Editorial

Editorial: ::: CUENTA PENDIENTE :::

El día de hoy lunes el Gobernador regional Juan Carlos Morillo Ulloa se reincorpora al cargo luego de una licencia de nueve días que solicitó al pleno regional en la medida que necesitaba realizar un viaje al exterior por motivos estrictamente personales.

A decir de la prensa y los portales huaracinos, hoy mismo debe pronunciarse respecto a la revelación periodística que lo involucra en un acto de colusión en la época de la red de corrupción de Ancash, cuando el titular de la región era el hoy encarcelado César Álvarez Aguilar.

Esta revelación la hizo el programa periodístico “Cuarto Poder” y guarda relación con la escandalosa obra de construcción “Canal Integrador Santa San Bartolo en la cual la Contraloría General de la República detectó, tras la caída de la red de corrupción, una colusión entre los ex funcionarios regionales y el consorcio “San Bartolo” que le permitió no solo incrementar el monto total de 17 a 36 millones de soles sino abandonar un proyecto sin que se haya terminado.

Y la vinculación de Morillo Ulloa se encuentra en el hecho que una de las empresas que forma parte de este consorcio es nada menos que de su propiedad, por ello es que tras observar las miserias que dejaron en el valle de Santa, el procurador anticorrupción señaló que Juan Carlos Morillo también debería estar comprendido en esta investigación.

El informe tiene otros alcances, como las inconveniencias que se advierte en la fiscalía por una posible parcialización por la presencia entre los investigados del cónyuge de una Fiscal Superior, empero, el tema central es el relacionado al Gobernador Juan Carlos Morillo y por ello las fuerzas vivas en Huaraz demandan que no solo brinde explicaciones al respecto, sino hasta su vacancia en un extremo realmente exagerado.

Ello porque el gobernador no forma parte de esta pesquisa, quien responde por el lado del consorcio es el representante legal, empero, lo que es preciso anotar es que esta denuncia no es nueva o desconocida en nuestro medio, por el contrario, ya se ha achacado este tema escandaloso al Gobernador cuando estaba en campaña electoral.

Tal parece que muy pocos recuerdan o tienen mala memoria, empero, basta revisar los archivos periodísticos del mes de octubre y noviembre del año pasado, en la antesala de la segunda vuelta electoral regional, cuando se hicieron las públicas revelaciones relacionadas a este caso.

No se puede olvidar que para ese entonces se expidió la disposición fiscal de la Fiscalía anticorrupción que daba por cerrada la investigación preliminar y decidía continuar la investigación preparatoria por este contubernio que defraudó las arcas regionales por millones de soles.

La dolosa complicidad entre ex funcionarios regionales y malos empresarios había permitido que una obra se sobrevalorice en más del 100% y no solo eso, se apelaron a los laudos arbitrales que extrañamente el proyecto Chinecas no defendió y permitió que paguen millonadas hasta por intereses devengados.

Todo esto ocurría a pesar que en el campo, en el valle de Santa, se había dejado solo unos kilómetros de canal y no se había terminado la obra, las imágenes del programa periodístico ha permitido ver a miles de ancashinos como es que allí solo existen acequias con las cuales los agricultores siguen realizando sus labores de riego a pesar que se pagaron millones para que cuenten con mejores sistemas de captación de aguas.

Por ello es que la indignación de los ancashinos ha sido inobjetable en la medida que no pueden entender cómo es que un fraude de estas dimensiones, en donde de observa una obra fantasma por las cuales se ha cancelado más de 36 millones de soles cuando solo estuvo valorizada en 17 millones, puede estar inmerso quien hoy dirige las riendas de la región, como parte de las empresas que embaucaron a Áncash.

Sin embargo, el electorado debe ser consciente que no fue ajeno a estos hechos, se dieron a conocer en pena campaña electoral y cuando acudieron a emitir su sufragio y le dieron el mayoritario respaldo al actual gobernador sabían lo que había ocurrido con esta obra, fue un hecho que se propaló en los medios de comunicación.

Inclusive, en aquella oportunidad el entonces candidato no dio satisfacciones suficientes, por el contrario, de primera intención dijo que solo fue gerente de una de las empresas consorciadas y no tuvo mayor implicancia, cuando luego los acuciosos periodistas demostraron que era el accionista principal y no solo el gerente.

Sea como fuere, hemos llegado a una instancia en la que no solo el Gobernador debe deslindar posiciones sino que le toca el turno al Ministerio Público y el Poder Judicial para evaluar la presunta implicancia del titular de Áncash en estos hechos que tienen gravísimas connotaciones y estanos convencidos que en las siguientes etapas procesales se deberán echar mano a medidas restrictivas para quienes se coludieron de manera vergonzosa en desmedro de los recursos de todos los ancashinos.

Es posible que el Gobernador, una vez reincorporado al cargo hoy lunes, no le preste atención a este tema, hay que tener en cuenta que para el entonces candidato fue un tema cerrado aun cuando no brindó las justificaciones suficientes, de allí que habrá que hacerle entender que allí hay una cuenta pendiente, que el tema del Canal Santa – San Bartolo esta aun en la vía judicial y cualquier cosa puede suceder en adelante.

Confiemos en que el Gobernador sabrá afrontar esta nueva oleada de cuestionamientos con la seriedad y madurez suficiente como para salvaguardar la estabilidad de la administración de la región, en tal sentido, debe colocar este caso fuera del ámbito de su función en la medida que se trata de hechos que se registraron antes de acceder al cargo, lo que no implica que no tenga que reconocerlos.

Es, sin lugar a duda un nuevo temporal de las mismas características de aquellos que le tocó enfrentar en campaña como el relacionado con sus antecedentes de violencia familiar o la omisión en la declaración de su hoja de vida de sentencias que había recibido en años anteriores. Lo que se tiene que entender que una autoridad debe desempeñarse, antes que nada, en un marco de integridad  y transparencia.