Editorial

Editorial: ::: EN EMERGENCIA :::

Cuando hace unos dos o tres años se advirtió el peligro que se cernía sobre el aeropuerto de nuestra ciudad, ubicado frente a la urbanización Bruces en el distrito de Nuevo Chimbote, a nadie pareció importarle el tema, por lo menos aún cuando expresaron sus inquietudes no hicieron absolutamente nada para prevenir daños mayores.

Esas voces de alerta estaban dadas en torno a la presencia de aguas de filtración en las extensas pampas ubicadas frente a la urbanización Buenos Aires y aledañas a las orillas de las playas de Anconcillo, un lugar tradicionalmente árido y seco por el cual las generaciones que frisan los 40 años a más caminaron en largas jornadas de paseos al Campamento Atahualpa y en cuya ocasión jamás imaginarían que allí podría aparecer un área verde.

Sin embargo, a lo largo de los años se han producido una serie de fenómenos que han afectado la napa freatica del distrito sureño, esto lo advirtió hace unos 10 012 años atrás el ex alcalde Valentín Fernández Bazán, cuando alertaba la presencia de bolsones de agua en la zona de San Antonio, en las partes altas del distrito aledaños a Nepeña.

Por entonces muchos se burlaron de sus presagios, empero, apenas unos años después todos se espantaron cuando aparecieron las primeras lagunas artificiales en la zona de Atahualpa, allí ya no sólo se observó el crecimiento de zonas boscosas sino que charcos de aguas llegaron a amenazar la Panamericana norte y la entonces garita de peaje, por lo cual las autoridades se vieron precisadas a actuar.

Y lo hicieron en función al primer responsable de este problema como era el Proyecto Chinecas en la medida que las filtraciones se generaban en las maniobras de los posesionarios de sus predios, quienes con la finalidad de acreditar trabajos de agricultura en la zona, colocaron sifones en el canal principal del proyecto irrigador y llevaron adelante un indiscriminado riego por gravedad que lo único que consiguió es que la enorme cantidad de agua se desplazara por el subsuelo y se estacionara en la parte baja, en las pampas de Atahualpa, en donde aparecieron enromes lagunas que estaban poniendo en peligro la superficie del distrito.

Fue entonces que el proyecto irrigador se vio precisado a trabajar un dren que lleve esas aguas de filtración hacia el mar y lo consiguieron, con ello desaparecieron las lagunas artificiales y se pensó que el problema ya estaba solucionado.

Sin embargo, años después se observó el mismo fenómeno pero ya en las pampas de Buenos Aires, a unos cuantos kilómetros del aeropuerto y se pensaba que el primer terminal aéreo de nuestra ciudad no estaba en peligro, por el contrario, se ensayaron predicciones y se señalaba que estas aguas no eran las de filtración como en Atahualpa sino que respondían a las aguas servidas que llegan a la laguna de oxidación de Villa María, que al no tener una geomalla que proteja el fondo de esta laguna, los flujos de agua seguían buscando un sendero por el subsuelo.

Lamentablemente nadie pensó en una solución a ese problema y el último fin de semana el entonces congresista de la Republica, Carlos Domínguez Herrera, realizó una inspección en el aeropuerto junto al representante legal de CORPAC, verificando que las aguas de filtración han llegado hasta la pista de aterrizaje y se encuentran amenazándola. 

Las imágenes que hemos visto en este recorrido nos trasladan a un escenario que ya es conocido por quienes hemos vivido la emergencia en las pampas de Atahualpa, son las mismas fotografías de agua del subsuelo amenazando la infraestructura terrestre del aeropuerto.

En una de las fotografías se observa a los protagonistas en la pista y en los dos lados laterales la presencia de agua que aflora del subsuelo, lo que significa que los bolsones de agua se encuentran ya en las inmediaciones del aeropuerto y se tiene que hacer algo para evitar que la pista se deteriore.

Esto es sumamente delicado si se tiene en cuenta que, por iniciativa de Domínguez Herrera, hace algunos meses atras el congreso llego a aprobar una iniciativa legislativa del representante chimbotano por la cual se declara de prioridad la modernización del aeropuerto de Chimbote.

Cómo podría buscarse el financiamiento necesario para hacer cumplir esta ley si las condiciones del terreno del aeropuerto son adversas, cuando existen aguas de filtración amenazando sus instalaciones?

Los representantes de CORPAC no han ocultado su preocupación frente a este  escenario, empero, corresponde a las autoridades competentes tomar acciones, el proyecto Chinecas no se ha pronunciado al respecto y menos aún sedachimbote a pesar que desde hace ya varios meses esta empresa fue sindicada como la responsable de la presencia de aguas de filtración en este sector.

Los medios de comunicación que hemos publicado el paulatino crecimiento de estas aguas que afloran del subsuelo, mostramos la existencia de una amenaza que hoy ha llegado a niveles peligrosos y que han motivado la intervención de un congresista que, asumimos, luego de los hechos promovidos por el Presidente Vizcarra y que han derivado en la disolución del Parlamento, ya no tendrá posibilidad de gestionar al más alto nivel del ejecutivo alguna medida para revertir esta situación

Siendo esto así son las autoridades locales y regionales las que deben tomar la iniciativa,  bajo ningún concepto pueden permitir que las filtraciones sigan extendiéndose y perjudicando el primer terminal aéreo de la ciudad, si es que no se adoptan medidas en este momento, mañana o más tarde podía ser mucho peor.

El alcalde de Nuevo Chimbote, Domingo Caldas Egúsquiza, debería emplazar al proyecto Chinecas, a Sedachimbote y las dependencias del sector agricultura, a tomar acciones al respecto, es necesario que se reúnan en el menor tiempo posible, que evalúen el tema y que se proponga las mejores alternativas.

Todas estas instituciones cuentan con técnicos y profesionales en capacidad de poder proponer las mejores fórmulas para alejar las aguas de filtración del aeropuerto, si se requiere de inversión que toquen las puertas de los ministerios, pero que no se deje que este grave problema siga creciendo.

Inclusive, si se requiere es preciso que se declare en emergencia el aeropuerto a efectos que se puedan poner en marcha los proyectos que alivien esta situación y lo protejan de las amenazas de las aguas de filtración, nadie puede quedarse de bajos cruzados y deben tener en cuenta que cualquier medida que adopten “deben ser para ayer”.