Editorial

Editorial: ::: OFENSIVA LUMPUNESCA :::

Poco más de medio centenar de pasajeros de un bus de transporte interprovincial que retornaban de Chiclayo a Chimbote fueron virtualmente desvalijados por un grupo de delincuentes que tomó por asalto el vehículo en el sector de Guadalupito.

A diferencia de otros latrocinios en los cuales los delincuentes suelen infiltrarse entre los pasajeros para sorprender a los choferes, amenazarlos y obligarlos a detenerse para que suban sus cómplices, en esta oportunidad la modalidad fue otra, los asaltantes cruzaron dos vehículos en la pista y obligaron al chofer a detenerse para que abriera las puertas.

Solo de esa manera obligaron al conductor del bus a dirigirse a un descampado oscuro donde empezaron a desvalijar a los pasajeros. Se apropiaron de dinero en efectivo, teléfonos celulares, de laptops, tarjetas de crédito, ente otros bienes de valor.

De acuerdo a la nota policial, los delincuentes no respetaron ni siquiera a los pacientes de hemodiálisis que viajaban en el bus y les arrebataron su dinero a pesar que les dijeron que era para sus tratamientos médicos. Por el contrario, los golpearon para reducir la resistencia, lo que pone de manifiesto su peligrosidad.

Apenas un día antes, otros asaltantes habían sorprendido a los trabajadores de la Farmacia INKAFARMA que está ubicada en el ovalo La familia de Nuevo Chimbote, y, tras amenazar al personal y la cajera, se llevaron el dinero de la venta del día anterior así como los celulares y objetos de valor de los trabajadores.

Estos dos hechos delincuenciales antecedieron a otros registrados a clientes de Bancos que fueron seguidos por los denominados “marcas” y despojados de las fuertes sumas que habían retirado, en hechos que dejan mucho que pensar por la forma como se desenvuelve la delincuencia, con un impresionante manejo de información respecto a los caudales que retiran los clientes.

Y es que hay que ponerse a pensar un poco en esta suerte de relanzamiento de la delincuencia organizada, los hechos delictivos habían aminorado y la labor policial manejaba convenientemente los asaltos y extorsiones, empero, nuevamente ha recrudecido la inseguridad y es pertinente que se asuman nuevas estrategias policiales.

Basta echar una mirada a la forma como asaltaron al ómnibus, con dos vehículos cruzados en plena panamericana norte, una vía de alto tránsito en la cual los maleantes no vacilaron el colocar dos vehículos con el serio riesgo que ello representaba, incluso, con la posibilidad que el propio chofer del ómnibus pueda arrastrarlos.

De la misma manera, en el asalto a la Farmacia Inkafarma, los delincuentes no tomaron en cuenta que estaban en el corazón del distrito de Nuevo Chimbote, en una zona en donde existen cámaras de seguridad, en donde suele recorrer el patrullaje policial y municipal, por el contrario, se colocaron mandiles similares a los que utilizan los trabajadores y pudieron de esta manera sorprenderlos para salir con el botín como si nada hubiese pasado.

Este último asemeja a un acto delincuencial de salón, como se le conoce en el argot policial cuando la audacia y sagacidad de los delincuentes llega a extremos de osadía y habilidad para poder concretar un golpe sin necesidad de hacer sospechar a transeúntes y choferes que se estaba cometiendo un delito en un establecimiento público.

Es realmente preocupante que nuevamente la delincuencia haya lanzado una ofensiva que ha sorprendido a las autoridades policiales, que ha sobrepasado los mecanismos de inteligencia policial que no ha sido capaz de advertir la ofensiva delincuencial que azota en este momento a la ciudad.

Lo importante es que sin hacer muchos aspavientos pero desplegando conocimientos en el campo operativo, la Jefatura de la División Policial había conseguido encarar con éxito la seguridad en las calles., una muestra de ello se observó en las últimas actividades religiosas de la semana santa, cuando suelen ocurrir muchos incidentes debido a la elevada ingesta de alcohol y el desplazamiento de la población a las playas dejando desguarnecidas sus viviendas, empero, el accionar policial fue eficiente al no registrarse mayores hechos delictivos, de acuerdo a los reportes obtenidos por la prensa.

De allí que habrán de efectuarse los ajustes que amerita esta nueva oleada delincuencial, nuestra ciudad no puede estar expuesta ante esta lacra de maleantes que en cuestión de segundos se hacen de ahorros o recursos destinados para proyectos de toda una vida. Confiamos en que la Policía detenga esta ofensiva lumpenesca.