivo no se burlen más de las justas aspiraciones del pueblo Chimbotano.