Política

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OSCURO

La intervención realizada por la Red Pacifico Sur en el mercado “El amanecer” del P.J. “Tres de Octubre” ha desnudado una serie de extraños arreglos y manejos que deben ser deslindados en aras de la transparencia y el buen manejo de los recursos municipales. Ocurre que tras el hallazgo de casos positivos entre los comerciantes, conforme a las normas sanitarias, la Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote dispuso la clausura temporal del mencionado centro de abastos a efectos que se implementen las medidas de bioseguridad que ha establecido el Ministerio de Salud, previa desinfección del local y del control de los casos positivos. Lo curioso es que los comerciantes se negaron a acatar las medidas de la Municipalidad pretendiendo sustentar un supuesto trato diferenciado en la medida que “ellos dependían de la Municipalidad Provincial del Santa”, según dijeron a los funcionarios neochimbotanos. Esta “diferencia” se encontraba en el hecho que ellos ocupan el local del Mercado Pueblo del P.J. Tres de octubre y, por lo tanto, dependen de la comuna provincial, alegaban. Sin embargo, estaban totalmente equivocados, el concejo distrital impuso sus atribuciones para cerrar este establecimiento, empero, quedó flotando en el ambiente aquella mención de los comerciantes en el sentido que ellos “pagan una merced conductiva” por ocupar este local. Y es que este inmueble fue una donación del gobierno español al ayuntamiento local, fue un local equipado para establecer un mercado con equipos de cocina y panadería. Se lo entregaron a los municipios y fracasaron por ese solo hecho, permanecieron cerrados todos estos años pero, curiosamente, “funcionando” para ciertas personas. Estos locales, que son cinco en toda la ciudad, fueron entregados en administración a una empresa inmobiliaria municipal que tiene un directorio que nadie sabe quiénes lo integran y quienes los designaron, pero que alquilan estos enormes locales a comerciantes de grandes empresas que los utilizan como almacenes y que pagan pingües alquileres. Es el caso del Mercado Pueblo del P.J. Tres de Octubre donde los arrendatarios los subarriendan a los comerciantes, y, la pregunta que deben responder los funcionarios provinciales es ¿Cuánto dinero se recauda por el alquiler de estos locales? ¿a dónde va a parar este dinero? ¿Quiénes manejan la empresa inmobiliaria que usufructúa estos locales? ¿Dónde se encuentra su equipamiento de mostradores, congeladoras, cocinas, panaderías que tenían estos mercados? ¿Los vendieron? ¿a quienes? ¿Quién manejó esas cuentas y en la gestión de qué alcalde ocurrió todo ello?. El tema de los Mercados del Pueblo exige una respuesta de la municipalidad.

DESALOJO

A propósito de la intervención de las autoridades en este Mercado del P.J. Tres de Octubre, se procedió al desalojo de las chozas de palos, esteras y calaminas que se habían establecido alrededor de este centro de abastos por parte de informales que se apoderaron de la vía pública. Allí la Municipalidad ha descubierto las bancas que en algún momento se colocaron para el uso de los vecinos y que estaban dentro de “los puestos” que levantaron los amblantes y que permanecieron allí por muchos años. Quienes vivimos en Chimbote hemos crecido con estos puestos informales que tomaron la vía pública, sin que nadie los retire a pesar que estaba ocupando ilegalmente la arteria. Afortunadamente la gestión del alcalde Domingo Caldas los ha evacuado de este lugar, que los reubiquen en otro mercado pero que entiendan que no pueden atender en la vía pública. Menos aún deberían hacerlo en medio de la pandemia que vivimos, de allí que ha sido importante que los funcionarios ediles de Nuevo Chimbote recuperen las calles de un comercio informal que ofrece productos sin las más mínimas garantías de higiene y calidad.

DESCARADOS

Los chimbotanos hemos sido sumamente generosos con los cientos y hasta miles de ciudadanos venezolanos que llegaron a nuestra ciudad migrando del horror que se vivía en su país. Fueron acogidos como se pudo y muchos se han quedado para instalarse en nuestro Puerto. Claro que con esta pandemia muchos han preferido retornar en su país en donde no existen los niveles de infección del covid 19 como en nuestro país. Sin embargo, un grupo de estos extranjeros, del segmento de desagradecidos y hasta delincuentes que se infiltraron con los migrantes, atacó de manera salvaje al chofer de un tráiler que se excusó de transportarlos sobre su carga porque estaba prohibido. Los venezolanos le destruyeron el parabrisas, golpearon la carrocería y hasta arrancaron parte de la mercadería de la carreta. El chofer solo estaba impidiendo que en la ruta lo multen pero estos descarados reaccionaron con violencia. Ojalá los capturen y los echen de nuestro país porque no se merecen la consideración y solidaridad de nadie.