Editorial

Editorial: ::: UN DÍA DE FIESTA :::

Hoy sábado 28 de Julio los peruanos debemos sentirnos orgullosos de haber nacido en esta bendita y hermosa tierra del sol, como dice la canción de Manuel Raygada y excelentemente entonada por el grupo Los hermanos Zañartu, aquella que ha acompañado a diferentes generaciones.

Nuestro país celebra el 197 aniversario de su independencia, la épica proclamación del generalísimo Don José de San Martin que el frente del ejercito Libertador había llegado a Lima y se instaló en Huaura desde cuya tradicional plaza declaró el final del yugo español y el nacimiento de la nueva república.

Claro que esta declaración en el papel no fue el final de la presencia del enemigo, por el contrario, fue posteriormente Bolívar y el general Antonio José de Sucre los que terminaron con las ultimas oleadas de los realistas, pero lo importante es que celebramos finalmente nuestra independencia y el nacimiento del Perú como una república autónoma.

Por ello es que esta ha sido siempre una fecha especial, un feriado colmado de fiesta y felicidad, es un día símbolo en el país y por ello el protocolo determina que ese día juramenta un presidente democráticamente elegido, ese día el jefe de estado en funciones debe rendir su mensaje a la nación, existe toda una formalidad que se inicia con una Misa tedeum y posteriormente el besamanos en Palacio de Gobierno.

Un día después, y tan feriado como el anterior, se realiza la parada militar, el desplazamiento de todas las instituciones armadas que se someten al mandato gubernamental de los civiles, todo ello en medio de una serie de actividades en la que el pueblo peruano celebra su independencia.

Lamentablemente, como alguien dijo por allí, estos no son tiempos para celebrar, el país atraviesa por una de sus crisis institucionales más delicadas de los últimos años, quien sabe al mismo nivel del que los peruanos debimos superar cuando aparecieron los tristemente célebres “vladivídeos”, cuando la corrupción de mostró descarnada y en todo su furor.

Nos estamos refiriendo a los audios que se han recogido lícitamente en el marco de una investigación realizada por una fiscal y un juez del Callao contra el crimen organizado, una pesquisa que se inició para perseguir a la delincuencia y que, infortunadamente, terminó confirmando que en ese mismo bando estaban altos magistrados que terminaban por favorecer a los criminales a cambio de dádivas.

Pero no solo eso se advierte que estos malos jueces traficaban con los puestos y cargos en la magistratura, estaban en contacto con miembros del Consejo Nacional de la Magistratura que, al mismo estilo del intercambio de favores o de prebendas, decidían la permanencia o ratificación de magistrados o el nombramiento de la camarilla de esta corruptela aupada en las mas altas instancias del organismo jurisdiccional.

“Los cuellos blancos del Puerto” es el nombre que le asignó la juez Rocío Sánchez a la pesquisa que inició cuando perseguía al mafioso “Caracol” y toda la pléyade de su organización delictiva que traficaba con drogas por el terminal portuario del callao, “preñando” los contenedores y buscando que imponerse sobre otras organizaciones al más puro estilo de la “cosa nostra”, es decir, matando a sus contrincantes.

Fue en esta pesquisa que comenzaron a escuchar a magistrados que se entrevistaban con los abogados de los mafiosos, magistrados que estaban bajo el liderazgo nada menos que del Presidente de la  Corte del Callao, Walter Ríos Montalvo, y del Presidente de la Segunda Sala Penal de la Corte Suprema César Hinostroza Pariachi.

Son ellos los que manejan todas las triquiñuelas que se armaban en los procesos, a tal extremo que en uno de ellos, el magistrados supremo, llega a preguntar a un interlocutor que estaba comprando una sentencia en favor de un violador de niños y le dice “si quiere que lo absuelva o le rebaje la pena”, poniendo en evidencia como se ha ensuciado la administración de justicia en el país.

Todo esto sucede apenas a un mes que el país había salido de una seria crisis política derivada de otros vídeos captados de manera subrepticia por un congresista de la república y que puso al descubierto el descaro negociado de los votos en el congreso a partir del Gobierno del entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien buscaba por todos los medios negociar para impedir un segundo pedido de vacancia.

Todo ello fue de dominio público y puso al descubierto la mezquindad como se manejan los intereses políticos, las prebendas., las componendas, todos lo cual llevó a la defenestración del congreso de Kenji Fujimori y dos de sus ad láteres que se vieron involucrados en este escandaloso tráfico de influencias.

Todo ello ha enrarecido el clima político y social en el país, la ciudadanía esta hastiada de los conciliábulos de políticos y magistrados, está harta del alto nivel de corrupción que existe en los estamentos gubernamentales, por ello es que algunos directores de colegios lanzaron la propuesta de no celebrar las fiestas patrias en una muestra de luto institucional y de rechazo a la corrupción.

Inclusive en Chimbote hay algunos colegios que se negaron a desfilar y en otros puntos del país lo hicieron con banderas peruanas modificadas, el color rojo fue remplazado por el negro y los atuendos eran todos de un negro fúnebre y escalofriante.

Particular actitud que no compartimos, cierto es que el Perú atraviesa por un momento sumamente difícil y delicado, empero, ello solo debe llevarnos a unirnos todos y reclamar de una buena vez la cárcel para todos los corrompidos, no más impunidad y demandar el rescate de esas entidades que se han visto invadidas por esta gentuza.

No podemos dejar de celebrar nuestra independencia por unos cuantos pelagatos que se enriquecían a costa de sus cargos y posiciones, traicionando la investidura que les otorgó el estado para cumplir la sagrada misión de aplicar la ley y hacer justicia.

Nuestros símbolos patrios, nuestros héroes que ofrendaron la vida para liberarnos del yugo opresor, no se merecen quedar postergados por esta sarta de impresentables, no nos dejemos ganar por el excepticismo, la fiesta de la independencia es de todos los peruanos. Es falso que nos encontremos de luto o que la democracia este al borde de sus exequias, hoy es un día de fiesta y como peruanos la viviremos así, al margen de los sinvergüenzas que esta vez no deben salir bien librados. ¡Felices Fiestas Patrias! para nuestros lectores.