Editorial

Editorial: ::: MEDIO MILLÓN :::

El día de ayer el país ha superado el medio millón de pacientes contagiados con el Covid 19 según lo ha oficializado el MINSA en sus reportes diarios en los cuales da cuenta que el número de fallecidos ya se encuentra sobre los 21,800.

Cierto es que se trata de una cifra que no debe halagar a nadie, pues estamos entre los siete países mas contaminados en el mundo y el de mayor letalidad en índices de muertos por millón, según los estimados de los organismos mundiales.

Sin embargo, esta cifra que es emblemática en tanto que demuestra que nuestra situación no es de las mejores, era previsible teniendo en cuenta no solo el ritmo de infectados en el país, sino de la falta de previsión y de la enorme irresponsabilidad de mucha gente que cree que es inmune a este virus pero eres tan ignorante que no se da cuenta que expone a su entorno sea familiar o amical.

Y el medio millón de pacientes no debe sorprender a nadie en la medida que ya la ministra de salud lo había advertido el último fin se semana cuando alertó que se podría tomar medidas restrictivas en caso la ola de contagios siga subiendo, adelantando en ese momento que la mas indicada sería el retorno al aislamiento obligatorio de los días domingos.

Ello porque en los últimos días el nivel de contagios se mantuvo sobre los siete mil pacientes por día, un promedio que equivalía a los peores días de esta pandemia en los meses de mayo o junio, cuando se decía que estábamos por la “meseta” de la enfermedad y que pronto bajaría el número de casos diarios positivos, lo cual ciertamente ocurrió pero fue solo cosa de ese momento.

Por ello es que el gobierno ha dictado un nuevo decreto supremo mediante el cual ha regresado a medidas que pensaba no adoptaría nuevamente, como es la indicada cuarentena dominical y la restricción en la salida de niños y ancianos, así como la restricción de las reuniones familiares y amicales.

Esto se ha sancionado en el consejo de ministros de anteayer miércoles y de inmediato el jefe de estado lo comunicó a la población, pues era uno de los aspectos que generaba inquietud no solo porque el virus agobia y sigue avanzando de manera incontenible, porque no llega un “pico” como se había anunciado, sino porque generaba incertidumbre el hecho que había que caminar hacia atrás en una lucha contra un asesino invisible.

Sin embargo, todo ello ocurre porque el mensaje del gobierno no ha sido escuchado y respetado por algunos sectores de la población, especialmente en la gran capital, pues la fase de reanudación de actividades y el levantamiento de la cuarentena fue asumido como una liberación absoluta de las restricciones y un visto bueno a las actividades normales de los peruanos antes de la pandemia.

Esto es absurdo si se tiene en cuenta que el mismo Presidente Vizcarra, por indicaciones precisas y detalladas del Ministerio de Salud, había señalado que esta medida o fase tres de la estrategia sanitaria no significaba que se dejaban de lado todas las restricciones, por el contrario, había que tener en cuenta que la nueva convivencia importaba un extremo cuidado ya no del estado o de la autoridad, ya no de la policía o el ejército, sino de cada peruano que debería respetar las normas de prevención.

Esto no ha ocurrido, un grueso número de la población en las regiones que levantaron el aislamiento obligatorio, pensaron que estaban en otros tiempos, organizaron reuniones familiares, rescataron las parrillas y organizaron cuchipandas como si no estuviéramos en una pandemia y allí se generó el nuevo foco de infección.

Es sorprendente que se tenga que emitir una norma legal prohibitiva para que los peruanos tengan que prevenir el contagio de un mal, es contraproducente que se tenga que expedir un decreto supremo para que los peruanos se vean obligados a colocarse una mascarilla facial en un vehículo de servicio público y puedan prevenir el contagio, no se entiende que tenga que dictarse una norma legal para que los peruanos protejan a sus niños y los saquen a la calle cuando somos conscientes que el virus está en fase comunitaria, es decir, que la vía pública es un peligro.

De allí que se entiende por qué se ha llegado a los 500 mil contagios, pues los peruanos se han malacostumbrado a que los obliguen a cuidarse, no son capaces de cuidarse por su propia cuenta, no son responsables para evitar el contagio a sabiendas que existen maneras de hacerlo, claro está, hablamos del grueso de la población y no de todos. El mensaje es claro, sino quieres cuidarte por las buenas, tendrás que hacerlo por las malas.alt