Editorial

Editorial: ::: UNA VERDADERA CRISIS :::

Los gritos destemplados de cientos de jóvenes despertaron de su letargo a pobladores, autoridades e instituciones locales que vieron desplazarse por las calles a marchas en las cuales se lanzaba gritos pidiendo que se detenga el abuso de un organismo del Estado que, ciertamente, esta vez se pasó de la raya.

Ocurría que en un solo día se conocía la decisión del organismo rector del sistema universitario en el pais, la SUNEDU, de denegarle el licenciamiento a las dos universidades particulares principales de la ciudad, la Universidad San Pedro y la Uladech Católica.

La decisión, abusiva y desproporcionada por donde se le mire, significa que estas dos casas universitarias deben de cerrar dentro de un proceso que toma dos años, frustrando de esta manera la expectativa de miles de jóvenes que aspiran a una carrera profesional y que iniciaron sus estudios con ese objetivo.

Claro este escenario afecta solo a la Universidad San Pedro en la medida que la ULADECH, a sabiendas que arrastraba una serie de carencias académicas optó por fusionarse con otra Universidad de Trujillo, de tal suerte que no será cerrada sino que se sumarán a otra entidad y bajo su nombre y licenciamiento continuarán con el funcionamiento de todas sus carreras profesionales.

Cualquiera podría pensar que esto no forma parte sino de un plan con algunas otras casas universitarias que tienen oferta de estudios superiores en nuestra ciudad y que serían los depositarios de miles de jóvenes que buscarán donde salvar los años de estudios que han realizado hasta el momento.

Sin embargo, si es que hay que buscar responsables de esta secuela nefasta para la educación universitaria de nuestra provincia, no podemos dejar de mirar a sus propias autoridades, al negativo rol que han jugado todos estos años que han crecido sin mejorar su oferta educativa y protagonizando escándalo tras escándalo, en un caso, y estableciendo un régimen vertical con sus propios trabajadores en otro caso.

Ese es un tema muy amplio que dejaremos para otra ocasión, ahora lo que importa es evaluar la situación de miles de jóvenes que están pagando los platos rotos de un procedimiento que extrañamente no se mostraba como peligroso o riesgoso para ninguna de las dos universidades particulares de Chimbote.

Hacía solo unas semanas había concluido con éxito el proceso de licenciamiento de la Universidad Nacional de Santa y todo hacia pensar que las universidades particulares deberían pasar ese mismo tamiz partiendo del hecho tradicionalmente reconocido en todos los sectores de la ciudad en el sentido que la educación universitaria particular es superior a la que se dicta en la nacional.

Sin embargo, los resultados dicen de otro derrotero y ha dejado virtualmente “colgados” a miles de jóvenes que transitan en estos días en la incertidumbre de cerrar de la peor manera un año y que le arruina la fiesta a mucha gente que dentro de un mes tendrá que tomar la decisión sobre los rumbos que deben tomar.

De allí que es el momento que las autoridades locales asuman la defensa de las universidades locales, mas aun cuando si bien es cierto debemos ser conscientes que todo esto no es sino producto del deficiente trabajo de los rectores y directores de las universidades, no se puede negar que en materia de infraestructura y organización no están como para ser cerradas como otras.

Lamentablemente el sesgo que se les dio a estas universidades, en donde primó el lucro y el negocio antes que el aporte académico y científico que debe tener una casa de nivel universitario, ha pesado más en la decisión de los altos funcionarios de la SUNEDU, empero, esas son situaciones que podrían ponderarse y superarse con la presencia de otras autoridades que asuman el compromiso de trabajar por la institución antes que por un beneficio de índole personal o grupal.

En tal sentido, el alcalde Roberto Briceño ha asumido ese liderazgo el ultimo viernes y ha convocado a los representantes de los estudiantes, docentes y de la sociedad civil con la finalidad de acordar la designación de una representación que viaje a la capital de la república y consiga una audiencia con el Presidente de la República y los estamentos del ejecutivo que tienen no solo que ver con la educación sino con el sistema universitario en particular.

Y es que la bandera que se debe esgrimir en este momento es el de la igualdad y la no discriminación, pues lo que se ha hecho con las dos universidades de Chimbote es una segregación y una diferenciación en relación al tratamiento que han recibido otras universidades en el país.

Nos estamos refiriendo al trato que reciben las Universidades nacionales a las cuales el año pasado se les entregó un decreto supremo mediante el cual se estableció un Plan de Emergencia para aquellas universidades del Estado que no habían conseguido superar el proceso de licenciamiento al que han sido sometidas.

Es decir, que se les da la oportunidad de presentar nuevas medidas y programas que le permitan superar las vallas e indicadores de la educación de calidad que reclaman las normas, se les permite seguir subsanado las observaciones que dieron lugar a que puedan ser desconocidas y cerradas como consecuencia de este procedimiento.

Este mismo trato es el que deben reclamar las autoridades locales, la Universidad San Pedro sí esta en condiciones de superar los indicadores que reclama una educación universitaria, cuenta con un campo universitario, tiene una organización que se ha posicionado en el mercado educativo tiene plana docente capaz y acreditada, entonces, por que no darle la oportunidad de recuperarse de este golpe de knock out.

De allí que habrá que seguir luchando por el destino de la Universidad San Pedro y las autoridades deben reclamar el derecho que le alcanza para poder demostrar que si están en condiciones de licenciarse. Si a otras universidades se le otorga esa posibilidad ¿porque no puede tenerla la Universidad San Pedro y sus miles de desesperados estudiantes que demandan una solución? No podemos negar que nos hallamos ante una verdadera crisis, pero ella se tiene que superar y todos tenemos que poner nuestro granito de arena por una de las instituciones de vanguardia de Chimbote. Hay que actuar desde hoy mismo.