Editorial

Editorial: ::: DISTRITO VIOLENTO :::

Movilizaciones, charlas, consejerías, pasacalles, exposiciones y una serie de actividades se han desarrollado durante la semana que termina con ocasión de sensibilizar a la población respecto de los hechos de violencia contra la mujer y las personas el entorno familiar, cuyos casos ni se detienen.

Ello porque el pasado lunes 25 se conmemoró el día de la no violencia contra la mujer, una fecha en la que se recuerda las jornadas de lucha para hacer respetar al mal llamado sexo débil, una ocasión para demandar que cese toda forma de violencia que tenga como víctima a la mujer.

Y no se puede soslayar que de un tiempo a esta parte los casos de agresiones se han multiplicado, han crecido a pesar que en esta época es que se ha fortalecido el movimiento de defensa contra la integridad de la mujer, aparecieron colectivos civiles como el de “ni una menos” que promovieron acciones de protesta nacional contra la intolerancia de algunos hombres.

Como olvidar aquellas gestas de los colectivos civiles que hicieron convocatorias multitudinarias a través de las redes sociales e interesaron a todos los movimientos que de alguna manera asisten a las mujeres agredidas para que, juntos, salgan a las calles a manifestar la expresión de repudio ante estas muestras de cobardía que es lo que equivale la agresión de una mujer.

Aquellos movimientos se gestan cuando trascienden públicamente casos bastante salvajes como el de Lady Guillén que fue masacrada por su pareja que fue a parar a la cárcel, así como Arlette Contreras que fue agredida por un sujeto que la arrastró de los pelos dentro del Hotel al cual habían ingresado.

Las imágenes de estos casos dieron la vuelta al mundo y en la medida que la respuesta de la justicia fue sumamente tibia y solo la intervención de los medios de comunicación dieron lugar a que se adopten medidas restrictivas contra los responsables, se fue germinando esa semilla de la rebelión de los colectivos civiles y de las entidades que defienden los derechos de las mujeres, y, no solo de ellas, sino de la población mayoritaria que rechaza las expresiones de violencia de estos sujetos contra las mujeres en general.

Pero como se ha dicho líneas arriba, por más empeño que se puso a este movimiento en las calles, las cifras y las estadísticas no demostraban que esta suerte de repudio tenga alguna respuesta por parte de los matones y mediocres que las emprenden con las mujeres, por el contrario, se dejaba la sensación que crecían las denuncias.

Sin embargo, esta es solo una media verdad, la pública reacción de las autoridades había persuadido a las mujeres agredidas a no callar y denunciar los ataques alevosos de los cuales eran víctimas, las motivó a perder ese ancestral miedo y temor a denunciar a quien formaba parte de su propia familia.

Por ello lejos de incrementarse los casos de agresiones, lo que ocurría es que se incrementaron el número de las denuncias, comenzó a disiparse esa estela de impunidad que ha rodeado esta clase de maldades, algo se ha ganado con esta reacción en cadena contra los agresores de mujeres.

Empero, la batalla aun continúa, no se detiene porque los protagonistas de estas arremetidas no se quedan de brazos cruzados, los ataques continúan y en el país existe una estadística realmente patética en lo que se refiere a los feminicidios, es decir, los crímenes de mujeres que resultan siendo la etapa final de un proceso que comienza con una agresión simple.

Hay más de un centenar y medio de mujeres que han fallecido a manos de las agresiones de sus parejas, ex parejas y de elementos de su entorno en el año, incluso, estos crimines resultan siendo cada día mas sangrientos y aberrantes, hay casos de incineración de los cadáveres, degollamiento y seccionamiento de los cuerpos.

Esto es un claro índice que no se puede bajar la guardia, hay aun rezagos de la posición temerosa y miedosa de las mujeres, hace solo unos días se ha dado cuenta de ello cuando un agente de la marina agredió a su ex pareja y, pese a la brutalidad del hecho, la agraviada no quiso denunciarlo y los efectivos policiales y Fiscal que lo habían detenido no pudieron sino dejarlo en libertad.

Estas actitudes plagadas de una dependencia del hombre son las que tienen que desaparecer, deben ser desterradas para no tener más un distrito violento como lo es Nuevo Chimbote. La única manera de contrarrestar la violencia es la firmeza y decisión de las mujeres para denunciar a los responsables y estar dispuestas a llegar hasta las últimas consecuencias. Esa es la meta.

ACCIÓN LEGÍTIMA

La Municipalidad Provincial del Santa, por intermedio de la gerencia de desarrollo urbano, ha emprendido una acción de recuperación de lotes abandonados en el A.H. Costa Blanca, en el distrito de Nuevo Chimbote, luego de constatar que no existe vivencia en más de un centenar de ellos.

Lamentablemente, cuando lo hicieron aparecieron supuestos moradores que resistieron la acción de las autoridades, quienes de manera audaz y ladina alegaban que requerían la presencia de un fiscal o de una orden judicial, de lo contrario eran objeto de un abuso de autoridad.

Es evidente que existe gente detrás de estos presuntos moradores que los aleccionan para enfrentar la acción de las autoridades, sin embargo, la intervención de la comuna provincial no es ilegal, no existe abuso de por medio en la medida que los desalojados no son poseedores ni propietarios de los predios, es la municipalidad la dueña de los terrenos y con ese derecho recupera lo que le corresponde.

Es una audacia pretender que llegue una orden judicial cuando lo que ocupa esta gente no les pertenece. Desafortunadamente, la Policía Nacional se ha replegado, no está prestando el apoyo inicial a los funcionarios y así las cosas se complican. Esperemos que el Coronel analice y ordene el retorno de los piquetes policiales en la medida que estamos ante una acción legítima.