Editorial

EDITORIAL: ::: SIN FALTAR A LA VERDAD :::

El presidente de la república, Martín Vizcarra Cornejo, ha solicitado ayer a los peruanos hacer un esfuerzo más para detener la ola de contagios del coronavirus, prolongando dos semanas mas el aislamiento social en el que nos encontramos.

El jefe de estado ha oficializado lo que ya se avizoraba desde hace algunos días antes, no solo por que las cifras no estaban ayudando en nada a la famosa estrategia sanitaria puesta en marcha, sino porque los propios actores del oficialismo ya lo habían advertido.

Uno de ellos fue el ministro de salud Víctor Zamora y la Jefa del comando Operativo de emergencia, la ex ministra Pilar Mazzeti, quienes dijeron el pasado fin de semana que le esperaban dos semanas difíciles al país.

En ese momento todos sacamos cuentas y si nos decían que le esperaban dos semanas complicadas al país y solo quedaba una para que concluya la emergencia nacional, ello implicaba que las medidas restrictivas se ampliarían, y, generarían no solo serios contratiempos a miles de peruanos sino que dejará al borde del abismo de centenares de micro y pequeñas empresas que no podrán soportar la paralización de actividades por más de un mes.

Seguramente que existen razones médicas o científicas para sostener una medida de este tipo, empero, en la realidad las cosas son sumamente diferentes y no sabemos cuanto mas podrán soportar los peruanos que no están en condiciones de mantener un aislamiento sin recursos económicos.

Y es que mientras el presidente de la república exige a los ciudadanos hacer un esfuerzo más, sus funcionarios del gobierno no caminan en la misma senda que pregona el primer mandatario, tanto así que los bonos de subsidio con los cuales anunció que se paliaría la situación de iliquidez de las familias de menores recursos se han estirado tanto que se hacen virtualmente ilusorios para muchos.

El bono de subsidio de las familias en estado de pobreza y extrema pobreza se cumplió con muchas complicaciones y se decidió al final de las primeras dos semanas de cuarentena, tan es así que, cuando el presidente anunció la primera ampliación de este régimen de emergencia del 31 de marzo al 12 de abril, señaló que para sostener esta prolongada inactividad laboral y de generación de recursos se dictarían una serie de medidas de apoyo a los sectores más golpeados y las pequeñas y microempresas.

Esta segunda fase estaban representadas por el bono independiente, un segundo bono para los registrados en el padrón de pobreza y extrema pobreza, así como un bono para los trabajadores de las pequeñas empresas cuyos salarios no superen los 1,500 soles, al margen de la liberación de la CTS para ciertos trabajadores y la devolución de aportes de los afiliados a las AFP.

Se olvidó radicalmente de los jubilados y pensionistas del país que son un sector vulnerable y deben cubrir su manutención y medicinas con las pensiones que reciben, pero lo mas grave es que estos últimos bonos que ofreció el gobierno se estiraron al extremo que ya no se hacen efectivo para el segundo tramo de la emergencia sino que, astutamente, pasarán a formar parte de una tercera etapa del aislamiento.

En efecto, recién la mañana de ayer miércoles se comenzó a pagar el bono de los independientes y accedieron a él solo una minoría, los demás no podrán hacerlo hoy y deberán esperar el sábado si es que pueden salir de sus viviendas porque hay restricción para los varones hasta el día lunes.

El mentado bono de los trabajadores de planilla de las pequeñas y micro empresas se amplió hasta el lunes 13 para el registro de las empresas, es decir, que hasta esa fecha no se habilitaría la partida presupuestal que se había ofrecido y recién se trasladará para el pago respectivo a la próxima semana.

Así las cosas, el gobierno tendrá la posibilidad de escamotear un respaldo económico para los sectores mas golpeados de la sociedad con esta paralización de la economía y corre el riesgo de dejar en vereda a miles de empresas que no podrán paliar este asilamiento.

Ello porque ha puesto en marcha un programa “Reactiva Perú” por el cual se ha reservado una millonaria partida para poder entregar préstamos de 30 mil soles a las empresas a fin de no colapsar por esta paralización y que puedan contar con capital de trabajo para que, al cabo de esta emergencia y asilamiento, cuenten con recursos para poder retomar sus actividades regulares.

Sin embargo, la norma se ha publicado la semana pasada y muchas empresas advierten que será virtualmente imposible acceder a esa línea de crédito por las restricciones que se establecen y porque estará sujeto al crédito de las entidades financieras, las mismas que tienen a muchas de ellas virtualmente en rojo.

Así las cosas se avizora un panorama muy duro y complicado para el país, no solo por la amenaza del incremento de infectados y muertos por el COVID 19 sino porque el panorama económico tiene caracteres catastróficos e incontrolables.

El presidente de la república exige al país un esfuerzo más para sostener la estrategia sanitaria contra el coronavirus, sin embargo, esa petición debe tener un correlato de honestidad y sinceridad por parte de su gobierno, debe cumplirse sin faltar a la verdad, como ha ocurrido hasta este momento en el campo económico, social y laboral. Esperemos que esto se deje de lado en lo que queda de la emergencia nacional.