Editorial

Editorial: ::: IRRACIONAL OPOSICIÓN :::

En la oxigetón que organizó un colectivo civil en nuestra ciudad con la finalidad de recaudar fondos para la compra e instalación de una planta de exógeno medicinal en Chimbote, se llegó a la meta luego que el alcalde provincial Roberto Briceño Franco ofreciera la intervención de la comuna provincial en el financiamiento de este objetivo.

Se hizo luego de realizar una serie de coordinaciones con la intervención del propio promotor de esta teletón virtual, el padre Giovanni Sabogal Osorio y con el anuncio respectivo que se tradujo en un acta final que firmó también la autoridad de salud.

Todos saludamos esta decisión del alcalde en la medida que se hacía sobre la base de la derivación de los recursos que ha recibido la comuna provincial del santa por efecto de un decreto de urgencia dictado por el gobierno y mediante el cual se ha autorizado el uso excepcional del 25% de los recursos del canon minero para cubrir los gastos e inversiones en la lucha contra el covid 19.

En la medida que una planta medicinal es hoy por hoy una necesidad urgente y prioritaria era evidente que, disponer de una parte de los fondos para el noble objetivo de los promotores de la oxigetón contaba con el respaldo y el aplauso de todos.

Por ello es que se dieron los pasos siguientes para llevar adelante este proyecto, se consiguió el acuerdo del pleno municipal, aunque con una lamentable mayoría por oposición de uno que otro regidor) y se evaluó el terreno donde se levantaría esta planta medicinal, tan es así que debió descartarse la maternidad de María, como lo propusieron los promotores, y se buscó un amplio terreno ubicado en la parte posterior de una parroquia de nuestra ciudad.

Lamentablemente, cuando se trataba de comenzar a buscar invertir en esta planta, un informe de una funcionaria del ministerio de economía y finanzas ha puesto en riesgo estos sagrados objetivos, ha señalado que la municipalidad no puede aplicar una inversión del tesoro público en la compra de una planta de oxígeno.

Esto lo ha revelado el fin de semana, sumamente apesadumbrado, el gerente municipal Jesús Rodríguez Fuentes, quien señaló que Liliana Li Mostacero, especialista sectorial de Salud, Desarrollo e Inclusión Social de la Dirección de Gestión de Inversiones de la Dirección General de Programación Multianual de Inversiones (DGPMI) del Ministerio de Economía y Finanzas, lo ha comunizado así este fin de semana.

Como se podrá apreciar se trata de una tecnócrata que cuenta con un cargo cuya denominación es hasta cuatro o cinco veces más largo que su nombre, una empleada que solo tiene en la cabeza la aplicación de normas, reglamentos y directivas pero que no es capaz de ver la realidad que vive el país.

No es posible que mientras que Ancash y todo el Perú se debate en una lucha contra la muerte generada por el Covid 19, aparezcan esta clase de funcionarios que no saben de hospitales colapsados, de colas en los establecimientos de venta de oxígeno y de las lágrimas y lamentos de familiares que lloran a sus deudos por falta de oxígeno medicinal.

Es lamentable que el gobierno pueda cobijar a esta clase de funcionarias que saben llevarse jugosos sueldos solo para poner piedras en el camino o de obstruir los objetivos de quienes tratan de buscar salidas y alternativas a la grave crisis sanitaria del país.

Hace solo unas semanas el parlamento había citado al ex premier Vicente Zeballos por una investigación iniciada tras revelarse que demoró más de 20 días en aceptar una donación de oxigeno que ofreció la compañía minera Southern Perú a los hospitales de Arequipa, en donde los servicios de salud colapsaban y los pacientes se morían por falta de este preciado elemento.

¿Tiene alguna justificación la indiferencia de una donación de miles de metros cúbicos de oxigeno cuando hay una emergencia sanitaria? Es evidente que no, ese ex primer ministro tiene que ser castigado por semejante desidia, probablemente, generada por informes como el de esta tecnócrata que le pretende negar la inversión a la comuna provincial del Santa para premunir a los pacientes de Covid de una planta de oxígeno.

Se trata de una oposición irracional, una negativa que no tiene nombre en medio de una emergencia sanitaria y una pandemia que no perdona día a día las carencias de los servicios sanitarios de nuestro país. En un escenario como éste negarle a las autoridades la posibilidad de invertir en una planta de oxígeno medicinal equivale a un crimen. Basta ya de tanta indolencia burocrática e impune.alt