Editorial

Editorial: ::: INEVITABLE SANCIÓN :::

El ejercicio de la función pública, de la política o de cualquier otra actividad en la que medie el debate de ideas, implica sobre cualquier consideración, el respeto a las personas y las formas de pensamiento, necesita que las partes que intervienen se encuentren a la altura de las circunstancias, pues lo que todos debemos mostrar es mucha tolerancia.

Y esto que es aplicable a todas las relaciones entre las personas, resulta ser indispensable cuando los que intervienen son autoridades o funcionarios que ostentan altos cargos en la sociedad, en esos casos cualquier trasgresión a las buenas maneras es susceptible de ser sancionada con todo el peso de las normas.

Lamentablemente, el nombre de Ancash se ha visto siempre deslucido por la acción de las autoridades que se ven envueltas en escándalo de corrupción, como el ex presídete regional que se encuentra encarcelado por los malos manejos en su gestión, o congresistas que han sido sancionados como el mentado “comepollo” Oriol Anaya o aquella que contrató a una mujer que había sido condenada por delito de terrorismo, María Elena foronda.

Ahora, nuevamente otro representante de la nación se ha visto envuelto en otro hecho escandaloso de trascendencia nacional, como es el que ha protagonizado el legislador de alianza para el progreso y representante de la provincia de Casma, José Pérez Mimbela.

El congresista ancashino ha sido identificado como el grosero y procaz que lanzó graves insultos a la figura del presidente de la república, durante una sesión del pleno parlamentario que discutía las modificaciones a la constitución para la eliminación de la inmunidad parlamentaria.

Como se recuerda, este tema estuvo a punto de ser dilatado y enviado a la congeladora por el novísimo congreso cuando hace unas semanas se negaron a debatir el proyecto de ley que deja sin efecto la inmunidad, por lo que fue desafiado por el Presidente Martin Vizcarra quien anunció que convocatoria a un referéndum para que el Pueblo se encargue de apuntalar estas modificaciones presupuestales.

Fue entonces que los parlamentarios se reunieron en una legislatura extraordinaria para tratar este tema, sin embargo, heridos en su propio orgullo de haber sido obligados sancionar una norma que ellos no quieren, extendieron las modificaciones a las normas del antejuicio que favorece a los altos funcionarios de la nación, comenzando por el presidente de la república.

Justamente, esta sesión plenaria del 05 de julio incluyó el debate de las modificatorias en una sesión virtual y cuando se registraban las intervenciones del parlamentarios una voz salida de la plataforma dejó escuchar adjetivos peyorativos contra el Presidente de la reubica, a quien incluso, le mentaba la madre.

Un hecho de estas características no pudo ser pasado por alto, el responsable de este velamen guardó cobarde silencio, no salió a dar la cara y debieron solicitar al área de audio y grabaciones del Congreso que identifique de que ordenador salieron los insultos a la majestad presidencial.

De esta manera se pudo conocer que el audio abierto y de donde salieron los insultos al jefe de estado correspondía al congresista Joseph Pérez Mímbela, a la sazón, un representante de nuestra región que procedió a demandar una tardía y publica disculpa por las procacidades que pronunció,

Seguramente, se podrá decir que es de hombres rectificarse y pedir perdón, empero, esto solo ocurre cuando se hace de manera voluntaria y decidida, mas no cuando se ha puesto al descubierto la identidad del agresor y quiere dorar la píldora.

El año pasado una congresista fujimorista fue vapuleada por haber escrito en un chat privado insultos al mismo Presidente Vizcarra, a quien calificó como “mal nacido”, de allí que es imperativo que de una buena vez, quienes son los llamados a dar el ejemplo de civismo y educación, dejen de lado estas actitudes que no dicen nada bien de su conducta personal y profesional y que desluce por completo la investidura que se les ha confiado. En estos casos la sanción es inevitable.alt