Opinión

REACTIVACIÓN DEL TURISMO Y NUEVAS PRIORIDADES DE CONSUMO

Por: Mg. Erika Janet Moreno Morillo

La incertidumbre ocasionada por la actual crisis sanitaria está afectando la economía de todos los países. Las medidas de aislamiento social obligatorio, el cierre de fronteras, entre otras acciones de emergencia, han influido en sectores como el turismo que, antes de la pandemia, mostraba prometedoras cifras. Hoy, las medianas y pequeñas empresas (Mypes) de este sector afrontan dificultades para mantenerse operativas y cumplir con sus obligaciones.

La respuesta del gobierno ha venido a través de programas como Reactiva Perú, el Fondo de Apoyo Empresarial a la micro y pequeña empresa (FAE-Mype), FAE Agrario y más específicamente el Fondo de Apoyo Empresarial a la Mype del Sector Turismo – FAE Turismo, puesto en marcha a fines de junio con el D.U. N° 076, 212-2020 y ampliado hace una semana.

Cuenta con 500 millones de soles destinados a créditos para capital de trabajo de las Mypes de hospedaje, transporte interprovincial terrestre de pasajeros, transporte turístico, agencias de viajes y turismo, restaurantes, actividades de esparcimiento, organización de congresos, convenciones y eventos, guiado turístico, y producción y comercialización de artesanías. Concretamente, les permite acceder a préstamos en el sistema financiero por un monto equivalente a cuatro veces su venta promedio del año 2019, o el equivalente a tres veces el promedio mensual de deuda de capital de trabajo durante ese mismo año. Los préstamos tienen un monto máximo de S/ 750.000, pagaderos en 5 años con hasta 18 meses de gracia.

Un 4.6% de empresas del sector ya recibió aportes de Reactiva Perú́ y FAE-Mype y por tanto no podrá acceder a FAE Turismo. No obstante, un gran número de empresas aún tiene fuertes requerimientos de liquidez en departamentos como Lima, Cusco, Arequipa, La Libertad y Áncash, esto involucra al 80,8% del potencial turístico de nuestro país. La Cámara de Comercio de Lima estima que alojamientos y restaurantes son los que tienen mayor potencial de acceder a los créditos de FAE turismo, sobre todo en las regiones con mayor participación del PBI en Alojamiento y Restaurantes: Lima, con un 65,3%; Cusco, con 5,6%; Arequipa, con 3,7%; La Libertad, con 3,2%; y Áncash, con 3.0%.

La inyección de capital y las facilidades de crédito no serán suficientes si no se considera que las reglas de consumo han cambiado. Una encuesta de Circuit, realizada en abril, revela que además de la prioridad en la limpieza y la garantía de los espacios desinfectados, los peruanos están migrando a las compras online. El 49% Incrementó el ticket promedio del e-commerce comparado con días antes del Estado de Emergencia en Perú.

Otra encuesta de AURUM, el mismo mes en los sectores A, B y C, de Lima, Trujillo, Arequipa, Piura, Cusco e Iquitos, indica que apenas una minoría espera regresar de manera física a los negocios (supermercados: 16.8%, centros comerciales: 9%, restaurantes: 8.6%, tiendas de ropa, calzado, artefactos: 8.3%, etc.).

Los resultados de la encuesta de Ipsos Apoyo a mediados de junio, en 25 localidades del ámbito nacional urbano también son reveladores: El 17% esperaba regresar retornar a un centro comercial entre julio y setiembre, el 30% entre octubre y diciembre y el 44% recién a partir del 2021. Respecto a la asistencia a restaurantes, el 12% lo haría entre julio y setiembre, el 23% entre octubre y diciembre y el 48% en el 2021 o después. Sobre el uso del transporte interprovincial, el 12% planeaba subirse a un bus entre julio y setiembre, el 16% entre octubre y diciembre y el 49% recién en el 2021 o después. Los usuarios del transporte aéreo son aun más conservadores: el 7% viajaría entre julio y setiembre, el 8% entre octubre y diciembre y el 45% después del 2021.

Como vemos, la concurrencia a hoteles, restaurantes y medios de transporte tardará en normalizarse. No solo cuenta el temor al contagio, sino también el forado en la capacidad de consumo de las familias peruanas. Apoyo Consultoría estima un decrecimiento de la economía en -14% como escenario base para el presente 2020.

Tales condiciones plantean un reto para las Mypes de turismo. Los programas de reactivación les permitirán mantener su capital de trabajo mientras se recupera el flujo de sus operaciones habituales, pero no garantiza la liquidez diaria que generan los consumidores y que hace posible la devolución de los préstamos. Un punto aparte es el de las Mypes que operan fuera de la formalidad y sin acceso a créditos, es el momento para que el Estado impulse su formalización.

Los verdaderos impactos aún son inciertos, pues se trata de una crisis en evolución, sin embargo, las medidas de estímulo podrían salvar a más de una Mype de una inevitable desaparición.