Editorial

Editorial: ::: NEFASTO PRECEDENTE :::

Uno de los extremos que el legislador quiere proteger con extremo celo son los niños cuando alguien trata de comprometerlos o los vincula con las drogas, pues en esos casos se aplica de manera drástica y contundente la escala de penas que se han establecido para ello.

De allí que la presencia de menores edad en todo lo que involucre el flagelo de las drogas representa un elemento que califica el accionar de quienes los involucran en ellas, como ha ocurrido la semana pasada en el sector “Las Brisas”, en donde el allanamiento realizado por agentes del grupo terna permitió descubrir a dos menores de 8 y 14 años a los que habrían involucrado en este vil negocio.

El hallazgo se produjo en una vivienda a la cual habían llegado los agentes siguiendo a los delincuentes que se dedican a traficar con estupefacientes, habían sido advertidos que en ese lugar se realizaría un “pase”, como se conoce a la entrega de droga como parte de un lucrativo negocio entre vendedores de estupefacientes.

Por ello al llegar al lugar vieron a los sospechosos que apenas advirtieron la presencia policial ingresaron a la vivienda de la manzana C y de inmediato ganaron los techos por los cuales se confundieron en otras viviendas y de esta manera eludieron la presencia policial y consiguieron fugar.

La Policía no tuvo oportunidad de seguirlos en la medida que los propietarios de las viviendas impidieron el accionar policial habida cuenta que muchos de ellos también viven de este nefato negocio que envenena a nuestra juventud.

Sin embargo, llegaron al ambiente principal de la vivienda y encontraron nada menos que una mesa llena de “Ketes” de PBC, así como una bolsa con 30 gramos de la misma sustancia, lo que ponía en evidencia que los agentes llegaron cuando esta gente estaba preparando los envoltorios.

Lo más lamentable es que junto a la mesa con la droga se encontró a dos menores de edad, uno de 14 y el otro de 8 años quienes, a decir de una suposición policial, se dedicaban a preparar los sobrecitos en la medida que eran instruidos por sus propios padres.

Los dos menores fueron llevados por las autoridades a efectos que la Fiscalía de Familia tome una decisión respecto al tratamiento legal que se les debe otorgar, sin embargo, no deja de llamar la atención este hecho en la medida que es posible que estos menores resulten siendo hijos de quienes son los propietarios de la vivienda o de las personas que se dedican al tráfico de estupefacientes.

Ello es posible en razón que en Las Brisas existen enclaves de la venta de droga y familias completas que se dedican a este vil negocio, de manera repudiable involucran a todos en el mismo y no tienen escrúpulos al exponer a menores de edad en la preparación de los “ketes” y en las diversas modalidades de venta.

Estos menores de edad crecen en ese submundo, su medio de vida se desenvuelve en medio de estas actividades ilícitas y desde esa corta edad piensan que este negocio ilícito es normal y por ello se exponen al colaborar con su entorno es esta actividad.

Pero además de estos dos menores hallados en un ambiente que no es propicio para ellos, el fin de semana también se pudo conocer de un hecho lamentable ocurrido en el colegio “Artemio del Solar” del vecino distrito de Santa, en donde el inspector sorprendió a dos alumnos cuando estaban preparando marihuana para consumir dentro de los servicios higiénicos del plantel.

Se trata de dos menores de 13 y 15 años de edad que habían ingresado a los baños y no advirtieron que estaba por cumplir el horario del recreo por ello es que el inspector del plantel hacia su recurrido de rutina a efectos de evitar que algún alumnos se quede fuera de las aulas.

Cuando ingresó a los servicios higiénicos observó a los dos escolares que se pusieron sumamente nerviosos cuando los encontraron y estaban manipulando papeles, empero, en la revisión de sus prendas se halló entre la pretina y la correa del pantalón de uno de ellos un pequeño envoltorio con hierba seca.

De inmediato el inspector dio cuenta al Director y éste, de acuerdo a la normatividad, se dirigió a la Comisaría para poner a disposición a los menores y la droga a efectos que la autoridad se encargue de entregar a los niños a sus padres y formulen los procedimientos que corresponde en estos casos.

Nuevamente, nos encontramos con menores involucrados en el submundo de la droga, empero, a diferencia del caso anterior en el que los niños están involucrados en el negocio del estupefaciente, en este caso de los escolares se trata de niños que han sido envueltos en el consumo del estupefaciente.

Los dos alumnos estaban preparando lo que se conoce como “porro” y que es fumado de manera subrepticia, esos dos menores han caído en las garras del vicio y no reparan ni siquiera que se encuentren centro de su centro educativo para extraer la droga y pretender ingerirla allí mismo.

Estos menores lo que necesitan es ayuda profesional, deben ser rehabilitados y se les tiene que quitar ese maldito vicio que encuentran por las calles, de allí que la intervención de las autoridades debe ser cautelosa, más aun cuando existen otros casos que se han denunciado en el año y ello justifica que se adopten acciones de otro nivel.

Duele mucho comprobar que niños que deberían estar jugando, que deberían estar estudiando en sus hogares, han sido internados en una actividad delictiva de la cual difícilmente podrán salir por sus propios medios, menos aun en el caso de los que fueron hallados en un “grifo” en el que se preparaba droga, pues se trata de niños que han crecido en ese ambiente y cuyos padres son los responsables de haberlos comprometido en este sucio negocio. Estos hechos dejan sentado un nefasto precedente, de allí que las autoridades deben adoptar las medidas necesarias para impedir que se siga comprometiendo a los niños en el mundo de las drogas, eso es pernicioso y nefasto.